Guanajuato.- Desde este lunes 23 los trabajadores del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato estamos formalmente en contingencia sanitaria. Para ello, la Junta Estatal Ejecutiva emitió el acuerdo OO1/2020 el día 19 anterior, que formaliza las medidas que ya se habían adoptado por parte de las áreas desde días antes, y ordena otras, entre ellas la suspensión “de las labores presenciales del personal permanente y eventual del Instituto por el periodo comprendido del veintitrés de marzo al diecinueve de abril de dos mil veinte.”
Nuestro organismo fue de las primeras instancias públicas en el país en adoptar una medida tan rigurosa. Sólo el sector educativo fue tan atingente. Por supuesto que hubo muchos debates internos antes de su adopción, pero considero que se tomó la mejor decisión, que preserva lo más valioso de cualquier organización: la salud y la vida de su personal. Me alegra que los y las consejeras, así como los y las titulares ejecutivos, hayan abordado el tema con seriedad e imaginación.
Debo confesar que nunca había yo participado en una medida similar. Ni siquiera en la emergencia sanitaria por el virus H1N1 de 2009 se suspendieron clases, actividades laborales, deportivas y de entretenimiento en todo el país. Es un gran esfuerzo nacional que deberá dejar amplios aprendizajes a nuestros líderes y a la población: la solidaridad nos lleva muchos más lejos que el conflicto y la violencia. En un momento de polarización nacional como el que vivimos desde hace meses es positivo que el azar nos haya hecho enfrentar retos que imponen la unión entre los diferentes, so pena de perder la salud o la vida.
No quiero minimizar la gravedad del momento, que sin duda es enorme y angustiante. Pero en un esfuerzo de adoptar una actitud positiva me atrevo a afirmar que la pandemia no nos derrotará; al contrario, nos fortalecerá, como siempre ha sucedido cuando los mexicanos enfrentamos los desastres a que nos somete de cuando en cuando la naturaleza indomable.
Somos un pueblo contradictorio. Ya lo apuntaron John Turner, Samuel Ramos, Emilio Uranga, Octavio Paz, Rosario Castellanos y Roger Bartra. Bárbaros y gentiles a la vez; polifacéticos aficionados a las máscaras, egoístas por sistema y solidarios en momentos de tribulaciones. Nos burlamos de la muerte, pero también la tememos y nos aferramos a la vida.
La inconsciencia de nuestro actuar social nos acarrea anomias y problemas que le exigimos al ogro filantrópico, el supremo Gobierno, que nos resuelva, entre ellos la salud. Si la pandemia nos permite trabajar desde casa, preferimos vacacionar en las playas o acudir a conciertos, en la mayor irresponsabilidad. Eso hacen los que pueden. Los necesitados no tienen opción, y deberán arriesgarse a contraer el bicho y jugarse la existencia. México contradictorio…
Los afortunados que podamos desplegar el Home Office debemos responder a ese privilegio redoblando el trabajo cotidiano. Las tecnologías están de nuestro lado. Es una buena oportunidad para que nuestros hijos nos vean aprovecharlas productivamente, y no sólo para el divertimento. Nuestro aislamiento le atajará al virus la cadena del contagio, y lo exterminará. Y mientras aprenderemos una gran lección desde casa.
(*) Antropólogo social. Consejero electoral del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato. Profesor ad honorem de la Universidad de Guanajuato. luis@rionda.net – www.luis.rionda.net - rionda.blogspot.com – Twitter: @riondal