Monterrey.- Era obvio que si alguien iba a traer el coronavirus a este país tercermundista, era empresario de la alta o estudiante de intercambio. San Pedro, la UDEM y el ITESM están en focos rojos.
¿Eso es para alegrarse? No. Puede ser buen chiste, buena oportunidad para nuestros memes y comentarios típicamente mexicanos de revancha social, pero el coronavirus no se va a andar fijando en el color de piel, la cuenta bancaria o la religión. Lo que me duele, y creo que a muchos, es la convivencia en espacios cerrados o de asistencia numerosa.
Por eso no suena bien que ya están cancelando temporadas deportivas Y festivales musicales como el P'al Norte.
¿Será cierto?
Con la cultura no pasa lo mismo. Hace días me tocó ver en un canal de tv que entrevistaban a los organizadores de la UANLeer (sí, esa feria del libro todavía existe. Y sí, siguen invitando a los mismos) que no se preocuparan por la fase de coronavirus en la que el Estado se encuentra y no dejaran de asistir.
En decir, yo entendí, que si hay que contagiarse de algo, que no nos deba dar miedo contagiarnos del gusto por la lectura.
¿No les digo? Andamos de buen humor.
No debería alarmarnos que en Walmart o HEB no haya gel antibacterial, si internet ya tiene montones de videos de cómo prepararlo.
Lo siento por los teibols, que han sido tan maltratados desde que cerraron Villagrán. (Malditos panistas. ¡Regrésenme mis teibols!), lo siento por las funciones de lucha libre, lo siento por los paseos en malls y el cine. Si para algunas mujeres fue súper difícil tener que quedarse en casa el 9M sin Facebook ni Netflix ni comida a domicilio, será mil veces más complicado ahora para toda la familia. Tan acostumbrados los mexicanos a usar un día de home office como un día libre para salirse de vagos.
Pobres de la servidumbre de los sampetrinos, que están en cuarentena en casa de sus jefes.
Ellos, los empleados, que sin deberla ni temerla ni haber viajado a Europa o Aspen, deben ahora estar encerrados con sus patrones.
¿Qué vamos a hacer con San Pedro?
¿Una cúpula gigante?
¿Barricadas en el puente atirantado?
¿Francotiradores en las Torres Moradas?
Estos son buenos días para cambiar la mentalidad que tenemos de nuestros vecinos de la del Valle. Hacernos a la idea de que no por vivir en Chipinque andas sanito.
Y claro, tampoco pensar que si compramos montones de papel higiénico ya con eso la libramos.