PEREZ17102022

Un año
Samuel Schmidt

Austin.- El 7 de octubre de 2024 las fuerzas de Hamas y la Yihad islámica invadieron Israel. Hamas gobierna Gaza, así que esa fue una declaración de guerra y la respuesta se extiende hasta donde estén sus milicias y centro de mando. No que antes de eso no hubiera agresión, ya que sistemáticamente lanzaban misiles y globos incendiarios en contra de la población civil en la frontera.

La invasión del 7/10 fue otro tipo de declaración de guerra. Las hordas que cruzaron a Israel lo hicieron para matar a la mayor cantidad de civiles posible, quemar, destruir, violar, sin ninguna ganancia económica, como sostiene una teoría de la guerra; fue una guerra, como dice Becker, para arrebatar la vida de los otros. Pero además para humillar. No hay peor humillación que violar mujeres y hombres, quemar familias completas y decapitar. La invasión se acompañó con una lluvia de misiles, que en este año alcanzan a 19,000 y hay que sumarlas a las decenas de misiles lanzados desde 2001.

Se llevaron como rehenes más de 250 personas, incluido un bebé de 9 meses, se llevaron personas muertas y de los más de 100 que todavía tienen en Gaza, los han empezado a asesinar a sangre fría, es inenarrable la tortura y violación constante a que han sometido a sus víctimas.

Al mismo tiempo, Hezbolah empezó a atacar a Israel desde Líbano y ha disparado más de 4,400 misiles y armas anti tanques desde octubre 7, sumados a los ataques anteriores a esa fecha, forzando el desplazamiento de unas 70,000 personas. Hezbolah ha planeado su propio 7 de octubre. Hezbolah es parte del gobierno de Líbano, así que sus ataques son una declaración de guerra que justifica, según la ley internacional, la respuesta israelí, en donde se oculten sus líderes o tengan arsenales, han ocultado misiles en casas habitación. Los líderes de Hamas se ocultan en Qatar, de ahí que su eliminación adquiere otra connotación.

Hoy Israel enfrenta una guerra en cinco frentes: Gaza, Líbano, Iraq, Irán y Yemen, esa es la estrategia de conflicto de Irán en el Medio Oriente con el propósito de destruir al Estado Judío.

Estratégicamente tanto Hamas, Yihad Islámica y Hezbolah se esconden tras la sociedad, creando una barrera de escudos humanos, para que como dice Sinwar, el líder de Hamas, mientras más “mártires” tengan mejor, así el mundo se voltea en contra de Israel; se encuentran centros de comando en escuelas, centros religiosos, hospitales.

Lo interesante de este cuadro, es que internacionalmente Israel tiene la culpa. Si Israel responde como lo hizo en Líbano, de inmediato se reclama un cese del fuego, para que Israel se quede con el golpe, y se le acusa de invasor y agresor.

Han estado provocando al león creyendo que estaba dormido y si lo estaba, lo han despertado y ataca con toda su fuerza, no por un sentido de venganza que sería justificado, sino porque es una lucha por su existencia.

Las pocas voces honestas que llaman al proceso de paz, deben darse cuenta que no se puede hablar con quien tiene como propósito en la vida destruirte. Hamas ha rechazado las propuestas de cese del fuego bajo la noción de que mientras más se alargue el conflicto más se debilita el gobierno israelí domésticamente e internacionalmente.

Su estrategia en las universidades estadounidenses, de la mano de ingentes cantidades de dinero islámico, ha mostrado que el principio agresor les funciona. No solamente hostigan y agreden a estudiantes judíos, sino que han propiciado un aumento horrorizante de actos antisemitas en Estados Unidos, más de 200% de incremento en un año.

En la postura anti israelí se encuentran y van de la mano la rabia islámica que quiere matar a todos los infieles e imponer un imperio musulmán en el mundo, se cruza con el prejuicio cristiano que acusa a los judíos de deicidio y se encuentran con la confusión izquierdista, que ataca a los judíos por ser “socios” del imperialismo.

De regreso al siglo XIX, donde el judío era culpable por ser capitalista, comunista, rico, pobre, izquierdista, derechista y matar niños para usar la sangre para hacer pan ázimo.

Este es un momento difícil para el mundo judío, que no obstante el bien que le ha hecho a la humanidad, véase la contribución en medicina y tecnología, es atacado por muchos frentes y la derrota en Israel sería catastrófica para el mundo.

Como dijo Henry Levi, no solamente Israel tiene el derecho a defenderse, sino que tiene el derecho de ganar.