PEREZ17102022

Sótanos de Ciudad Victoria
Francisco Ramos Aguirre*

Ciudad Victoria.- Los modelos arquitectónicos del siglo XIX y principios del XX en Ciudad Victoria, indican la presencia de algunas viviendas y edificios públicos que incluyen en su diseño, sótanos de variadas dimensiones. Este tipo de anexos, obedecía a una tendencia propia de la época, cuando a dichos espacios les proporcionaban usos relacionados con bodegas, cavas de vinos, refugio de guerra, áreas de entretenimiento familiar y habitación para empleados domésticos.

De acuerdo a la opinión del arquitecto Heriberto Zárate Montiel, el origen de este tipo de construcción se remonta a la arquitectura del renacimiento y se repite en el neoclásico. “En Victoria durante el siglo XIX, fueron los últimos intentos de una arquitectura que se estaba diluyendo, es decir ecléctica. Al principio del XX, ya se habían dado los primeros signos de arquitectura racionalista.”

Entre las primeras construcciones que contemplan un amplio sótano, destaca el Hospital Civil inaugurado en 1894 por el gobernador ingeniero Alejandro Prieto. Dicha bóveda estaba destinada como albergue de enfermos mentales y personas rabiosas. Se trataba de un lugar tenebroso aislado, con puertas metálicas y paredes sucias, donde les proporcionaban agua y comida a los pacientes. En las madrugadas, la oscuridad y el ambiente lúgubre, lo convertían en un auténtico manicomio.

Entre miedo y angustia, los vecinos escuchaban gritos y lamentos de aquellos seres indefensos, condenados a vivir en el encierro. Sus características y uso de este espacio, generó algunas leyendas que como parte de la tradición oral, aún se escuchan entre los adultos. El cronista Antonio Maldonado Guzmán platicaba que en aquel subterráneo, estuvo recluido un indigente de origen canadiense, quien fue detenido por las autoridades al momento de amenazar a los transeúntes en el centro de la ciudad.

A finales del siglo XIX se cimentó una mansión en la esquina del 18 Morelos, donde vivieron durante varios años las familias del profesor José Martínez y Martínez, Manuela Castellanos –hija del licenciado Francisco Castellanos y originaria de San Nicolás– y Francisco de León Ayala. Se trata de una casa habitación de sillar, piedra y vigas de madera de unos 230 metros cuadrados de construcción. Entre sus anexos destacan estacionamiento, sótano, varios balcones externos; mientras en lo alto de la fachada principal la adornan figuras de leones alados en alto relieve. Acerca del subterráneo que abarca varios metros cuadrados, existen algunas leyendas urbanas.

Además de la Sociedad Alianza Obrera y Progresista, otro de los edificios emblemáticos de principios del siglo XX donde existió un sótano de regular dimensión, era el Instituto Científico y Literario, actual Casa del Arte, inaugurado en 1913. Su constructor el arquitecto Enrique Biruegas, habilitó el subsuelo una amplia bodega que después fue clausurada. A finales de los años cuarenta del siglo pasado, se realizaron algunas mejoras al edificio que incluyeron la rehabilitación del subterráneo. Para sorpresa de los albañiles, durante los trabajos de remoción de escombros fue localizado el cuerpo de la niña “Dioni” Durán en un tambo con cal. En los años veinte del siglo pasado, inexplicablemente, la niña había desaparecido mientras se trasladaba a la escuela primaria.

Durante el breve período administrativo, el gobernador Andrés Osuna Hinojosa (1918-1919) dispuso la construcción de varias oficinas en el Palacio de Gobierno, que actualmente ocupa la presidencia municipal de Victoria. El proyecto comprendía cuatro salones, un pasillo doble y dos subterráneos a la entrada de las escaleras. Los accesos a los sótanos fueron clausurados con muros de ladrillo y actualmente se encuentran fuera de servicio. Derivado de este asunto, surgió una leyenda donde se afirma erróneamente que en algún lugar del recinto, se localiza el acceso a un túnel que comunica con varios edificios de la ciudad.

Como parte de los proyectos de reestauración de la antigua Escuela Normal Rural Lauro Aguirre de Tamatán, actual Colegio de Tamaulipas, recientemente fue abierto el sótano del edificio principal, construído por el ingeniero Carlos Falcón en 1922, durante el gobierno del general César López de Lara. De acuerdo al dictamen del cuerpo técnico de la Escuela de Arquitectura de Tampico y especialistas de la Delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Tamaulipas, el subterráneo tiene las siguientes características:

“343.80 m2 de superficie, con una altura que varía entre 1.17 m. a 1.26 m., el suelo del interior de sótanos se encuentra en su totalidad de tierra suelta, dividido con muros de 47 cm. de espesor con un pequeño espacio de 71 cm. de altura por 37 cm. de largo. La cubierta de sótano al igual que en los pisos superiores tiene 44 bóvedas catalanas, compuesta por semiarcos de ladrillos que descansan sobre rieles de acero; estas se encuentran orientadas de muro a muro en los tramos más cortos, al igual que en los niveles superiores. Dentro de este espacio en el lado norte bajo la actualmente Sala del Rector, se localiza un registro clausurado que cumplía la función de captar el agua de las bajantes pluviales, también se descubrieron distintas instalaciones como es la eléctrica, aire acondicionado, hidráulica y sanitaria.”

Otro de los edificios del mismo período, puede apreciarse en la acera oriente de la Avenida Francisco I. Madero o 17 entre las calles Juárez y Zaragoza. Su constructor era el Coronel carrancista Julio Dávila, Jefe del Departamento de Hacienda, Estadística y Catastro durante el gobierno del general César López de Lara. El agua que utilizó para edificar la casa estilo californiano, correpondió a la acequia localizada a unos metros del mencionado edificio, que abandonó Dávila en 1925, a raíz de la Rebelión Delahuertista, acusado por el delito de rebelión.

Entre 1934 y 1940 la mansión fue habitada por el gobernador de Tamaulipas, ingeniero Marte R. Gómez. Posteriormente la residencia perteneció a la familia Hernández Montemayor y durante los últimos años ha servido como sede de las oficinas gubernamentales del ITCA y presidencia municipal. La casa construida con ladrillos, piedra, sillar y mármol en sus interiores tiene un amplio sótano de alrededor de doscientos metros cuadrados, con escaleras de piedra en los costados sur y norte.

Una de las iglesias donde se encuentra un sótano en uso permanente, se encuentra en la catedral del Sagrado Corazón. La escalera de acceso al subterráneo, está al costado sur del altar mayor. El espacio comprende alrededor de doscientos metros cuadrados, con muros aproximadamente de cuatro metros de altura, donde existen más de 300 nichos funerarios, algunos de ellos dedicados a sacerdotes.

Para cerrar el breve recorrido sotanero de Ciudad Victoria, entre las propiedades más antiguas de Victoria figura la Casa de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de la Nación –18 y 19 Hidalgo–, construida de ladrillo y piedra alrededor de 1919. Inicialmente perteneció a la familia de la Lastra, descendiente de españoles originarios de Santander. Tenía un pequeño sótano bajo un piso de madera que se derrumbó a finales del siglo pasado. La propiedad abarca de la calle Hidalgo a la avenida Morelos.

* Cronista de Ciudad Victoria.