GOMEZ12102020

Siguen saqueando con “La Estafa Maestra”
Eloy Garza

Monterrey.- La Estafa Maestra no es un viejo caso de corrupción. No fue; es. Se trata de un método (made in Mexico), casi patentado por políticos del gobierno federal y por rectores de más de 13 universidades públicas.

El método es complejo de operar, pero muy fácil de explicar. Un funcionario de las altas esferas con capacidad para transferir recursos, firma convenios con rectores cómplices para que hagan estudios de factibilidad, o de operación o de cualquier otra sonsera para cobrar millones de pesos.

El documento pagado se diseña por los propios catedráticos o investigadores de la nómina universitaria, que lo hacen porque así se los ordena su superior, no porque reciban un estímulo o incentivo extra a su sueldo.

Está comprobado que incluso varios de estos documentos millonarios eran simple plagio de Wikipedia. En pocas palabras es una transa entre políticos y rectores.

¿Dónde está la transa? En que el rector sinvergüenza contrata a una o varias empresas irregulares o fantasmas simulando que fueron esas empresas las que diseñaron el documento. Por eso es común que cuando se busca el domicilio de dichas S.A. se ubiquen en vecindades ruinosas o en casitas de interés social. Los magnates–dueños de esas empresas son en la vida real albañiles, taxistas y a veces hasta jornaleros del campo.

En el caso de la Estafa Maestra, fueron 128 empresas fantasmas consignadas, 11 dependencias de gobierno cómplices y el robo de más de 450 millones de dólares. ¿Sigue vigente este método? Ahora más que nunca. Se habla de desvíos de recursos públicos de más de 900 millones de dólares. El doble de la Estafa Maestra por lo que está en el penal de Santa Martha Acatitla Rosario Robles.

¿Por qué la Auditoría Superior de la Federación no ha parado bien las antenas en la actual cuenta pública de las Universidades? Quien sabe. Si creen que con procesar a Rosario Robles y su par de secuaces en la Estafa Maestra ya está resuelto el ilícito, se equivocan.

Como todo método, la Estafa Maestra es un sistema bien trabado para robar impunemente. Quedan varias Universidades con sus rectores sinvergüenzas que siguen este procedimiento de robo en complicidad con funcionarios de PEMEX o la CFE.

El libro del día: “La Estafa Maestra”

En 2011 los periodistas Nayeli Roldán, Miriam Castillo y Manuel Ureste revelaron un fraude millonario operado desde el gobierno federal. Un operativo aparentemente de los muchos que había por aquellos años.

Procedía de la siguiente manera: los funcionarios se valían de un hueco en la Ley para entregar dinero a universidades públicas sin licitación ni supervisión de por medio para que realizaran obras o dieran servicios supuestamente necesarios para sus dependencias.

La Universidad a su vez, contrataba a empresas fantasmas o que directamente tenían prohibido dar ese servicio al gobierno. Es como darle la vuelta a la tortilla en el mismo comal.

Las obras contratadas no se hacían y el dinero se gastaba en compra de Lamborghinis (para que vean que esos gustos de coleccionista exquisito no los tienen sólo los mandones de Agua y Drenaje).

A lo largo del libro “La Estafa Maestra” se detalla el “enredado y gigantesco mecanismo” en el que participan más de una decena de dependencias públicas y que mueve miles de millones de pesos.

En 2018 los tres periodistas que investigaron el caso publicaron dicho libro: “La Estafa Maestra: Graduados en desaparecer el dinero público” (Planeta Mexicana, México, 2018). Ha sido un éxito de ventas. Pero no ha servido de mucho para llegar a los verdaderos culpables.

¿Ya lo pasado, pasado?

Así cantaba José José en su canción, para rematar: “no me interesa / todo quedó en el ayer / ya olvidé, ya olvidé”.

Y en algo tiene razón el Príncipe de la Canción. La opinión pública es olvidadiza, tiene memoria de teflón.

Tanto en Facebook, Twitter e Instagram lo que predomina es la novedad, la sorpresa; no hay narrativas sino fragmentos dispersos de información.

Por eso, uno de mis filósofos actuales preferidos: Byung – Chul Han, dice en su libro más reciente “No – Cosas”: “la información se nutre del estímulo de la sorpresa. El estímulo no dura mucho. Rápidamente se crea la necesidad de nuevos estímulos. Nos acostumbramos a percibir la realidad como fuente de estímulo, de sorpresa. Como cazadores de información nos volvemos ciegos para las cosas habituales”.

Ante este escenario de amnesia inducida, los rectores rateros siguen cometiendo sus fechorías junto con sus cómplices bien instalados en sus cargos públicos, porque los mexicanos (incluyendo los regios) estamos habituados a la corrupción.

Dentro de algunos años se buscará un nuevo chivo expiatorio, lo meterán al bote y otros rectores seguirán aplicando el método patentado por la Estafa Maestra.

¿Cómo se llamó la obra? “México lindo y querido”.