GOMEZ12102020

Pasqual Maragall y Eloy Cantú Segovia
Eloy Garza González

Monterrey.- Me dicen que está ya muy enfermo el político catalán Pasqual Maragall, a causa del Alzheimer. Una enfermedad que también ha afectado en Monterrey a Eloy Cantú Segovia, uno de los mejores políticos que ha dado nuestro Estado.

     Pocos políticos como Pasqual Maragall. Hombre reacio, de los que ya no hay, y de quien muchos guardamos memoria grata menos él que se despide de este mundo por culpa de la pérdida de su memoria, lenta pero imbatiblemente. Como Presidente de la Generalidad de Cataluña (2003-2006), Maragall fue uno de los fundadores del Forum Universal de las Culturas, que se celebraba cada cuatro años y cuya versión 2007 tuvo como sede Monterrey, durante la gestión de Natividad González Parás.

     Escuché por primera vez el nombre de Maragall en voz de su amigo el gran escritor Manuel Vázquez Montalbán, a quien yo llegué a estimar, cuando éste último vino a México meses antes de que lo matara un infarto en el aeropuerto de Bangkok. Devoto fiel de las novelas de Manuel, y sobre todo de su personaje, el detective Pepe Carvalho, me atreví a confiarle a Manolo que conocía a fondo la saga y la vida imaginaria de Carvalho. Pero el mío fue un mero alarde de principiante. En realidad, el experto en la obra de Vázquez Montalbán, y en general de todo el subgénero de novela policiaca, se llamaba Roger Díaz de Cossío, mi gran amigo ya muerto, ex subsecretario de educación, melómano, creador de la telesecundaria y viejo sabio de quien tantos aprendimos tanto.

     –Puede ser, pero sobre la lectura de mis novelas seguramente le gana Pasqual Maragall – me dijo muy serio Vázquez Montalbán–, por el hecho de que yo le he contado hasta las historias que aún no he escrito.

     Vázquez Montalbán decía que Maragall y él caminaban por Las Ramblas, en Barcelona, sin platicar nada, sólo por el gusto de tener al lado suyo al mejor de los amigos. Contaba Manuel que él hablaba sin parar sobre sus proyectos de novela y Pasqual le sonreía con su boca breve y los ojos rasgados con los que enfoca mejor las verdades de la naturaleza humana.

     Durante un homenaje póstumo a Vázquez Montalbán, en la FIL de Guadalajara, el ponente principal fue Pasqual Maragall. Ahí reveló la incógnita: en realidad era él, no Manuel, quien hablaba en Las Ramblas sin parar sobre sus proyectos políticos progresistas, aún antes de echarlos a volar. Y como toda respuesta, Vázquez Montalbán sonreía con su rostro regordete y aquellos sus ojos pequeños como aguijón de avispa. ¿Cuál de los dos decía la verdad?

     Ambos amigos, que tanto se quisieron, han dejado respectivamente una obra final, antes de apartarse definitivamente de este mundo, uno por la muerte y el otro por el Alzheimer. Vázquez Montalbán publicó una espléndida novela póstuma, titulada “Milenio”, concluida pocos días antes de su muerte y en la cual, como premonición literaria, mataba a su criatura de ficción, Pepe Carvalho, bajo una sentencia tétrica: “he terminado definitivamente con este ciclo para mí y para él”.

     El otro, Pasqual Maragall, fundando una ONG con sede en Nueva York, llamado Fondo Alzheimer Internacional, con la que ha querido combatir esta dura enfermedad, hasta erradicarla para siempre de la faz de la tierra. Dios conserve tranquilo y sereno a Pasqual Maragall. Y en Monterrey, a Eloy Cantú Segovia.