Monterrey.- Va hoy nuestra carpeta No. 2, relativa a un poeta traductor de textos, tanto del náhuatl como del latín; y así continuar con el objetivo expresado por la maestra Ludivina Cantú Ortiz:” Hoy por hoy es necesario recuperar nuestro siglo XIX”, (Cruzada por una Nación, UANL. 2017).
Juan de Dios Villalón “nació en Villa de Santiago el 8 de marzo de 1838”, señala Emeterio Treviño González (1) y D.Ricardo Covarrubias precisa: “En el archivo parroquial de la Villa de Santiago se encuentra el acta número 685 por la cual se establece que el 7 de marzo de 1838 vino al mundo Juan José de Dios, hijo legítimo de don Anselmo Villalón y de doña María del Carmen Rodríguez y Sánchez” (2). Agrega Treviño González: “cursó los estudios elementales en su población natal y los superiores en el Seminario y en el Colegio Civil de Monterrey”; al respecto dice D. Israel Cavazos: “fue alumno aventajado y obtuvo varios premios”; “y estudió también en la escuela de Jurisprudencia”(3). Y Don Ricardo Covarrubias señala: “a los 18 años estudiaba Derecho, y fueron sus condiscípulos Hermenegildo Dávila y Pedro J. Morales”(4). En agosto de 1861 participa con una poesía en la distribución de premios en el Colegio Civil y el programa correspondiente dice: “joven pasante…alumno del instituto en la Academia de Jurisprudencia teórico- práctica”. De su composición, tomamos unos fragmentos, la cual inicia con un epígrafe:
“…….en vuestra mente / Grabad esta verdad que os dan mis labios : / solo es feliz la patria de los sabios.
¿Quién de vosotros, quién, en este día / No siente de alegría, / Y de entusiasmo grato / El pecho palpitar alborozado? // Al contemplar el cuadro interesante / Que ofrece aquí la juventud florida // Sublime inspiración! a mí desciende / Para elevar mil cantos inmortales / Al genio de la ciencia prepotente, /Que, destello de Dios, con luz más pura / Que la del sol magnífico fulgura. // Él es quien en sus manos / Maneja los resortes soberanos / De la asombrosa máquina celeste, // A cuyo mecanismo inalterable / Su fuerte acción sujeta la natura;/ Y en el orden moral por inmutable/Ley sacrosanta rige los destinos / De la humana criatura. // Do Él, ardiendo en el amor sagrado / De la patria, solícito se apresta / A su defensa Arquímedes, armado / De su terrible espejo; / Y cual airado Júpiter flamante, / Haciendo descender fuego del cielo, / A la invasora armada pulveriza, / Y sus naves convierte en vil ceniza. // Morse a su inspiración arma ingenioso / Los eléctricos hilos, y juntando / Al oriente y ocaso, en confidencia / Los pone y a su influencia /Hace que desaparezca la distancia. // Y la paleta de Rafael, vencida, / A la excelsa invención rinde homenaje / De admiración debida. // Jóvenes estudiosos que la senda / Seguís de un porvenir lleno de gloria, / En cuyos pechos sacrosanta llama / De patrio amor y libertad inflama : / Seguid, seguid constantes / Empresa tan laudable, en vuestra mente / Grabando esta verdad que os dan mis labios / Solo es feliz la patria de los sabios. Monterey (sic), Agosto 31 de 1861”. (folleto impreso en la imprenta de gobierno. Consultado en la Capilla Alfonsina de la UANL).
Al año siguiente de nuevo interviene en la ceremonia de distribución de premios; de su correspondiente folleto copiamos los siguientes fragmentos: “el joven D. Juan Villalón recitó los versos que se insertan: COMPOSICIÓN: En la estación del ardoroso Mayo, / Del sol estivo al abrasante rayo, / Surca afanoso el labrador la tierra / Que con el llanto de su rostro moja / Y a la llegada de la noche cierra / Sus párpados en lánguido desmayo, //¡Ah! con cuanto placer, con cuanto anhelo, / De tierna gratitud haciendo votos, / Alza sus manos al benigno cielo: / A celebrar su grata compañía / La feliz conclusión de sus tareas; /Y al contemplar la espléndida cosecha / De sus nobles científicas labores, // Y en la bóveda cóncava resuena / Del templo de Mélpómene y Talía, / Cuyo recinto su concierto llena : // El dios Apolo a instancias de Minerva / Guirnalda de azucenas y de acacias / Os prepara a su vez, en justo premio, / A vuestro afán solícito, obsequioso, / Con que honra a los mejores de su gremio. // Y al pensar que no lejos de vosotros / Corazones, acaso, hay que palpitan, / De cariñosas complacientes madres, / De hermanas tiernas y amorosos padres // Que en emociones plácidas se agitan : // ¡Ah! sí: y en el sublime arrobamiento / Que en el colmo de célica ventura / Produce la efusión del sentimiento, / Vacilante tal vez y ruborosa / De inefable placer lágrima pura / Asoma a vuestros ojos silenciosa. // Y entre tanto fulgor y brillo tanto / Se presenta un recuerdo a mi memoria, / Lleno de puro celestial encanto: / A vuestro lado ayer, también dichoso / Al recibir la victoriosa palma, / Sentí temblar mi corazón de gozo; // Virtudes y saber, honor y fama / La insignia sean que os presida honrosa / En vuestra marcha espléndida y brillante; / Y un día llegará de luz hermosa / En que será premiado el que os inflame / Activo celo, y vuestro afán constante. // Y a vosotros también se os deben gracias, / ¡Poderes del Estado soberanos! / Que habéis dado a este joven instituto / Cuanto impulso estuviera en vuestras manos. // ¡Ah! no le retiréis vuestros favores; / Como hasta aquí, de vuestro fuerte brazo / Prospere a los esfuerzos superiores: / Que de su ilustre seno los patriarcas / Han de salir que en tiempos más serenos; / Entre un pueblo ilustrado y laborioso, / El imperio establezcan de los buenos. Monterey (sic) Agosto 30 de 1862.- Juan de Dios Villalón”. (folleto consultado en la Capilla Alfonsina de la UANL ).
Hemos visto el quehacer poético del “joven pasante” y de quien D. Ricardo Covarrubias y D. Israel Cavazos, dicen que no concluyó la carrera; Emeterio Treviño González, afirma: “terminó la carrera de abogado, pero no llegó a graduarse, por virtud de haberse lanzado a la revolución encabezada por el General Porfirio Díaz” (5). Diferimos de D. Emeterio Treviño en cuanto a no graduarse “por virtud de haberse lanzado a ….etc. etc”. No fue esa la causa, como veremos enseguida.
Después de su intervención en el Colegio Civil en 1862, Villalón continuó cultivando la poesía y en enero de 1863 publica en el órgano gubernamental, Boletín Oficial, el poema “La Cadena de Amor”, el cual consta de 19 quintetas y 8 cuartetas. El Dr. Rafael Garza Cantú, toma esa pieza poética, sin duda del Boletín citado, y reproduce cinco quintetas y una cuarteta; nosotros copiamos varios versos, pero no los mismos que transcribe Garza Cantú (6). “Más ¡loca te estás volviendo?/ ¿Hablas con él? no te escucha: / “¡Cruel, ingrato!” estás diciendo; / ¡Ah, Lelia, yo te comprendo…./ Ha de ser tu pena mucha! / Allí le oí que hasta el cielo / Doliente su queja alzaba, / “¡Pobre Lelia!” tu también, / Sin pensar que me haces mal, / La herida ensanchas mortal / Que abrió en mi pecho el desdén / De tu arrogante rival. // “Mas ay! Lelia, que la flor / De los perfumes suaves / Que en premio anhela tu amor, / Me la robó quien tú sabes”.
El poeta de Santiago, N.L., entró a la función pública a sus 25 años edad; el dos de febrero de 1863 como diputado local, formando parte de la XIII Legislatura. Al año siguiente Monterrey es ocupada por el ejército franco-traidor comandado por el Gral. De Castagny y nombra autoridades, el Lic. José Ma. Aguilar como Prefecto Político. Juan de Dios Villalón se desempeña entonces como Secretario de la Prefectura Política, permaneciendo en el cargo los años 64 y 65. De este año es su texto “Al Ojo de Agua” el cual fue publicado en Facebook el 7 de septiembre del 2018 por la estudiosa de la educación, la Dra. (en esa materia) Angélica Murillo Garza; también se consigna en Monterrey en la Poesía.50 poemas dedicados a la ciudad. de D.Israel Cavazos. Del año 66 al 68 tenemos pocos datos; aunque sabemos, por Garza Cantú, que en la década 60-70, Villalón y el poeta cubano Alfedo Torroella, sostuvieron amistosas y poéticas contiendas (7). En 1869, el 18 de septiembre, publica en el Periódico Oficial del Estado, su composición sobre la Independencia para conmemorar el 15 de septiembre. Ofrecemos unos fragmentos : “Musa del pueblo, espíritu sublime / De la potente democracia, inspira / Mi escaso númen; que tu alma anime / Mi voz, y temple mi inacorde lira, / Para cantar las glorias de la hermosa / Patria inmortal de Hidalgo y Zaragoza. // En esta noche, de memoria eterna, / Celebran los patriotas mexicanos / Este pueblo de noble procedencia / Recuerda con transportes soberanos / El principio moral de su existencia / Había un pueblo abyecto y miserable // Y Allá en un tiempo, cuando Dios quería / Ese pueblo fue rico y poderoso / En medio de la dicha y la alegría, / Dueño de las campiñas que poblaba / Con sabia y propia ley se gobernaba / Y por la senda del progreso hermoso / A pasos de gigante caminaba. // Así, tus hijos que mañana hereden / Tu nombre heroico y tus heroicos hechos, / Viéndose libres y felices, pueden / Alta llevar la frente satisfechos. // Y si extraño poder acaso intenta / Ponerles del esclavo la señal / Con sangre harán lavar tamaña afrenta. Monterey (sic) 15 de Septiembre de 1869. J. D. Villalón”.
Con la llegada del Lic. Lázaro Garza Ayala en 1869 como Gobernador del Estado, el poeta Villalón asume la Oficialía Mayor de Gobierno. En 1870, el 13 de febrero, contrae matrimonio con la Srita. Juana Duval. Consta en el Acta correspondiente ser de 32 años y empleado; la pretensa es de 21 años, originaria de San Fernando de Prezas; (Tamaulipas); hija del finado Dr. Juan Zeferino Duval, de Inglaterra (8) y de Da. Refugio Rodríguez. Fueron testigos Marcos Santoscoy y Francisco Cortes. En marzo del 70, publica tres poemas dedicados “Al autor de los “Estudios sobre la Historia General de México”, en prueba de merecido aprecio”, titulados: Huitzilopóchtli, Chalchiuhnenetl y Pilaxilla. El autor y destinatario, es el Lic. Emeterio de la Garza, quien escribió un Compendio de la Historia Antigua de México de 86 págs., basado en la obra del desterrado jesuita veracruzano Francisco Clavijero. De los tres textos poéticos, Emeterio Treviño reproduce el segundo; nosotros ofrecemos las principales estrofas de los dos restantes; Huitzilopóchtli: “Yendo de paso en tierra michoacana/ La tribu azteca que del norte vino, / De Huitzitón la muerte sobrevino / Que era el Caudillo de cabeza cana. // ¿Quién al combate la inmortal macana / Conducirá del nómade con tino? / Quién puede guiar al pueblo peregrino / Hasta que encuentre el ave soberana? // Más el Teotlamacázqui, que del mando / aspira el escabel, cuento ingenioso / Como otros mil que ahí andan, inventando, // De él hace un dios terrible, poderoso./ Como el Jehová judaico, así inhumano / Era Huitzilopóchtli el mexicano”. La tercera pieza literaria, Pilaxilla, tiene estrecha relación con las otras dos y consta de 34 cuartetas; van 10 como muestra: “Pilaxilla: Rodeado de laureles y de gloria / Cocyoeza el valiente zapoteca, / Los combates repasa en su memoria / En que humilló el orgullo del azteca. // Es una noche entre el fulgor nacida / Del astro que protege los amores: / El aura tibia a disfrutar convida / De Chalchihuitlicúe los favores. // En este de nereidas fresco lecho / Cocyoeza mitiga los ardores / De la sangre que alienta el noble pecho, / Hirviente aun de bélicos furores. // -¿Quién eres tú, visión encantadora?- / El admirado paladín exclama: / ¿Cómo ahí sola estás, en esta hora; / Qué causa aquí te llama? // De su conjunto los contornos suaves / No oculta el pliegue de importuno traje, / Y un brial de pluma de pintadas aves / Es de la indiana el único ropaje. // Cuando escucha el lenguaje apasionado / Del galante cacique, se alboroza / Su tierno corazón emocionado/ Y así responde la gallarda moza: // “¡Salud, guerrero ilustre! la fortuna / Del dios de los combates te acompaña / Los habitantes de la gran Laguna / Tiemblan ante tu saña. // Ven, ven a mí : devórame en tu lumbre, / Astro de la mañana; / Y aunque de alto poder piso en la cumbre, / Serás mi soberana. // Oí contar las ínclitas proezas / De tu brazo esforzado, / Y mi alma, que se rinde a las grandezas, / De ti se ha enamorado. // Dice, y fugaz cual tímida paloma / Rápida cruza el bosque y la alta loma, / Llevándose la dicha del indiano. Monterey (sic), Febrero de 1870”. (Periódico Oficial del Estado, 2 de marzo de 1870, consultado en el AGENL).
Vale la pena comprender cabalmente las expresiones de estos poemas y de otros de igual naturaleza y contexto. Hoy tenemos la manera de acercarnos, vía internet, a ese mundo sobre el que escribió el ilustre santiaguense. Luego de rubricar los tres poemas arriba citados, Villalón publicó, al mes siguiente, lo que el Periódico Oficial tituló; “Versión de la poesía leída por el Rey Nezahualcóyotl el día de sus bodas”. De acuerdo con Emeterio Treviño el texto de Villalón es una traducción del náhuatl al español (9). Pero se impone preguntarnos ¿cuándo y cómo aprendió náhuatl?. Estamos en el Nuevo León de 1870. El poema consta de ocho octavas; copiamos solo la primera: “Son las pompas caducas de este mundo / Como los verdes sauces de la fuente / Que en este suelo sin igual fecundo / Sombra y frescura dan; más de repente / El fuego los devora furibundo, / O del hacha al poder doblan la frente, / O bien, cuando ya añosos languidecen, / Barridos por el cierzo desparecen”. (sic, esta última palabra). Periódico Oficial del Estado, 27 de abril de 1870, consultado en AGENL. El poeta de Villaldama, Treviño González, en 1930 transcribió íntegra esta poesía; tomándola del periódico citado, lo aseguramos pues en ambas fuentes (Periódico Oficial y Emeterio Treviño), vemos la misma falla tipográfica en la última palabra: desparecen siendo lo correcto desaparecen. Una parte del texto de Nezahualcóyotl merece reflexión, cuando dice “Los ríos, los arroyos y las fuentes / corriendo van, pero jamás alcanzan / Volver a dó nacieron sus corrientes; ….Tal es el curso de la vida humana, / Ayer no es hoy, ni hoy será mañana”. Lo anterior coincide en su esencia, con el pensamiento filosófico de Heráclito de Efeso; quien cientos de años antes sostenía la tesis del cambio perpetuo; “todo fluye, todo cambia”, afirmaba. Sabemos que Roberto Benavides González conoce bien el pensamiento del filósofo de Efeso. Los versos del Rey poeta los recoge también el intelectual argentino José León Pagano en El Parnaso Mexicano, editada en Barcelona por la Casa Maucci en 1909. Del mismo año del 70 hay otra composición “Paraiso Perdido”; copiamos unos fragmentos: “Breves las horas fueron de ventura / Que de la infancia en la mañana breve / Gocé a tu lado, angelical criatura: // Cuántas veces en dulce arrobamiento, / Contemplando el lucero vespertino / La negra noche a sorprendernos vino /¿Te acuerdas, Julia mía,? delirante / Deposité en tu labio un beso tierno…./ Más tú, encendido el rostro, vacilante, / Me rechazaste; y fuego del averno / Sintiendo yo en el pecho destrozado, / De ti me separé ruborizado. / Como Eva y Adán desventurados / De nuestro Edén salimos desterrados”. (Periódico Oficial No. 20; 3 de septiembre de 1870). Esta pieza literaria la registra también Vicente Riva Palacio en El Parnaso Mexicano. México. Edición de CONACULTA / UNAM / et al 2006. El mismo mes y año, publicó otra poesía y la tituló A mi amigo Alfredo Torroella, autor del drama social “El Mulato”. Consta de 10 cuartetas; vá la primera: “¡Muy bien, muy bien, Alfredo! la corona / Con que ciñe Melpómene tu frente / Es un timbre de gloria indeficiente / Que el Genio del poder en ti pregona”. (Enseguida transcribimos los últimos versos de éste poema que consideramos proféticos). / Goza entre tanto, Alfredo, de tu gloria; / Y si tus pasos el destino guía / A otras regiones, sin temor confía / En que hay aquí quien guarde tu memoria.” Monterey, Setiembre de 1870.- J. D. Villalón. (Periódico Oficial 28 de septiembre de 1870) (10 ). En 1874 y 75 se desempeñó como Secretario de Gobierno; en este año publicó la obra “Reglas de Urbanidad en Verso y Algunas Fábulas de Esopo, Traducidas del Latín y Puestas en Sonetos Castellanos”; libro adoptado como texto en las escuelas primarias (Periódico Oficial 20 de febrero de 1875). En 1876, señala D. Israel Cavazos, “abrazó la revolución de Tuxtepec y fue secretario particular del Gral. Porfirio Díaz”; 18 años laboró en la Contaduría Mayor de Hacienda. No dejó la pluma y en 1888 publicó un soneto con el título de Cuauhtémoc, cuyo último verso dice : “¡ El héroe es él! Su vencedor bandido!”. En 1894, rubrica su Himno a la Patria, llevando el sello tipográfico de la Escuela Industrial de Huérfanos. Tecpan de Santiago, México, 1894, según registra D. Israel Cavazos y agrega que en 1895 fue nombrado Contador del Nacional Monte de Piedad. Los últimos años de su vida radicó en la ciudad de México donde murió el 4 de febrero de 1902.
* La foto del poeta que acompaña este escrito, es una imagen poco conocida; y la ofrecemos por una cortesía del arquitecto Juan Alanís Tamez, quien la dio a conocer en su obra Diccionario Biográfico de Santiago, Nuevo León, (1992).
NOTAS
Las fuentes hemerográficas van señaladas en su respectiva cita.
1.- Emeterio Treviño González: Antología de Poetas Nuevoleoneses. SEP. México, 1930.
2.- Ricardo Covarrubias: Nuevoleoneses Ilustres. Rafael SanMiguel, Jr., editor, Monterrey, 1990.
3.- Israel Cavazos Garza. Diccionario Biográfico de Nuevo León. GrafoPrint, editores, Monterrey, 1996.
4.- Ricardo Covarrubias, Op. Cit.
5.- Emeterio Treviño, Op. Cit.
6.- Rafael Garza Cantú. Algunos Apuntes Acerca de las Letras y la Cultura de Nuevo León en la centuria de 1810 a 1910. Conaculta/Gobierno del Estado. GrafoPrint editores, Monterrey, 1995, reproducción facsimilar, edición de Luis Martín Garzagutiérrez.
7.- Idem.
8.- El Dr. Juan Zeferino Duval, padre político de Villalón murió fusilado en 1864 por el ejército invasor.
9.- Villalón mereció “por dicha versión, un premio otorgado por la Real Academia Española”, Emeterio Treviño, Op. Cit.
10.- En efecto, en febrero de 1997 (hace casi 24 años), elaboramos el texto Alfredo Torroella Romaguera, un poeta y dramaturgo cubano en Monterrey, en donde para preservar su memoria rescatamos algo de su producción publicada en nuestro país; trabajo con el cual ingresamos a la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística.