PEREZ17102022

Paperclip
Samuel Schmidt

Austin.- Cada día se encuentran comparaciones ligeras y absurdas de cualquier persona con los Nazis o con Hitler; se llega al extremo de calificar a judíos o a Israel como hitlerianos, que a cualquier personaje detestado se le ponga una esvástica en la manga, o un bigotito estilo Hitler. Si bien el adjetivo nazi y Hitler representa la barbarie y agresión brutal contra la humanidad, debemos ser cuidadosos en no trivializar a Hitler, los Nazis y el holocausto, quitándole valor a esa barbarie que arrasó, horrorizó y todavía estremece al mundo.

Pero me encontré con el libro Educating the enemy. Teaching Nazis and Mexicans in the Cold War Borderlands (Jonna Perrillo 2022), que aborda el operativo paperclip, por medio del cual Estados Unidos importó científicos Nazis para ayudarlo en su gran cruzada en contra del comunismo. En esa cruzada apoyaron a Franco y salvaron criminales nazis que se desparramaron entre varios países. El clip servía para identificar los expedientes que ponían a salvo a esos personajes del juicio, por haber contribuido al proyecto nazi . Un pedazo de metal les cerraba las puertas del castigo por sus crímenes, invitándolos al paraíso capitalista y ser parte del sueño americano; con todo y oportunidades para discriminar, fueron tan arrogantes que hasta de la calidad del pan se quejaron.

En la guerra fría Estados Unidos y la Unión Soviética se arman hasta niveles de paroxismo, para repartirse el mundo, poniendo al mundo al borde de una guerra nuclear; el caso icónico es la crisis de los misiles en Cuba en 1962. Para confrontarse, ambos importan científicos nazis.

Los científicos nazis fueron clave para el desarrollo de los misiles, y posteriormente para la carrera del espacio; ambos momentos eran y son peligrosos para el mundo, porque Estados Unidos y Rusia son capaces de someter a sus enemigos esgrimiendo la superioridad científico-tecnológica.

Los nazis de paperclip encontraron un ambiente propicio para sus ideas; a final de cuentas, los nazis habían estudiado las leyes racistas estadounidenses de la época, y la discriminación conocida como las leyes Jim Crow; y encontraron que eran bien vistos y eran privilegiados por la cultura del predominio de los blancos. El libro analiza lo que sucedió en El Paso, a donde llegaron 118 científicos nazis para trabajar desarrollando misiles en Fort Bliss; y muestra la cultura y política de discriminación que sufrían los mexicanos y los afroamericanos, mientras que los hijos de los nazis se acoplaban muy bien en ese mundo racista; poca diferencia había entre el mundo que buscaba el dominio de una raza superior y los beneficios de un país construido bajo la marca del genocidio, para que dominaran los blancos (White, Anglo, Saxon, Protestant).

Es un tema mayor el que Estados Unidos se acomode bajo discursos patrióticos, a darle cobijo a sus enemigos, para que los ayuden a luchar contra los otros enemigos. Esta es la forma cruda de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo, que si bien puede entenderse estratégicamente, a mi juicio nunca podrá justificarse, porque proteger a los enemigos que abogaban por la destrucción de los otros y que armaron un exterminio industrial, anula toda consideración moral y ética para dominar, justificar la guerra, y la búsqueda de poder.

Ese operativo no fue un hito en el tiempo y la sociedad. Estados Unidos tiene grupos de odio en toda su extensión territorial.

Con Trump los grupos supremacistas blancos y neonazis vieron desaparecer las barreras que los habían orillado a los márgenes de la política y hasta a la clandestinidad; hasta se atrevieron a invadir el congreso. Y es pertinente preguntar ¿dónde están los 144 niños paperclip, hijos de científicos que trabajaban para la grandeza del proyecto Nazi? ¿Tal vez hasta encontremos que algunos de los nietos paperclip de aquellos nazis están activos entre los grupos que hoy amenazan la estabilidad estadounidense?

Cuando llegaron salvados por la hipocresía estadounidense, algunas de las esposas de los científicos aleccionaban a los miembros del partido nazi en territorio estadounidense y educaban a sus hijos –y tal vez nietos– bajo las lecciones racistas del tercer Reich. El Estado propició la supervivencia de la doctrina nazi y posiblemente su expansión.

¿Serán los paperclip los que de la mano de la iglesia católica crearon instituciones de ultraderecha como el Yunque, los Tecos; son los de la boda nazi en Tlaxcala, o los panistas disfrazados de nazi en el Estado de México? La lucha contra el comunismo de la mano de la CIA les abrió las puertas de muchos países.

El comunismo fue derrotado, la Unión soviética desapareció, pero el neo nazismo se extiende por el mundo como la metástasis de un cáncer, y las agencias de seguridad, inteligencia y planeación estratégica militar estadounidenses son responsables de ese envenenamiento social y político.