GOMEZ12102020

Sólo pido la muerte urgente y necesaria
Ismael Vidales

Monterrey.- El eminente sociólogo y filósofo francés Émile Durkheim (1858-1917) en su obra “El suicidio. Estudio de sociología (1897)” considera el suicidio como un fenómeno social y no como un fenómeno personal, con lo cual convoca a su estudio tanto a la psicología, la moral, como a la sociología. En su acuciosa obra distingue cuatro tipos de suicidios: egoísta, altruista, anómico y fatalista. Por supuesto que no los explicaré aquí, esta vez sólo convocaré a unos cuantos poetas varones que forman parte de las estadísticas suicidas. Las razones que llevaron a cada cual a tomar esta fatal determinación, le cito muy brevemente, pero le dará -estimado lector- importantes pistas para estudiar el caso que sea de su interés.

1.- JOSÉ ASUNCIÓN SILVA poeta colombiano. Tomó la fatal determinación a los treinta años haciéndose dibujar sobre el pecho el lugar exacto del corazón al tiempo que le decía al médico, es que: “No soy buen tirador, usted me entiende.” La noche siguiente reunió en su casa a varios invitados y al finalizar la velada y antes de apretar el gatillo, colocó una esponja junto al costado del frac, “para evitar que la sangre manche la pechera”. Esto ocurrió el 14 de mayo de 1896 en Bogotá.

2.- LEOPOLDO LUGONES poeta, ensayista, político argentino, quemó sus libros y en seguida se suicidó ingiriendo como Sócrates, infusión de cicuta en la Isla del Tigre el 18 de febrero de 1938. Su hijo del mismo nombre (Polo), se suicidó en 1971; su hija Susana (Pirí), fue detenida y desaparecida en diciembre de 1978 durante la guerra sucia; Alejandro, uno de los hijos de Pirí, se suicidó. Suyos son estos versos: Purifícate en la llama naranja / y hazte ceniza en el rito de Stromboli. / ¡Qué bien ardes, amigo!

3.- CESARE PAVESE poeta italiano, se suicidó ingiriendo una fuerte cantidad de somníferos, en Turín el 27 de agosto de 1950. Su decisión derivó de un desengaño amoroso que tuvo con la actriz norteamericana Constance Dowling, a la que dedica sus últimos versos: Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Será como dejar un vicio, como ver en el espejo asomar un rostro muerto, como escuchar un labio ya cerrado. Mudos, descenderemos al abismo.

4.- JAIME TORRES BODET Director General de la UNESCO, Secretario de Educación, asolado por el cáncer, puso fin a su vida con un disparo en la sien, en la ciudad de México, el 13 de mayo de 1974. Había escrito: No nos diremos nada. Cerraremos las puertas. Deshojaremos rosas sobre el lecho vacío y besaré, en el hueco de tus manos abiertas, la dulzura del mundo, que se va, como un río... ¡Oh, qué sueño el de mi frente dulcemente desmayada/ sobre el ritmo de tu seno fatigado de gemir, entre el férvido perfume de tu carne acariciada,/ mientras la hora como lúbrica amapola deshojada/ desfallece en las guirnaldas opulentas del vivir!...

5.-LEÓN ARTIGAS, el 14 de febrero de 1984, en Badajoz, España se introdujo el cañón de una pistola en la boca y disparó. Escribió: Imploraré tan sólo un destello / cegador de lucidez / para devolverle a Dios / un cadáver de lujo. Cuarenta largos años de mi vida he mimado al ser infecto que habita en mis entrañas. ¿Qué soy sino un desagüe nauseabundo? Por mis venas han corrido las más sórdidas pasiones. Me han embozado culpas, rencores, despojos tenebrosos de mezquinas crueldades. De tan sólo un milagro me envanezco y es de no haber sucumbido a los líricos reclamos de la autocompasión. A mí me honra el hachazo que merezco y esta digna humillación de haber sido más culpable que verdugo.

6.- JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO poeta español, se suicidó el 19 de marzo de 1999 arrojándose al vacío desde el balcón de su casa. Sólo su nietecito fue testigo de este acto. Escribió: una tristísima ceniza / que caía y caía sobre la tierra, / y sigue cayendo en mi memoria, / en mi pecho, / en las hojas del papel en que escribo.

7.- HORACIO QUIROGA, narrador uruguayo radicado en Argentina, es considerado uno de los mayores cuentistas latinoamericanos de todos los tiempos. Ya hablé de él en otro texto con más amplitud. Las tragedias marcaron su vida: su padre murió en un accidente de caza, y su padrastro y posteriormente su primera esposa se suicidaron; además, Quiroga mató accidentalmente de un disparo a su amigo Federico Ferrando. Hospitalizado en Buenos Aires, se le descubrió un cáncer gástrico, enfermedad que parece haber sido la causa que lo impulsó al suicidio, ya que puso fin a sus días ingiriendo cianuro.

8.- MANUEL ACUÑA, poeta coahuilense, estudió filosofía, matemáticas, francés y latín. Comenzó la carrera de medicina, aunque todo terminó con su suicidio ingiriendo cianuro a los 24 años. La leyenda dice que su enamoramiento de Rosario de la Peña fue la causa de su suicidio. Rosario de la Peña también fue pretendida por José Martí y por Manuel M. Flores. Acuña sostenía una relación menos idealizada con una poetisa que a la postre se convirtió en una intelectual famosa: Laura Méndez de Cuenca. Acuña murió en su habitación de la Escuela de Medicina el 6 de diciembre de 1873. Sus restos, yacen en la Rotonda de los Coahuilenses Ilustres del Panteón de Santiago de su ciudad natal. Escribió su “Nocturno a Rosario”, que no requiere más explicación.

9.- JOSÉ Mª ARGUEDAS escritor, etnólogo y antropólogo peruano de quien se dice es muy superior a Vargas Llosa, se disparó un tiro en la cabeza el 2 de diciembre de 1969. El día de su entierro, tal como él lo había pedido en su diario, el músico andino Máximo Damián tocó el violín ante su féretro, acompañado por el arpista Luciano Chiara y los danzantes de tijera Gerardo y Zacarías Chiara, Escribió: No convienen los versos / que nos muestran las vísceras azuleando al sol.