PEREZ17102022

Retos y avances de las mujeres
Lupita Rodríguez Martínez

En cumplimiento de las tareas de formación, capacitación y desarrollo de liderazgos políticos de las militantes de todo el país, la Sectorial de Mujeres del Partido del Trabajo dio inicio, el sábado 22 de abril pasado, a un nuevo ciclo de conferencias con el propósito de empoderar a las peteístas.

Con base en el Plan de Acción 2023 y el Programa de Capacitación de la Escuela Nacional de Cuadros de la Sectorial de Mujeres, aprobados en nuestra Primera Conferencia Nacional en el Estado de Quintana Roo, retomamos las tareas de preparación con miras a la gran batalla electoral del 2024.

En la dinámica de continuar y fortalecer la formación teórica-ideológica y la capacitación político-partidista, se ofreció la conferencia titulada “Paridad sustantiva y el papel de las mujeres en las elecciones; retos y avances”, a mil 071 compañeras registradas en la plataforma zoom.

El tema forma parte de la temática acordada para impulsar el empoderamiento de las mujeres, mediante el desarrollo de liderazgos femeninos y el fomento de prácticas para servir al pueblo, conforme a la línea de masas-política popular establecida en nuestros Documentos Básicos y, especialmente, a través de la estrategia de promover un nuevo paradigma de participación de las mujeres como un activo fundamental de nuestro Instituto Político.

La conferencia estuvo a cargo de la abogada y politóloga, Sara Pérez Rojas, doctora en Derecho Electoral por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, orgullosamente de su Primera Generación.

La especialista, además de ser licenciada en Ciencia Política por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y licenciada en Derecho por la Facultad de Derecho de la UNAM, tiene maestrías en Derecho y en Derecho Electoral por la División de Estudios de Posgrado de esta última Facultad.

En su ponencia sostuvo tajantemente, con lo cual concordamos, que para poder hablar de una democracia real y de una paridad sustantiva en México, las mexicanas tenemos que exigir el 50 por ciento en todos los espacios públicos porque somos más de la mitad de la población.

Es decir, en los hechos hacer efectiva la reforma constitucional en materia de paridad total de género, promulgada en junio del 2019, para que la mujer y el hombre seamos iguales ante la ley (Artículo 4) y votados en condiciones de paridad para todos los cargos de elección popular (Artículo 35).

Que el 50 por ciento sea el piso mínimo, no el techo máximo para integrar el Congreso de la Unión (Cámara de Senadores, Cámara de Diputados y Congresos Estatales), así como los Ayuntamientos de cada Municipio.

Que el 50 por ciento sea un derecho, no un privilegio para nombrar las personas titulares de las secretarías de despacho del Poder Ejecutivo Federal y de los Estados, así como para integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los organismos autónomos y los partidos políticos.

Para los tiempos que estamos viviendo, resultó muy relevante conocer la historia de cómo hemos transitado políticamente las mujeres para conquistar nuestros derechos, a partir del derecho de votar y de ser votadas a nivel municipal en 1947 y a nivel general en 1953.

La cifra de nueve mujeres gobernadoras en un lapso de 70 años (1953 a 2023), prácticamente se empató en una sola elección, la del 2021. Esto demuestra el avance en la causa de la paridad y lo que nos falta por recorrer no lo vamos a discutir, sino a trabajar para alcanzar esa igualdad sustantiva.

Hay que considerar que tenemos importantes avances constitucionales y en las leyes conquistados por las mujeres, que han hecho posible la paridad. Empero, todavía estamos muy lejanas de lograr la paridad sustantiva, siendo necesario redoblar la lucha para que deje de ser ‘letra muerta’ en la realidad.

Por ello, formar liderazgos y promover la participación política de las mujeres en la gobernanza, es uno de nuestros principales retos para superar barreras estructurales generadas por leyes e instituciones discriminatorias, situación que se acentúa por el fenómeno de la pobreza.

Preparémonos a potenciar nuestras capacidades políticas, ideológicas y humanas, para ofrecer el máximo potencial en el impulso de la igualdad de género, elemento esencial para construir una nueva sociedad mejor, lo cual todas sabemos que ¡sí es posible!