Monterrey.- Wikipedia, la enciclopedia libre del mundo virtual, abrió a la discusión pública que la periodista, poeta y revolucionaria nuevoleonesa, María Andrea Villarreal González, murió en Monterrey el 19 de enero de 1963, un día antes de cumplir 82 años de vida.
Debido a que la fecha de su muerte aún no es precisada con exactitud, pues algunos investigadores sostienen que ocurrió en 1953 y otros en 1963, incluso hay quienes señalan que falleció en 1964, la historiadora Aurora Díaz Ruiz, autora del libro “Andrea Villarreal González, una Dama en la Revolución Mexicana”, propone que fue hace 60 años.
Con base en pesquisas documentales y testimoniales, su propuesta es establecer el 19 de enero de 1963 como la fecha exacta del fallecimiento.
Lamentablemente Andrea murió en la más extrema pobreza, a pesar de su papel protagonista en la gesta revolucionaria. Situación más difícil vivió su hermana Teresa, quien tras la Revolución fue reportada como perdida en Texas y también se desconoce cuándo murió.
En su momento no hubo apoyos de gobernantes en turno, ni homenajes póstumos, ni reconocimientos oficiales, ni memoria para que esta insigne mujer nacida en Lampazos el 20 de enero de 1881, no pasara al olvido.
Como periodista y poeta, Andrea se convirtió en una mujer clave en el proceso revolucionario, no solamente por ser la hermana del general Antonio I. Villarreal, sino por destacarse en la Junta de la Revolución Mexicana.
Su huella combativa quedó registrada al unirse a la causa de los hermanos Flores Magón y como militante de la junta organizadora del Partido Liberal Mexicano, aunque nunca se declaró abiertamente anarquista.
Desde 1905 empezó a colaborar en el periódico Regeneración, órgano difusor del Partido Liberal, donde escribió críticamente no solamente contra el régimen dictatorial de Porfirio Díaz, sino también contra el gobierno de Estados Unidos, por considerarlo cómplice del porfiriato.
Entre 1906 y 1907 participó en algunos episodios armados en Coahuila, a la par de publicar aguerridos y patrióticos artículos en la prensa de San Antonio, Texas, donde se familia se exilió por razones políticas.
Lo más recordado y no debemos olvidar, es cuando un periodista de San Luis Missouri –donde se estableció la Junta Revolucionaria– la entrevistó para cuestionar la postura radical de los hermanos Flores Magón y la detención de su hermano Antonio. Por la contundente respuesta, el periódico publicó una imagen de Andrea esgrimiendo un puñal en actitud amenazante al presidente norteamericano Theodore Roosevelt y en la parte inferior dice: “Si Juan Sarabia (miembro de la Junta) perece, el Partido Liberal matará a Porfirio Díaz. Es justo. Andrea Villarreal González al 10 de febrero de 1907”.
Aunque Andrea aseguraba “nosotras iniciamos la lucha emancipadora y ya vendrán otras a continuarla”, ella se transformaría en la ideóloga de la lucha feminista y activista de los derechos de las mujeres.
Al triunfo de la Revolución retornó del exilio a su natal Lampazos y luego a Monterrey, donde contrajo matrimonio, pero enviudó poco después.
A instancias suyas, dos de las prensas que sirvieron para elaborar los escritos revolucionarios en el exilio, se encuentran en la capital del Estado, traídas desde Cleveland, Ohio; en ellas se imprimieron los periódicos Regeneración, El hijo del Ahuizote y El nieto del Ahuizote.
En 1939 ganó el premio la Rosa de Oro en el certamen literario del Casino Monterrey, con la poesía “Las Heroínas de la Independencia”, en honor a las olvidadas mujeres que nos dieron Patria. Si bien no hay registro verificado, se dice también que Andrea, ya adulta mayor, se inscribió en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Nuevo León, siendo sobresaliente alumna.
Nunca será tarde para rendir justo homenaje al temple, al carácter y al espíritu de Andrea Villarreal González, más allá de la Escuela en Monterrey y la Sala de Prensa en el Congreso del Estado que llevan su nombre. Así como Wikipendia puso a discusión la fecha de su muerte; desde el 2020 propusimos crear la Galería de la Mujer para colocar su óleo en los muros del Recinto Legislativo, con el propósito de preservar viva su memoria por los servicios prestados a Nuevo León como periodista, poeta y revolucionaria.