GOMEZ12102020

¿Remoto contra presencial?, la realidad es más compleja
José Ángel Pérez

Monterrey.- Richard Charles Branson, exitoso empresario inglés que en 2013 festejaba sus sesenta y tres años de edad, escribía: “En treinta años, a medida que la tecnología continúe creciendo, las personas van a preguntarse por qué las oficinas alguna vez existieron”. Siendo aún muy joven, Branson se perfilaba como un hombre de ideas futuristas, entre otras iniciativas, fundó la revista Student, publicación “revolucionaria”, no obstante el conservadurismo inglés de los sesentas.

     Por otro lado, también en el 2013, Michael Boomberg, alcalde de Nueva York decía: “Siempre he pensado que trabajar desde la casa es una de las ideas más tontas que he escuchado”. En ese mismo año, Marissa Mayer, ingeniera en informática y directora de Yahoo se oponía a que sus empleados trabajaran desde su casa. En 2021, a ocho años, ante la pandemia que recluyó al mundo, recordamos dichas posturas.

     La realidad se ha adelantado a los vaticinios de Bronson, lo que él predijo para 2043, ya es una idea adoptada por muchos. Sin embargo, los argumentos de Bloomberg hoy más que nunca, también son válidos ya que, por ejemplo: tener una conversación por chat no es lo mismo que intercambiar ideas en las oficinas al lado de compañeros de trabajo, las charlas en los pasillos son añoradas por muchos, intercambiar puntos de vista a la hora de la comida o en el break alivia la tensión ocasionada por el trabajo.

     Por otro lado, nuestros niños y jóvenes añoran las pláticas en el patio de la escuela, en la cafetería, en los pasillos, entre clase y clase, las bromas entre ellos, la hora del recreo; los días de actividades cívicas, artísticas o deportivas; las conversaciones antes de entrar a clases y a la hora de la salida, el abrazar a sus compañeras y compañeros, el poder saludar a sus maestras y maestros, y tantas actividades más que caracterizan y hacen única la vida en las aulas.

Mientras Branson decía: “tener una oficina en casa hace a los empleados ser diligentes al tener más tiempo para estar con su familia”, los argumentos de la directora de Yahoo se orientan en el hecho de que la colaboración es muy importante y por ello, los trabajadores necesitan trabajar uno al lado del otro físicamente y que por eso es importante la presencia en las oficinas. Nuestros profesores y estudiantes hoy expresan opiniones en el mismo sentido.

     A ocho años de este debate, es interesante analizar la realidad en la que un virus nos colocó. De marzo del 2020 a la fecha, muchas empresas han valorado la importancia de que sus empleados laboren desde su casa, sin embargo, están combinando el trabajo en casa “home office” con el trabajo en la oficina. Las situaciones varían de empresa a empresa y las particularidades son muchas a tal grado que es urgente legislar al respecto. En el campo de la educación, la realidad es más delicada y, por lo tanto, requiere de atención inmediata. La enseñanza y el aprendizaje desde casa es una actividad más compleja que la que realiza el trabajador de una empresa. El trabajo a distancia del profesor requiere de materiales digitales que, en la mayoría de los casos no conoce, no domina o no tiene acceso a ellos. Esta problemática se agrava porque, además, se carece de una didáctica acorde a la nueva realidad y, por lo tanto, diferente de la que le fue enseñada.

     El trabajar en casa y todos los factores que hacen posible un buen resultado de la actividad, se está resolviendo sobre la marcha en el medio empresarial y de negocios, donde se cuenta con los medios económicos y una visión de futuro. Las empresas están combinando el home office con el trabajo en la oficina, al grado de que cuando termine la pandemia esta forma híbrida va a prevalecer.

     En cambio el trabajo en educación aún requiere atención de quienes administran el Sistema Educativo, la problemática no sólo existe en escuelas oficiales donde los maestros carecen de apoyos de todo tipo; en los colegios particulares donde las carencias materiales son menores, se evidencia otro problema aún más grave, y es que la mayoría utiliza la comunicación en línea bajo un modelo didáctico “presencial”.

     Como ya lo expresamos, el problema de la educación en tiempos de pandemia es complejo y urge ser investigado desde diferentes perspectivas que arrojen información en lo referente a los problemas psicológicos, económicos, de salud, administrativos, sociales y familiares que ha ocasionado el encierro en maestros, alumnos y padres de familia. Urge un plan de acción fundamentado en lo anterior.