Monterrey.- Vamos aceptando la andanada de medias verdades. De mentiras completas. Las fake news en tiempo de la globalización distorsionan a la opinión pública, la confunden.
Hay posturas tremendistas, Apocalípticas. Los fieles religiosos aplican el modelo de castigo divino. Los mal pensados ponen la mira en el sistema global de los mercados.
Se ha abierto una brecha peligrosa entre los trabajadores, los accionistas y los dueños. La parálisis de las líneas de consumo, venta y servicios, incineran las magras finanzas.
Cuando la vida al día es realidad en millones de mexicanos, desploma el ánimo nacional. Al unísono con las fuerzas del orden, en labor de disuadir al ciudadano a regresar a sus hogares.
Monterrey vive un autoimpuesto toque de queda durante el día. Por la noche, como en tiempos de extrema violencia, la zona metropolitana presenta formas de pueblo fantasma.
Ideal para los actos delincuenciales de los grupos del crimen organizado y de los maleantes de poca monta, además de las policías en rondines extorsionando a los conductores con la sospecha de ingesta etílica.
Debe colocar en nuestras casas, en los negocios, en las universidades, en todo espacio abierto, una leyenda simple: perdone por las inconveniencias. La sociedad desorganizada carece de liderazgo para cualquier contingencia.