PEREZ17102022

Qué modelo de mundo
Samuel Schmidt

Austin.- Sin afán de ser tremendista, el escenario en el Medio Oriente conlleva el riesgo de una conflagración que podría desembocar en una tercera guerra mundial; y me espanta el escenario de vivir una lluvia de misiles intercontinentales con una gran capacidad de destrucción, porque a las fuerzas islámicas no les interesa la modernidad, sino el dominio, la shaaria.

Se están decantando los ejes. Por un lado se encuentra Rusia, Irán, Corea del Norte y posiblemente China, aunque este puede optar por quedarse fuera para salir a recoger los restos del naufragio y dominar al mundo. A este eje se pueden sumar los países árabes y musulmanes como Egipto, Siria, Jordania, Líbano, Iraq, Afganistán, del golfo pérsico como Qatar y hasta Arabia Saudita, porque parte del botín sería la destrucción de Israel. Además países controlados por alguna de estas potencias, como Yemen. Turquía coquetea con ambos lados, aunque le da refugio al líder de Hamas. No descartaría la asistencia de algunos países latinoamericanos decantados por su postura en contra de Estados Unidos, como Venezuela, Brasil, Colombia.

Será entonces que nos acerquemos a una batalla de las civilizaciones, como anunció Huntington y cuya relevancia ha marcado con precisión Diego Velázquez.

Este eje cuenta con fuerzas terroristas bien entrenadas como Hezbola, Yhad islámica, Hamas, Hutus, Talibanes, y comunidades islámicas en Europa, que ya han mostrado actuar con violencia.

Muchos “izquierdistas” se inclinan a favor de una posición anti-estadounidense, llegando al extremo de justificar actos y posturas contrarias a sus valores y principios. Mujica, el justiciero uruguayo, llama a liberar rehenes latinoamericanos en manos de Hamas; ¿y los otros?, tal vez por ser judíos que se queden en el infierno.

El otro eje parece estar liderado por Estados Unidos y hasta ahora la OTAN, así como la inclinación de países tradicionalmente neutrales, que buscan apoyo en contra de lo que parece un proceso de expansión de Rusia.

Habrá paradojas, porque Estados Unidos apoya militarmente a Israel y Egipto, e Israel ha empezado a venderle armamento a Arabia Saudita. El conflicto entre las declaraciones anti israelíes de Petro (Colombia) e Israel provocó la suspensión de exportación de equipo de seguridad israelí y Petro se hizo el ofendido, llamando a defender la dignidad de Colombia.

El Pogromo de Hamas tenía al parecer un diseño geopolítico muy bien estudiado.

Hamas podía imaginar un escenario como el actual: Israel se lanzaría con toda su fuerza en contra de ellos, lo que saboteaba las posibilidades de acercamiento entre Israel y ciertos países árabes, sino que arruinaba el diseño de Biden sobre el Medio Oriente; posiblemente esto motivó a Biden a visitar a Israel y a su compromiso bélico para derrotar a Hamas, que implica derrotar a Irán y a Rusia. Si el discurso tiene importancia, eso explica la comparación entre Putin y Hamas hecha por Biden.

Rusia históricamente ha apoyado a Hamas y Hezbola y a Assad en Siria.

Parte del escenario de Hamas puede ser la repetición de la guerra de 1947, cuando tropas egipcias, Iraquís, libanesas, sirias y transjordanas, apoyadas por voluntarios libios, saudíes y yemeníes invadieron a Israel; ahora contaría con los agregados mencionados más arriba. Estados Unidos mueve a sus portaaviones y empieza a actuar, como por ejemplo neutralizando misiles lanzados desde Yemen contra Israel.

Los grupos palestinos han hecho su tarea. Durante años promovieron campañas para desinvertir en Israel, promovieron sabotaje artístico, cultural y académico en contra de Israel, con escasa efectividad, porque han logrado anuncios de algunos personajes reconocidos; han penetrado diversos espacios, por ejemplo las universidades de Estados Unidos; su tarea se basa en la postura anti estadounidense y el discurso de que Israel es aliado del imperialismo y por lo tanto debe ser derrotado.

En esta coyuntura hemos visto como estas iniciativas han fructificado, reaccionado con fuerza, aun con mentiras muy bien manejadas, como el caso del misil sobre el hospital en Gaza, que fue lanzado por error por la Yihad Islámica; a unos minutos de la explosión se anunció la muerte de 500 personas, sin mostrar evidencia ni nombres, pero la mentira saboteó la cumbre Biden, Abdalla II (Jordania) y Abbas (Autoridad Palestina) y disparó protestas y movilizaciones en varios países. Esto ha reforzado la consigna de que Gaza es una cárcel y que está en marcha un genocidio.

Los que armaron este escenario leyeron bien la coyuntura israelí; Netaniahu y aliados han polarizado políticamente al país, los colonos en Cisjordania (Judea y Samaria es el término en Israel) se han vuelto agresivos y han respondido con violencia ante provocaciones creando una escalada de violencia. La fuerza de las derechas en ambos lados son leña que alimenta esta hoguera.

Lo que está en juego es muy profundo y por eso “occidente” se ha volcado tras Israel, igual como lo ha hecho tras Ucrania. Desgraciadamente la sangre derramada será de israelíes, gazatíes, ucranianos y los reclutas rusos (ya importaron nepalíes para luchar). O sea, la historia de todas las guerras.