Monterrey.- Mientras en los rincones de cada continente un doctor y enfermeras que lo acompañan no tienen tiempo para limpiarse bien el trasero, luego de hacer del dos, en Tokio, Japón ya inician los juegos olímpicos.
G. oleada de la selección mexicana de futbol a los franchutes, cuando acá en territorio azteca apenas nos quitábamos las lagañas. En el otro extremo de este planeta plano, redondo o ahuevado, aumentan las cifras diarias de contagiados por la nueva cepa del covid19, que ha mutado tan prontamente como los grupos de jóvenes mutantes de MARVEL cómics.
Y no para bien. Hemos perdido familiares, amigos y conocidos.
Esta nueva cepa es más habilidosa. Mientras la anterior, en un lapso de 15 minutos contagiaba de 2 a 3 personas, el nuevo bicho contagia de 12 a 15 individuos.
Ya advirtieron que las Olimpiadas podían cancelarse (yo no sé cómo habrán tomado en el Olimpo que los mortales hayamos reprogramado su evento tributo de cada 4 años). Es decir que en Japón saben que la situación puede ponerse pesada. Tan pesada como para finalmente aplastar esas camas de cartón reciclado que tanto han presumido en estas últimas semanas y en las que un mexicano ya se echó un brinquito.
A esas camas hay que echarles un ojo y luego revenderlas en Office Depot (comoquiera ahi te venden un méndigo cartón a precio de lámina) o en el mercadito de Churubusco.
¿Habrá limpieza? ¿Habrá las medidas sanitarias suficientes para que nuestros seleccionados luego no regresen con una cepa de Covid Samurai? Confío en la prudencia del país, pero no de los organizadores. Esos solo quieren billete y no tenwr que reprogramar su show. Un show que según las ultimas encuestas internacionales, en países como Canadá ni les interesa.
Ya sabremos si estas no resultan las competencias mundiales del coronavirus y el Olimpo nos castiga feo.