Mérida.- Otra institución gravemente afectada por la corrupción es el Issste. Quienes somos derechohabientes hemos padecido los estragos de esta durante larguísimos años. Es ahora cuando la institución ha comenzado a levantarse y está mucho menos mal que como llegó a estar en los tiempos en que era la caja chica de los corruptos funcionarios del Prian.
En todos los aspectos de su funcionamiento el Issste era objeto de saqueo. Sea en los servicios médicos, sea en la compra de medicamentos e insumos para la salud, sea en el manejo de los recursos para el otorgamiento de los créditos, sea en las decisiones relacionadas con los montos de las pensiones, en todas sus dependencias la constante era una sola: corrupción.
Desde el anterior gobierno, el de AMLO, se comenzó a trabajar en la depuración y transformación del Issste y mucho se avanzó pero el tiempo no alcanzó para terminar el trabajo, de lo tan grande que era el estercolero. Donde se tocaba salía pus. Estaba podrido hasta la médula. Se formaron equipos especiales para indagar y descubrir las formas diversas de robarse o desviar el dinero que debería servir para que funcionara. Se descubrieron muchos mecanismos de desvío de recursos a particulares.
En esta nueva administración, la de Claudia Sheinbaum, se está redoblando el esfuerzo. Su nuevo director, Martí Batres, presentó el programa que se va a seguir para acelerar la depuración y reconversión del Issste en una verdadera institución del estado, abandonando radicalmente el camino de la privatización por el que lo llevaba la derecha, plagado de corruptelas que menguaban, obviamente, su capacidad de atención.
Martí propuso un plan de 25 puntos para esta nueva etapa del rescate y levantamiento de la institución. Algunos de estos sacan a la luz terribles anomalías que uno ni se imaginaba que existieran en esta. Tal es el caso del punto número 6, que a la letra dice: se va a “Ampliar la nacionalización de hospitales, atenciones y servicios médicos”. Y explica el porqué: “Como ustedes saben, se han nacionalizado varios hospitales; falta el de Tláhuac. Pero hay también servicios como el de imagenología, hemodinamia, anestesia, que no eran del Issste aunque estuvieran dentro y están pendientes otros como osteosíntesis, laboratorios, banco de sangre, etc.”
Los neoliberales, tanto del PRI como del PAN, pues en esencia, son iguales, ya que, como decía AMLO, lo único que los hace diferentes es que los primeros son corruptos cínicos mientras los segundos, corruptos hipócritas, bajita la mano, se la pasaron privatizando la atención a la salud. Una parte de la privatización del Issste estaba a la vista, pero otra, oculta. ¿Cuál es la que teníamos ante a los ojos?
La que se refería a la construcción y operación de hospitales con el esquena que inventaron los neoliberales, al que llamaban APPs (asociaciones público-privadas) que consiste en que un empresario o grupo empresarial hace un hospital y el hospital tiene un letrero que dice Issste. En apariencia, el hospital es de la institución pero eso es pura ficción. El hospital no sólo es construido sino también operado por el particular que a cambio recibe, periódicamente, una cantidad millonaria en una especie de carísimo alquiler que al cabo de los años es igual a la que serviría para hacer y operar tres o cuatro hospitales como el hecho de ese modo.
Pero hay otra que no veíamos: la de las entrañas del Issste. Nadie sabe que en sus clínicas y hospitales, la enajenación carcomía sus servicios más elementales. Muchos de los equipos y aparatos médicos que se usan no son de la institución sino de propiedad privada aun cuando los hospitales no sean del tipo APP. Es por eso que cuando Batres habló de “nacionalización” se refirió no sólo a unidades médicas hospitalarias sino a los servicios que se prestan en todos los hospitales como los de laboratorio, rayos x, etc.
La derecha durante años se estuvo robando los recursos de la institución en lugar de invertirlos en su crecimiento y mejora. En vez de comprar equipos médicos y darles mantenimiento, lucraban con el negocio de los alquileres a empresarios “amigos” dueños de estos equipos con los que dividían las utilidades del negocio millonario. Como lo hizo ver Batres, todavía quedan pendientes por rescatar varios de estos servicios.
Otro rubro que representaba una fuente de corrupción de quienes manejaban la institución y quienes les permitían u ordenaban hacerlo -es decir, los gobernantes prianistas- es el de las pensiones. Mientras a los trabajadores comunes y corrientes se les otorgan pensiones que tienen un tope, a políticos ligados al régimen -con plazas de trabajadores del estado- se les otorgaban, en secreto, pensiones que no sólo rompían el tope sino estaban muy, pero muy encima de él.
Mientras el tope que señala la ley del Issste para las pensiones que paga es de 10 UMAS diarios, equivalentes a 33,942 pesos mensuales, violando su propia ley, la institución está pagando pensiones de ¡más de 100 mil peso al mes! a decenas de ex funcionarios del antiguo régimen. Según Batres, en la revisión que se está haciendo, “se han detectado, aproximadamente, 8 mil pensiones con montos que están por encima de la ley”.
Presentó un listado con las 10 más altas. Lástima que no puso los nombres, aunque sí los cargos. La primera, es una de 309 mil pesos mensuales, cobrada desde el año 2002 -época de Fox-; le sigue otra que permite al que la tiene recibir 267 mil 213 pesos mensuales y otras más con montos tan altos que siete de ellas rebasan la cantidad mensual de lo que gana la presidenta. Habíamos oído de este tipo de pensiones ilegales pagadas por el Issste, pero no habíamos tenido los datos fidedignos como ahora.
Pronto empezara la chilladera de la derecha cuando comiencen a ser recuperados los dineros de estas 8 mil pensiones otorgadas ilegalmente a costa del espíritu solidario que debe privar en una institución de solidaridad social que debe dar trato equitativo a sus asegurados, pues como anunció Batres, se están revisando para ajustarlas o cancelarlas por la vía legal.