El artículo desató polémica entre analistas nacionales y extranjeros, debido a que diversas publicaciones en internet han cuestionado la situación de México en forma sistemática y les resultó impensable el sexto puesto en el desempeño económico, muy por encima de Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia e Italia, al compararlo con las 34 economías más desarrolladas. Años atrás, la revista había señalado al Presidente como “falso mesías mexicano”.
Sin embargo, a pesar de las críticas que la información pudiera suscitar, es evidente que el estudio de “The Economist” revela que algunas cosas se han hecho bien en nuestro país en términos de política económica, ya que de acuerdo a la publicación, el desempeño de México durante el 2022, tomando en cuenta los indicadores analizados (crecimiento del Producto Interno Bruto, la inflación, el mercado cambiario y la deuda pública) fue superior a países como Canadá (7º), Japón (8º), Gran Bretaña (13º) y Estados Unidos (20º).
De estos indicadores macroeconómicos, los que más destacan en el caso mexicano, son la estabilidad del peso frente al dólar y los pagos que se han hecho de la deuda externa.
A pesar del gran pico del precio del dólar entre marzo y mayo del 2020, periodo en el que el tipo de cambio anduvo rondando entre los 24 y 25 pesos por dólar, desde noviembre del 2020 se ha mantenido estable alrededor de los 20 pesos por dólar, aunque gran parte de las economías del mundo han sufrido una depreciación de sus monedas con respecto al dólar debido al ciclo de subidas en las tasas de interés del Banco Central de Estados Unidos.
Esta combinación entre la estabilidad del peso frente al dólar y la apreciación del dólar frente a otras monedas, ha provocado consecuentemente una apreciación importante del peso frente a esas otras monedas.
Como ejemplo está el Euro, que en mayo de 2020 llegó a valer 27 pesos, mientras que en la actualidad ronda los 20 pesos, una apreciación significativa del 35%.
En el caso de la deuda pública, la misma revista inglesa señala que la gestión de Andrés Manuel ha llevado a la deuda externa neta a niveles bajos en comparación de sexenios anteriores, desde un nivel de 1,069.1 a 790.9 millones de dólares.
En esta reducción de la deuda mexicana destacan la recompra por adelantado de un bono con un monto en circulación de casi 25 mil millones de pesos y un pago por adelantado hecho al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 896 millones de pesos. La recompra del bono, cuyo vencimiento original era el 15 de enero del 2025, disminuirá los pagos de amortización de la deuda externa en ese año un 70%, pasando de casi 25,000 millones de pesos a tan solo 1,280 millones de pesos.
El indicador que quizá sea más sensible a la percepción de la población es el de la inflación. Hasta noviembre del año pasado, el aumento de precios había alcanzado un 7.8%. Esta elevada tasa comparada con las tasas de inflación de años pasados, en realidad es bastante moderada considerando lo que está sucediendo con la inflación a nivel mundial, resultado de las políticas monetarias expansionistas para activar las economías durante el periodo más fuerte de la pandemia del Covid-19.
En cuanto al crecimiento económico, no existen buenas perspectivas para México en el 2023, con pronósticos que no alcanzan ni el 1%, después de haber alcanzado un 4.8% en 2021 y un estimado de 2.5% en 2022.
Quizá sea este el indicador que la actual administración tendrá que atender con mayor decisión para continuar destacando en futuros estudios sobre el desempeño económico y para que el proyecto de la Cuarta Transformación de la República beneficie a los sectores sociales más desprotegidos.
Por el momento es preciso reconocer que pese a la recesión mundial y las altas tasas de inflación y endeudamiento provocados por la pandemia, nuestro país demuestra una cierta solidez macroeconómica digna de comentarse.