PEREZ17102022

Retos de Morena Hidalgo 2020-2024
Pablo Vargas González

Pachuca.- En 2020 se realizaron elecciones municipales en Hidalgo, había gran expectativa porque en 2018 Morena, con Andrés Manuel López Obrador, logró quebrar el viejo sistema político local, y se pensaba que habría un cambio significativo en la geopolítica hidalguense; empero, no sucedió así: por una parte irrumpió el contagio del Covid-19 y, por otra, la grosera presencia de las prácticas políticas del viejo régimen, encabezado por Omar Fayad, desvielaron la fuerza emergente del morenismo.

Sin embargo, merced a que se realizaron elecciones federales intermedias en 2021, nuevamente se pusieron las cosas en su lugar, con la intervención de un árbitro externo (INE) y una campaña nacional, el electorado nuevamente refrendó el apoyo a la Cuarta Transformación (4T). En 2022, en la disputa por la gubernatura en Hidalgo, se revalidó la decadencia final del viejo sistema prianista y la emergencia de una nueva fuerza política.

Hacía las elecciones de 2024, con una nueva geografía nacional favorable, es importante retomar las elecciones del 2020 en Hidalgo, sobre todo en relación con la situación interna, que es la más apremiante, porque las condiciones suelen repetirse:

1. Hubo gran movilización interna por las candidaturas. 2. Presencia de grupos de poder que solo se subieron al barco con toda su fuerza y recursos, y en muchos casos desestabilizaron la vida interna, generando un desequilibrio en la competencia, sobre todo a nivel municipal. 3. Chapulineo, de militantes de otros partidos. 4. Normas internas de selección que no se respetaron. 5. Bases militantes con gran interés de participación quedaron excluidos. 6. Las estructuras de Morena eran incipientes, no había comités municipales. 7. Una dirección estatal desarticulada y sin capacidad de rumbo, favorecían candidatos del Prian. 8. Carencia de un programa político estatal, que redundó en debilidad ideológica. 9) Partidos de coalición cuya alianza solo fue de papel, nunca apoyaron; inclusive, trabajaron para los contrincantes.

Con la llegada al gobierno por parte de la izquierda, desde la presidencia de la república en 2018, y luego en 22 gubernaturas, una con el PVEM, incluida la de Hidalgo, en 2022, no se han bajado las banderas de una total democratización de Morena. La Convención Nacional Morenista es un ejemplo de ello, ya que impulsa una real participación de las bases y la construcción de un partido fuerte sin elites y con la elección de líderes auténticos, que promuevan la 4T.

No cabe duda, como lo visualizamos en la candidatura para la presidencia de la república en 2024, no hubo un consenso entre las distintas fuerzas internas. El poner la encuesta como mecanismo único para ganar una candidatura, ya se vio que es no solo insuficiente, sino también peligroso, ya que hay mano negra de los medios de comunicación comercial y de grupos de poder económico que pretenden influir.

Hay una gran inconformidad generalizada entre las bases de Morena, por la falta de canales de participación; no existen mecanismos reales de comunicación entre las dirigencias nacionales y estatales con las militancias. La integración del Consejo Nacional en julio de 2022 no resolvió los grandes desafíos de la institucionalización interna; por el contrario, hay un clamor, diría generalizado, por lograr el respeto y legalidad interna, la aplicación correcta de los estatutos, que las dirigencias sirvan para construir y desarrollar la 4T y rechazar todo tipo de imposición, sobre todo de candidaturas que deben ser para la militancia comprometida y afín con el proyecto de izquierda.

En algunos estados, las convocatorias para seleccionar candidaturas a nivel federal y local aún dejan lugar a dudas, ya que en 2018 se establecieron alianzas con grupos de poder que podrían fortalecer el triunfo; sin embargo, se les puso la “charola de plata” y no solo obtuvieron cargos y posiciones legislativas y de gobierno, sino que ahora controlan regiones, municipios y consejos estatales y municipales.

El Movimiento de Regeneración Nacional en Hidalgo tiene retos en construir una fuerza ciudadana organizada, movilizada y participativa dentro y fuera, que permita acompañar las acciones de gobierno nacional y estatal. En esta nueva etapa política se debe ver un claro respeto al proyecto que se construyó colectivamente y dar a los hidalguenses a las y los mejores elementos para legislar y gobernar los municipios. No podemos retroceder. Hacer cumplir los principios de “No robar, no traicionar y no mentir”, es una tarea de todos.