CORONA18052020

Rebelde (por pensar) en voz alta
Abel Garza Martínez

                                                                                                                                      Brincan los borregos en el mismo lugar
                                                                                                                                                                                  Gloria Trevi


Monterrey.- La rebeldía de pensar es un provocativo ensayo filosófico de Óscar de la Borbolla. Se presenta como un libro compacto: bandoneón o acordeón porque se desdobla dialécticamente en muchas preguntas. Un libro para todos, especial para quienes se atreven a cuestionar y forjar un criterio propio. Ahí todo se pone a revisión, pensar es una actividad genuinamente humana, pero no es innata; es una capacidad que se conquista.

     Observa que “cualquiera puede aprender a pensar, pero no cualquiera piensa”. Entre sus afirmaciones más deslumbrantes, va esta: el deseo es la otra cara de pensar. Atinadamente nos recuerda una exclamación de Schopenhauer: “Somos los animales del deseo”. Además, nos recuerda que la duda es un motor para pensar. El vacío de sentido desencadena los mecanismos del pensamiento.

     De la Borbolla funge como guía de perplejos en el siguiente circuito: ¿Qué es pensar? - Pensar lo insoluble (Dificultades de la pregunta ¿por qué soy?, ¿El ser es?, ¿Por qué soy?, ¿Por qué hay ser?) - El pensar y la acción - El pensar y la felicidad.

     A ratos parece que el autor juega con el lector, empero es una estrategia para provocar el pensamiento autónomo. Por ejemplo, señala con lucidez que la pedantería es falta de inteligencia, mera deducción mecánica o automática. Contrasta dos afirmaciones que en esencia dicen lo mismo, aunque una resulte más incómoda que otra: no todos piensan versus no todos saben pensar. Hay crítica a los lugares comunes: “Ni todo aquel que tiene éxito piensa, ni todo aquel que piensa tiene éxito”. No podía faltar la pregunta fundamental por el sentido de la vida.

     Haciendo gala de estilo y método, la exposición fluye en un discurso dialéctico: afirmación, negación y síntesis. Casi parafraseando el título de una película nos dice que pensar duele, por eso no todos se atreven a pensar. Deducir no necesariamente es pensar, aunque implique dos de las características de pensar: la relación y la comparación. La clave que da luz aparece con la crítica, porque ella trae al mundo los valores. Pensamiento y crítica van de la mano. Pero aún va más allá y propone hacer crítica de la crítica, para no dejar de pensar.

     Llega al extremo de afirmar que la verdad es un lastre para pensar, y puede llevarnos al no-pensar. Haciendo eco de Heidegger nos recuerda que lo grave es lo que da qué pensar, lo que no puede dejar de pensarse. Toca puntos álgidos como el de la conciencia y la realidad. De la Borbolla expresa algo que ya muchos habían sospechado, pero no se atrevían a expresar: “resultan más reveladoras las películas Matrix que la obra Ser y tiempo, en la que Heidegger da por sentada la realidad del mundo”, aunque parece injusto o extraño comparar una película con un libro: son medios de expresión diferentes.

     El núcleo duro de La rebeldía de pensar es una invitación a pensar en las ventajas del pensar sobre el no pensar. Su lectura genera “apercepción”: darse cuenta de que uno se da cuenta. De la Borbolla explica con claridad que la meta de pensar es entender. Y el propósito de pensar es humanizarse. Incluso esboza una fisiología del pensar: es como respirar y caminar. Además, nos advierte del peligro de tener éxito a la hora de pensar: cuando uno llega a entender y saber, suele dejar de pensar. ¡Cuidado con el no-pensar!

     Pensar es cosa de inconformes, estira y afloja de la realidad: “Los conformes se oponen al cambio; los inconformes a la permanencia, porque ser hombre es oponerse, usar el no en un sentido u otro”. Los seres humanos somos el medio por el que los valores llegan a este mundo: La realidad es completa, lo que falta o sobra está en los ojos del que mira, lo que falta o sobra es subjetivo: “Las cosas son mejores o peores no en función de sí mismas, sino de lo que esperamos de ellas; son mejores o peores de acuerdo con nuestros fines, nuestras expectativas, con los modelos con los que los contrastamos”.

     Este libro vale mucho, aunque sea sólo por haber lanzado una afirmación polémica: Matrix supera a Heidegger. Pero no se crea todo, sea rebelde: lea y piense. Y tenga cuidado, hay dudas insolubles: los más hondos barrancos. ¿Le entra al juego de pensar? Pero la caída en el pensar no es voluntaria, así como tampoco lo es mantenerse en el no-pensar. La pregunta por el Ser sigue vigente, las matemáticas son ontografía; y la filosofía, ontología. Escritura del Ser, estudio del Ser.

     Transcribo un párrafo donde aparecen las preguntas filosóficas clave, de modo explícito:
                   A veces, sin embargo, el sentido obligatorio y el sentido lúdico desaparecen y nuestra existencia se
                   torna problemática: lo que nos resulta más familiar, nuestro propio ser, dejamos de “entenderlo”, de
                   darlo por consabido. La red de sentidos a que nos fuerza la subsistencia y la red de sentidos
                   artificiales de nuestros juegos dejan de sujetar unas cosas con otras, dejan de correlacionarlas y,
                   entonces sí, preguntamos: ¿por qué existo si pude no existir? ¿Por qué soy, si soy el resultado de
                   una serie infinita de cruces azarosos que bien habrían podido no darse? ¿Por qué soy si haga lo
                   que haga algún día, necesariamente, dejaré de existir y todo lo que me ha importado se perderá,
                   igual que yo, en el abismo? ¿Qué sentido puede tener un ser como yo, consciente e individual,
                   cuyo origen es resultado del azar y cuyo fin está marcado por la necesidad? ¿Para qué estoy aquí?
                   ¿Cuál es el caso?

La rebeldía de pensar. Óscar de la Borbolla. Fondo de Cultura Económica. Primera edición FCE 2019. Segunda reimpresión 2019.