PEREZ17102022

Sartori: sistema de partidos
Víctor Reynoso*

Puebla.- Este año se cumplen cien del nacimiento de Giovanni Sartori, politólogo italiano que nos sigue ayudando a pensar la realidad política. Un ejemplo cercano: cuando alguien comentó que el resultado electoral del 2 de junio en México nos regresaba a un sistema de partido hegemónico, fue corregido: no, nos lleva a un sistema de partido predominante.

No es una distinción de académicos exquisitos. Es una cuestión crucial que parte de una distinción de fondo: entre sistemas con competencia electoral y sistemas sin ella.

Sartori utiliza tres criterios para distinguir a los sistemas de partidos. El primero y más importante es la existencia o no de competencia electoral, es si el poder se disputa o no en las elecciones. Aunque no utiliza la palabra democracia en esta distinción, es obvio que coincide con ella.

El segundo criterio es el número de partidos y el tercero es la distancia ideológica.

Cuando en los años ochenta se generalizaron las críticas contra el PRI, por la forma en la que controlaba las elecciones y las ganaba todas, algunos de sus defensores lo compararon con el partido socialdemócrata sueco, que también ganó elecciones durante décadas.

Cierto, pero en un sistema con competencia, donde había que ganar los votos ciudadanos con adversarios partidarios en igualdad de circunstancias. No era el caso de México, donde, como ha escrito Luis Medina Peña, los votos no se contaban, “se administraban”. Sartori analizó el caso mexicano con lucidez, lo consideró un experimento muy difícil (tener adversarios electorales que siempre pierden, pero que siguen compitiendo) y exitoso. Un sistema, el hegemónico, casi único en el mundo.

Podemos volver a un sistema así. Si una de las propuestas del Plan C, la que propone que los consejeros de la autoridad electoral sean electos por voto universal, y esa autoridad se alinea con el poder político. Ese alineamiento podría dar lugar a que los encargados de organizar las elecciones fueran parte del grupo en el poder, como ocurrió en México entre 1946 y 1996.

Lo relevante aquí es que las propuestas de Sartori nos ayudan a lo que debe ayudar toda teoría: a ver la realidad, con mayor claridad y profundidad. A distinguir lo que es importante distinguir. Como los dos tipos de sistemas de partidos mencionados.

Más relevante, y de gran actualidad para el caso mexicano en estos días, es su teoría de la democracia. En ella menciona una frase provocadora: es sacrílego mirar al pueblo. Tema de un próximo artículo.

* Profesor de la UDLAP.