Austin.- Dicen que lo que no se ve no existe. ¿Será por eso que se inventaron las contraseñas de los celulares? Lo que está ahí se vuelve invisible y no existe.
Esto viene al cuento porque hace unos años, manejaba de San Diego a Mexicali, al llegar a El Centro, CA, el GPS, muy rudimentario en ese entonces, me dijo que girara a la derecha, y me señaló que en varias millas, no recuerdo exacto, era el fin (dead end). Conforme avance se iba recortando la distancia hacia el final, hasta que por fin el sistema dijo: DEAD END, y era el muro con Mexicali.
No sé si era una metáfora, cruel por cierto, de lo que la “avanzada” potencia imperial consideraba “el fin de su mundo”, o simplemente, que para el avance de la geografía que habían metido en el aparatejo, el otro lado del muro estaba borrado. Eso coincidía con mapas que dejaban en blanco el otro lado de su frontera, es lo que se conoce como el mapa en blanco, no existe.
Hoy ya se superó, hasta en los aviones, el mapa muestra ciudades del lado mexicano; ¿será que ya reconocieron que más allá de sus fronteras también hay vida?
Si va usted en coche, al cruzar ese muro ignominioso, las cosas cambian drásticamente. En primer lugar, las calles están pavimentadas, la moneda al igual que el idioma es distinta, pero si va a cargar gasolina, es mejor que empiece a calcular cuántos litros le caben a un galón, para darse una idea de si le conviene comprar en México, porque mientras en México se paga por litro, en EUA se paga por galón.
La dimensión de la distancia también cambia, si había calculado cuántos kilómetros le da por litro, ahora habrá que calcular en millas, para saber si le alcanzará para llegar al próximo poblado.
Se detiene usted a comprar un café en Starbucks, para que se vea que usted es de los privilegiados que pagan 6 dólares por un café, pero se le hace caro un aguacate de a dólar, a final de cuentas todos comen aguacate. El caso es que como está sediento pide un grande y el grande no lo es, hay otro llamado alto, ni hablar, el capitalismo puede cambiar la nomenclatura del tamaño de las bebidas. Eso sí, Starbucks se anuncia como gran empresa social, pero es parte del juego que esquilma a los cafeticultores, para que le pueda pagar 129.2 millones de dólares a su CEO en 2024. Mientras que el cafeticultor mexicano gana aproximadamente 2,650 semanales (PESOS) para un total, si le va bien, de 6,656 dólares anuales. Ahora que si se aplica podrá ser piloto de uno de los aviones de la empresa, para ganar 350,000 dólares anuales. Así que cuando vaya a tomar café ahí, tome en cuenta a quién beneficia.
Quise hablar de Trump, y como dije en una conferencia reciente en Mexicali, no lo voy a insultar, sino simplemente señalar que es un político tóxico.
Muchas voces en el mundo señalan que la economía se viene abajo, que en el mundo hay muchas señales de deterioro importante, en Estados Unidos la inflación va hacia arriba, pero él sigue jugando al peligroso juego de la incertidumbre. Ahí vienen los aranceles al acero de 50%, que seguramente bajarán, mientras que esperen aquellos que necesitan producir.
Cuando anunció los aranceles mucha gente se apresuró a comprar para ahorrar, Ford hizo una promoción para sacar su inventario, y ahora las compras se han frenado, ya no hay dinero en la calle. Ya me da miedo ir al supermercado, así que doy mi tarjeta para que paguen y como no veo, me imagino que la inflación no nos está pegando.
Se debate mucho sobre la andanada contra las universidades, lo que plantea un debate muy interesante. Las grandes universidades y muy buena parte de la investigación científica se realiza con fondos públicos. ¿Acaso eso le da derecho al Estado (gobierno y legislativo) para determinar qué se hace con esos fondos? ¿La sociedad debe tener que decir ya que en principio es su dinero? ¿Cuál es el límite para la intervención gubernamental en la vida cotidiana y las libertades consignadas en la Constitución?
Mientras el clima de libertad parece erosionarse, hay algunas llamadas de atención mientras la sociedad para amodorrada. Ha habido algunas protestas, pero básicamente la gente quiere refugiarse en la cotidianeidad, viendo la nueva serie televisiva que seguramente tratará de algún crimen, y no puedo menos que preguntarme, ¿habrá sido así en la Europa pre-segunda guerra mundial? En donde algunos “olieron” bien lo que venía y se salvaron, mientras la gran mayoría pagó el precio de la locura de otro político tóxico.
@shmil50