Monterrey.- Sanjuana Martínez Montemayor es tan malvada, tan perversa, tan vengativa que no me puedo aguantar las ganas de contarles este testimonio con tal de clavarle la puntilla. ¿Listos?
Resulta que mi Rosy Zavala, mi hijo y yo hicimos un viaje pobretón a España. La Sanjuis lo supo. Nos ordenó vengan a mi casa en Madrid, ella era corresponsal de la revista Proceso. Sabiendo los lances de la infame bruja fuimos, solamente para no irritarla.
Temblando de miedo llegamos. Una casita con vista esplendorosa del norte madrileño. Nos obligó a comer de su despensa, nos secuestró para darnos paseos en esa horripilante ciudad, robándose tiempo de sus ratos libres cuando debía estar con sus hijos. Nos dijo con voz tronante: me voy a México, quédense todo el tiempo que quieran, tomen las llaves del depa, aquí están los documentos del Volvo, tiene tanque lleno, recorran toda la maldita Europa, si gustan. Y se largó.
Yo no había manejado más que bochitos de medio uso. Me sentía depre en aquel coche de lujo. Le tomamos la palabra, y para que no aumentara su encono hacia nosotros cogimos carretera y así conocimos Segovia, Salamanca, Toro, Tordesillas...todo el norte de la capital y por supuesto la impresentable Toledo, uy qué horror de paisajes. Qué tétricos museos y castillos.
No. Ni mi familia ni yo, no la perdonamos. Esa mujer es capaz de esa clase de actos inmundos y quizás más. Desde entonces no le dirijo la palabra. Es de lo peor como persona en un mundo tacaño, egoísta, despiadado y arrogante. No merece estar ni en la 4T, ni siquiera devolverle el saludo. Es fea con F de Fake News.