Monterrey.- A todo paciente crónico se le administra el medicamento. Le permiten a su cuerpo adaptar la dureza de los fármacos. La clase política nacional, la de siempre, intentan sortear el vendaval de corrupción. Desde lejos el aroma a cañería. Al destape de los primeros actores, los deslindes. Los institutos políticos afirman pureza. Acto de contrición y todo el peso de la ley para los infractores.
Desde el gobierno federal la madeja de implicados. Algunos ya fuera del país. En el exilio de las voluntades. Vendrán los amparados. Los de inmediata razón a justificar venganza. Tan grandes los números como para hacer devoluciones voluntarias con las posesiones personales.
Rosario Robles en Santa Marta Acatitla, fruto de la estafa maestra, soporta la vida en presidio. Sus jefes con taquicardia. La investigación periodística es contundente. No hay hilos sueltos. Hicieron la labor de la agencia investigadora federal. PEMEX y la Lotería Nacional han sido desde los años de Díaz Ordaz, la caja chica, de los negocios fabulosos.
Lozoya su ex director y quien supuestamente ejecutó las órdenes del ex Secretario Videgaray y del ex Presidente Peña Nieto, permitió prosperar a los adversarios políticos.
Corrompió a los diputados y senadores del PAN, como también a los casi extintos del PRD. Lozoya lo dirá en su momento. Filtrará los nombres de los notables perredistas. Para sepultarlos como agentes biológicos tóxicos.