Monterrey.- El día 19 de junio de 1953 los esposos Julius y Ethel Rosenberg fueron ejecutados en la silla eléctrica acusados de espionaje para Rusia. Los Rosenberg fueron llevados a juicio el 6 de marzo de 1951. El sargento David Greenglass fue el principal testigo de la acusación. El 29 de marzo fueron declarados culpables y el 5 de abril la pareja fue condenada a muerte, por el juez de primera instancia, Irving R. Kaufman, quien, al pronunciar la sentencia, los acusó de un delito “peor que el asesinato”.
No hubo poder humano que se apiadara de Julius y Ethel, las siete apelaciones que llegaron a la Corte Suprema de los Estados Unidos fueron rechazadas, igual que fracasó una campaña mundial de perdón por misericordia. Los Rosenberg fueron ejecutados en la silla eléctrica de la prisión de Sing Sing en Ossining, Nueva York. Ethel fue la segunda mujer ejecutada por el gobierno de los Estados Unidos, la primera fue Mary Surratt quien fue ahorcada en 1865 porque presuntamente estuvo involucrada en el asesinato de Abraham Lincoln.
La persecución y juicio de los Rosenberg inició cuando fue aprehendido David Greenglass quien confesó que este matrimonio espiaba para los rusos, y además colaboró intensamente con el FBI a cambio de una condena de 15 años y que su hermana Ruth fuera puesta en libertad. Greenglass acusó a Julius de haberle incitado a obtener información sobre la bomba atómica. Julius, ingeniero eléctrico, fue detenido en su casa de Nueva York el 17 de julio de 1950. Su esposa, Ethel, secretaria de una empresa de transporte, lo sería el 11 de agosto. Los Rosenberg, de origen judío, eran fervientes comunistas.
Julius y Ethel mantuvieron estoicamente su inocencia a lo largo del juicio y durante más de dos años de apelaciones. Nunca admitieron las acusaciones de espionaje. Hubo una campaña mundial que intentó salvar la vida del matrimonio: manifestaciones, discursos, mítines, libros, telegramas y peticiones de personalidades mundiales, como el Papa Pío XII. Los dos pequeños hijos del matrimonio entregaron un escrito solicitando el indulto presidencial sin éxito. Se organizaron vigilias de manifestantes delante de la Casa Blanca, la más importante duró 22 días, del 27 de diciembre de 1952 al 17 de enero de 1953, solicitando clemencia al presidente Truman. Luego al recién electo Dwight Eisenhower, quien horas antes de la ejecución, confirmó su negativa a conceder el indulto.
A punto de Morir Ethel dijo: “No estoy sola. Muero con honor y dignidad, sabiendo que mi esposo y yo seremos reivindicados por la historia”.
Los hijos de los Rosenberg fueron adoptados por una pareja canadiense y cambiaron de apellidos.
A las 20 horas con 06 minutos del 19 de junio de 1953, Julius fue ejecutado con tres descargas eléctricas. Diez minutos más tarde Ethel recibió cinco descargas, debido a que la silla eléctrica no se ajustaba a su pequeño cuerpo.
Todavía hoy persiste el debate sobre si los Rosenberg fueron realmente espías para la URSS o víctimas del clima de tensión entre Estados Unidos y la URSS.
Todavía hoy en las calles de las ciudades más importantes de México, algunos que manejan autos de modelo reciente, añoran la silla eléctrica para sentar en ella a quienes en su imaginario retorcido etiquetan de comunistas. ¡Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!