PEREZ17102022

TRANSICIONES
Mala planeación urbana y ambiental en NL
María Eugenia González

Monterrey.- En esas caminatas matinales que realizo han resultado ya casi un reto de salud, o más bien un riesgo. ¿Por qué? Hay dos razones entre los muchos factores involucrados.

El primero, es la pésima calidad del aire que hay en la ciudad de Monterrey y municipios que conforman la metrópoli, lo cual se ha ido acrecentado en los últimos años, lo cual tiene una explicación o lógica por varias razones. Por ejemplo, una de ellas es que la entidad tiene apenas 2.46 % de su superficie de Áreas Naturales Protegidas (n.l.gob.mx.); y el programa “Bosque ciudadano”, cuyo objetivo es incrementar los beneficios biológicos, sociales y económicos del arbolado urbano nativo, a través de reforestación masiva en ciudades, entregando mil árboles mensualmente hasta alcanzar la plantación de un millón de especies nativas (al cual debo indicar me inscribí mediante un código QR), hasta hoy día no sé nada de cuándo llegará el árbol que debo sembrar; y debo hacer notar a la autoridad ambiental, que la tasa de sobrevivencia de los árboles donados por el municipio de Monterrey es de sólo el 20%, en relación a los sembrados por cuenta propia, que es del 70% más o menos; esto considerando que fueron cuidados y regados de manera similar. En fin, no hay que perder la fe, en favor de que quizás en el 2024 llegarán los dichos árboles.

A la mala calidad del aire se suman los incendios forestales, que si bien fueron menores este año con respecto a otros años, está también la deforestación realizada en el “Río Santa Catarina”, que fue una forma de mantenimiento del Río, para evitar las inundaciones en época de huracanes; que si bien se evitan riesgos, también hay que aclarar que este tipo de vegetación cubre una función ecológica; pero la deforestación se paró sobre todo por inconformidad de la población; eso sí: se inauguró el “Puente verde” que une el Parque Fundidora y Parque España; que por cierto ya visitamos y no le auguramos sobrevivencia a la vegetación, ya que no son especies nativas, sobre todo pensando que alcanzamos en otoño 30 grados centígrados de temperatura, y verano aún más.

Así, programas de vegetación ciudadana como los señalados, la falta de Áreas Naturales Protegidas también, se les suma un desinterés y conocimiento de temas ambientales de la ciudadanía, según lo señala la “Estrategia para la Conservación y el Uso Sostenible de la Biodiversidad de Nuevo León”; ello no da un panorama halagador en pro de la mejoraran la calidad del aire. Siendo que además los proyectos del nuevo transporte público, ampliación de los tramos del metro y en general los planes de desarrollo urbano municipal, cada uno sin ton ni son; sin ajustarse a un “Plan Desarrollo Metropolitano”, que permitan abordar los problemas de contaminación, tales como las partículas suspendidas (PM10), que son altas en la mayoría de las estaciones de monitoreo de la Zona Metropolitana de Monterrey.

Una segunda razón, que hacen de altamente riesgosas las caminatas matinales es la infraestructura urbana, porque no hay calles lo suficientemente anchas ni en buen estados para hacerlo; la mayoría de ellas son muy angostas, o han sido transformadas en rampas para cocheras improvisadas, o transformadas en algo extraño, que es usado para albergar autos o camionetas; o quizás lo más absurdo: las banqueta han sido “adelgazadas” por los grandes restaurantes de comida rápida, o plazas comerciales para usarlas como estacionamientos en Monterrey.

A lo anterior se suman proyectos como “Revive el Centro”, que en teoría es la reutilización de espacios públicos y la recuperación de viviendas abandonadas en el primer cuadro de la ciudad, lo cual tiene hecho un caos esta zona y en donde se pretende ampliar banquetas. Desafortunadamente, dicha obra se ha hecho a diestra y siniestra, sin pensar en que la infraestructura básica de drenaje que es vieja, en que existen calles angostas y una vialidad que se ha ido complejizando. Tal es la situación, que ya se puede identificar zonas como el Obispado, con altos niveles de contaminantes, que paradójicamente es la zona de hospitales, mientras que en el centro comercial Céntrica y zonas industriales del norte de la ciudad, son islas de calor.

Todo esto nos da una idea del porqué un actividad tan sencilla y saludable se vuelve de alto riesgo en una ciudad, en donde la planeación, calidad del aire y en general el tema de la sustentabilidad, van sin ton ni son, sin pensar en una mejora de la calidad ambiental para el ciudadano.

* Investigadora de El Colef.