RODRIGUEZ29112024

Un ex gobernador editorialista
Filiberto Pinelo Sansores

Mérida.- De que los herederos del cascarón que quedó del PRI, carecen de memoria y de vergüenza, no cabe la menor duda. Después de haber robado tanto en los cargos que ocuparon y haber contribuido tanto a la situación deplorable en que dejaron al país -y a cada uno de los estados que desgobernaron-, ahora, aunque sean un ridículo puñado de vividores que, con Alito Moreno a la cabeza van que vuelan a su desaparición como partido, los priistas que todavía sobreviven no dejan de engañar al pueblo, presentándose ante este como si no tuvieran los antecedentes que se les conoce.

Uno de estos especímenes es el ex gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, hoy senador de minoría, gracias al amasiato PAN y PRI, que le permitió ser primera fórmula de la planilla perdedora ocupante del segundo lugar en la entidad, con el sacrificio de una panista que, no obstante duplicar o triplicar el PAN el exiguo número de votos del PRI en el estado, fue puesta como segunda fórmula.

A ventajista nadie le gana. Desde sus años mozos, cuando su papá, el “Naxón” Zapata, que había sido miembro de la banda de porros de Víctor Cervera, el cacique yucateco de la entidad, se lo entregó a este -que desde entonces fue su padrino- para que lo “formara”, inició su carrera.

No pocos recuerdan en nuestro estado que, en 2001, se metió de madrugada con un grupo de mapaches en el comité electoral de Tizimín y alteró los resultados que favorecían a la panista Lizbeth Medina Rodríguez, en favor del PRI, con el fin de que este tuviera mayoría de un voto en el Congreso local. Esto demostró que ya era un graduado. De ahí pal real.

Ahora se ha vuelto editorialista. Se estrenó en las páginas de El Universal hace unos días con un artículo dedicado a calumniar al gobierno de Claudia Sheinbaum, como si tuviera la más mínima autoridad moral para la tarea. No se atrevió a hacerlo directamente y recurrió al subterfugio de dirigir sus dardos contra Morena. Así, en lugar de decir “el gobierno de Claudia hizo o dejó de hacer esto o lo otro”, escribió que era Morena el responsable como si Morena fuera el que lleva a cabo las acciones de gobierno en el país y no el equipo de la presidenta y los legisladores de su partido con base en lo que el pueblo, no Morena, ha decidido.

Eso sí, no hace más que usar los mismos gastados argumentos que sus secuaces de la derecha repiten incesantemente como loros. Parece como si Loret de Mola le hubiera agarrado la mano al escribir sus mentiras en su inauguración como “editorialista”. El PRIAN -esto es, los integrantes de los dos partidos, que se hunden cada día más en el estiércol del desprestigio hacen nado sincronizado con gandallas de la prensa y las redes en el invento de cifras y hechos, que al unísono repiten, a la manera de Goebbels, el propagandista nazi que decía que una mentira repetida 100 veces se hace realidad.

Así, escribió el neoeditorista: “De Morena no quedarán los trenes sin pasajeros, las refinerías interminables, los aeropuertos vacíos ni las aerolíneas que nadie usa. No. De Morena quedarán los muertos. Los miles de asesinatos anuales vinculados al crimen organizado, que tras siete años de gobierno suman más de 215 mil, superan incluso cifras de guerra: en dos décadas en Afganistán (2001–2021), murieron 176 mil personas entre civiles y militares”. Qué desvergüenza la del ahijado de Cervera y orquestador de miles de fraudes electorales durante su dilatada trayectoria de político reciclado.

Zapata Bello dejo endeudado a Yucatán al contratar préstamos sin especificar obras. Por ejemplo, consiguió uno por $306.932,000, para proyectos de “infraestructura general, infraestructura para seguridad pública, o infraestructura y equipamiento”, sin precisar qué tipo de obras y dónde estarían, según un reciente informe de la Secretaría de Administración y Finanzas del gobierno estatal. Fue uno de los enterradores del Hospital de Ticul, concebido como negocio turbio entre su antecesora Ivonne Ortega y un grupo de seudo empresarios, en lugar de proceder contra esta por la malversación de fondos como estaba obligado.

Es el colmo del cinismo haber formado parte de gobiernos que saquearon al país; haberse enriquecido insultantemente como parte de ellos; haberle fallado estruendosamente al pueblo al que contribuyó a engañar y a empobrecer y, lejos de pedir disculpas, acusar de lo que hizo a quienes lo exhibieron, y a los suyos, y contribuyeron a que el pueblo lo bajara, a todos, de sus tronos.

Es cínico lo que dice Zapata cuando acusa a “Morena” de haber construido trenes, refinerías, aeropuertos y creado aerolíneas, que son algunas de las obras del sexenio de AMLO, cuando en los sexenios del Prian sus beneficiarios, los políticos corruptos como él, no construían nada y se embolsaban el dinero del esfuerzo de los mexicanos. Es cínico, también, criticar a un gobierno que está demostrando un enorme esfuerzo por combatir a las bandas de criminales que fueron creadas en los sexenios corruptos en los que Zapata fue un tornillo de la maquinaria de ladrones, donde la colusión de criminales con funcionarios dio pie a que desaparecieran 43 estudiantes que hasta ahora no se sabe qué fue de ellos.

Es muy probable que el PRI desaparezca en el porvenir inmediato. Las encuestas lo colocan en el peldaño más bajo de la escala de partidos. Según las últimas mediciones sólo tiene el 7 por ciento de las preferencias electorales, por debajo de Movimiento Ciudadano que tiene el 10 y del PAN que tiene el 8. De ahí la desesperación de Alito y sus golpeadores, entre ellos, Zapata, por revertir esta situación que los coloca en un tobogán irreversible.

Lo que nos preguntamos es, a pesar de estas decepcionantes cifras, ¿continuará Zapata insistiendo en pergeñar cuartillas con mentiras que nadie cree? Veremos si su fase de editorialista es permanente o fue una jalada de su jefe.