PEREZ17102022

Ponderar los riesgos globales
Edilberto Cervantes

Monterrey.- En unas semanas se celebrará la reunión anual de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Organismo creado al fin de la Segunda Guerra Mundial (en los años cuarenta del siglo pasado), con la misión de evitar que se volviera a provocar un conflicto bélico como el que acababa de terminar. La representación de los países miembros es a través de sus gobiernos.

La ONU ha desarrollado una estructura para atender los temas de mayor trascendencia para la comunidad global: educación, ciencia y cultura; alimentación y agricultura; desarrollo industrial; contra las drogas y el delito, entre otros. Lo más relevante sin duda es la paz y la seguridad internacional.

En la Asamblea General están representados todos los países miembros, con el espacio para que cada representante pueda pronunciarse libremente sobre expresiones o propuestas que se lleven al pleno. La Asamblea General emite recomendaciones.

El Consejo de Seguridad de la ONU, es el organismo “encargado” de mantener la paz y la seguridad en el Mundo. El Consejo está conformado por quince Estados: cinco son miembros permanentes con derecho de veto —Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y la República Popular China— y diez miembros no permanentes.

El Consejo de Seguridad puede tomar decisiones vinculantes (conocidas como “resoluciones”) y obligar a los miembros a cumplirlas, de acuerdo a lo establecido por la Carta de las Naciones Unidas. Cuando uno de los cinco miembros permanentes emite un veto, la resolución no se aprueba. Eso sucede con frecuencia, ya que, sobre todo con los conflictos bélicos, lo usual es que los cinco se alineen en dos bloques: “occidente” (Estados Unidos, Reino Unido y Francia) por un lado y “oriente” (Rusia y la República Popular de China) por el otro. En el caso de la invasión rusa a Ucrania, el veto de Rusia impide cualquier resolución que la condene. En el caso de la invasión israelí a la Franja de Gaza, el veto de Estados Unidos evita cualquier condena a Israel. Es el reflejo del peso de los dos principales bloques con gran capacidad bélica.

De acuerdo a información reciente (El País, 11/06/24), están en curso 56 conflictos bélicos, con 92 países involucrados; la mayor cantidad desde la Segunda Guerra Mundial. Las exportaciones e importaciones de armas y equipo bélico se encuentran en altos niveles, al igual que la inversión en la “industria” bélica. El costo global de la violencia alcanzó en 2023 los 17.5 billones de Euros, lo que equivale al 13.5 % del Producto Interno Bruto Global. En ese mismo año, se registraron 95 millones de personas como refugiados o “desplazados internos”. Los medios de comunicación en México apenas informan sobre el conflicto Rusia-Ucrania y el de Israel-Palestina.

Pero si los conflictos bélicos se multiplican, sin que la ONU tenga la capacidad para disuadirlos, hay otros temas de preocupación global en los que tampoco se avanza por la falta de compromiso efectivo de la comunidad internacional.

El cambio climático representa el riesgo mayor para la sobrevivencia del género humano. En el 2015, convocados por las Naciones Unidas, los líderes mundiales establecieron el compromiso de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sustentable. Era un acuerdo para impulsar la paz y el desarrollo, con respeto a la dignidad y los derechos humanos. Significaba un cambio sobre cómo entender las relaciones entre la sociedad, la economía y la ecología. Se trataba de una responsabilidad global que había que asumir de inmediato, con metas hacia el año 2030 y el 2050. Ahora, en el 2024, nueve años después, solo un 17 por ciento de los Objetivos están siendo atendidos. En la mitad de los Objetivos el progreso es moderado o mínimo. En tanto que en un tercio se registra estancamiento o regresión.

En las estadísticas de 2022, 23 millones adicionales de personas fueron empujados a la extrema pobreza y otras 100 millones más que en 2019 padecían hambre. En tanto que, de manera anormal, cerca del 60 por ciento de los países enfrentaban altos precios en los alimentos, empeorando el hambre y la inseguridad alimentaria.

Son los más vulnerables los que enfrentan los más altos riesgos, entre los que se encuentran los niños del continente más poblado. De acuerdo a datos de la UNICEF, la severa sequía que afecta a los países del sur del África está impactando a casi 300 mil niños con la amenaza de aguda desnutrición. Si las tendencias actuales se mantienen, para el año 2030 habrá 582 millones de personas padeciendo desnutrición crónica, la mitad de ellos en África.

(Los datos sobre el cambio climático y el hambre en África, se tomaron de una comunicación que el Presidente de Irlanda recién envió a sus colegas, para la “Reunión del Futuro”, que se celebrará en la ONU en los próximos días, de manera simultánea con la Asamblea General).)

En las próximas semanas se celebrará la reunión de los BRICS, cuya membresía se ha ido ampliando (originalmente se asociaron Brasil, Rusia, India, China y Sud África; ahora incluye países de Oriente Medio, Irán entre ellos). Es un bloque en el que no participan los Estados Unidos y sus aliados tradicionales. Desde el punto de vista geo-político se trata de dos bloques cuyos intereses económicos están confrontándose a nivel global, con la posibilidad de que el grupo de los Brics decida ya dejar de utilizar el dólar norteamericano como moneda internacional para las transacciones entre los países asociados. La decisión se ha ido difiriendo. Esto significaría un desafío al dominio de los Estados Unidos en el comercio mundial. China, por sí sola, tiene ya una fuerte presencia.

El conflicto Israelí-Palestino es otra fuente de inestabilidad global, en la medida en que las acciones bélicas se recrudezcan o expandan en la región de Medio Oriente. Hace algunos días se hacía referencia a una alianza cada vez más estrecha entre Irán y Rusia.

La guerra Rusia-Ucrania por momentos desaparece de las noticias mundiales. Pero sigue allí, con Rusia tratando de contener un mayor involucramiento de los países europeos y de la OTAN. La lucha de los ejércitos en tierra es sólo un proceso de desgaste, mientras que Ucrania busca disponer de armamento sofisticado para atacar por aire.

El proceso electoral en los Estados Unidos avanza, con el impredecible Trump mostrando capacidad competitiva, aunque ya con evidencias claras de su proclividad a mentir, en cuanto se ve presionado. Por su parte, el “complejo militar-industrial”, pieza clave de la economía norteamericana, siempre está impulsando los conflictos bélicos y puede jugar un papel decisorio en las elecciones.


Later this month, heads of state and government from across the world will gather in New York for the United Nations General Assembly. We shall meet in the gravest circumstances.