Ciudad Juárez.- Me preguntas la razón o razones por las cuales estoy apoyando la candidatura de Juan Carlos Loera a gobernador del estado de Chihuahua, postulado por MORENA. Si no aspiro a ocupar algún cargo público, me dices, carezco entonces de la principal motivación para involucrarme en actividades político-electorales. No es así –y tú lo sabes– también puede asumirse la actividad política como un compromiso altruista –en el más extenso sentido del concepto– y de lealtad a principios y a maneras de pensar en los cuales cada uno se ha formado.
Pues, no siendo el asunto de carácter privado, te respondo en público.
Resumiré en tres mis breves argumentos:
1. Estimo que JCL es una persona honesta, con antecedentes familiares, profesionales y laborales muy cercanos a los que tiene el grueso de los chihuahuenses: ha vivido de su trabajo, se ha formado en escuelas públicas, es libre de pensamiento. Además, he advertido su fuerte disposición y aptitud para el servicio público y su enorme capacidad de trabajo. Me he persuadido, en consecuencia, que es un buen candidato y puede ser mejor gobernante. En especial para Chihuahua, agrego la necesidad política de cerrar el paso al regreso del duartismo corrupto y corruptor, representado en la candidatura de María Eugenia Campos Galván.
2. Desde hace muchos años el movimiento transformador encabezado por Andrés Manuel López Obrador ha tenido mi respaldo y en el presente, apoyo las políticas públicas de su gobierno. Por supuesto, mis adhesiones no han sido incondicionales y nunca he renunciado a mi independencia de criterio. Hoy, pienso que debo contribuir con mi modesto aporte para que este régimen permanezca y se consolide. Las elecciones intermedias de este año, marcan un cruce de caminos: o retornamos a los gobiernos despilfarradores y corruptos o avanzamos con los cambios en marcha. Por eso, MORENA debe ganar nuevamente la mayoría en el congreso federal.
3. No hacer nada, permaneciendo cómodamente al margen de la contienda electoral o bien asumir una posición de crítica absoluta y rechazo a la única candidatura con vocación política hacia los trabajadores y hacia los más desprotegidos, me parecería una actitud estéril y egoísta de mi parte.
Podría desplegar muchas consideraciones más, pero estas son las sustanciales.