Coro2310

Resentimiento político en tiempos de coronavirus
Luis Valdez

Monterrey.- Ahora cada mañana me almuerzo a un par de opinólogos de Facebook de “lo malo del presidente y nos va a matar a todos, porque está viejo y no sabe del coronavirus”. Ternuritas resentidos.

     Todos los mexicanos sabemos que en este país tirarle al presidente es deporte nacional. Nos quedamos en la esquina de la cuadra o frente al asador. Nos emociona sentir que resolvemos los problemas del país diciendo “pinche gobierno rata”. Así hemos crecido y la costumbre (maña, diría yo) no se nos quita.

     Pero eso no arregla nada.

     Sabemos que los 18 años de promesas de campaña ahora son un gran peso para el proyecto federal de AMLO, sabemos que una cosa es lo que los votantes creen que se prometió y que se debería cumplir de inmediato. Sabemos que es más rápida la indignación (sobre todo motivada por los partidos contrarios) que el cumplimiento legal de un proyecto.

     Pero a los mexicanos les interesa tener algo de qué seguirse burlando y a qué criticar.

     Todos eran opinólogos sentados en las mecedoras de la banqueta, en la esquina de su casa y ahora en su smartphone. Opinar es barato, pero el valor y peso de esta opinión también lo es. Centrémonos en lo que vivimos estos días en la salud pública.

     ¿Tiene usted miedo por sus adultos mayores ante el coronavirus? Sé que sí.

     ¿Por sus niños, sus padres, su novia o pareja?

     Sé que sí.

     ¿Entonces cómo carajos es que tienen tiempo para echarle pestes ahora a AMLO? Es que no se ha dado cuenta que puede utilizar ese tiempo para aprender un platillo nuevo o ver la manera de entretener a su hijo o ayudarle con las tareas escolares?

     O leer un libro, carajo.

     Pero no pierda el tiempo y deje trabajar a los demás.

     Ahora nos damos cuenta que el IMSS no se da abasto, que requerimos de más centros médicos, de doctores o de laboratorios en el país. Ahora resulta que no pensábamos en eso hace tres años, porque NO HACÍA FALTA.

     Bienvenidos al despertar mexicano. Una realidad que muchos prefieren aprovechar para recoger piedritas del suelo y seguir arrojándolas a la cabeza del presidente, el gobernado o el alcalde en turno (como se ha hecho desde que yo tengo memoria sin importar el partido ni los colores) mientras descuidas las necesidades de la familia, de los tuyos. Ah, pero esa será otra maravillosa excusa para seguir agarrando piedritas.