Monterrey.- Muchas gracias por la invitación a esta reunión y al Licenciado Ernesto Villareal Landeros y a ustedes invitados a tener una alegría por el trabajo de Juan Aguado.
Introducción. Nada más grato que en las fechas en que la mayoría del mundo occidental celebra el Dia del Libro estemos reunidas y reunidos por un libro y un narrador. Quisiera con mis palabras suscitar en ustedes el interés por leer el material que nos convoca.
Les expreso que desde que empezó la pandemia en 2020 con toda su fuerza y arrastre, hemos vivido un trastorno del espacio y del tiempo de manera rápida. Se nos movieron los espacios entre lo público y lo privado; entre el adentro y el afuera; se diluyeron enlaces y afectos; se han adormecido muchas capacidades de socialización y no se diga sobre el tiempo entre lo real y lo virtual. Sin embargo, la gran enseñanza de estas distorsiones es haber permitido valorizar el presente sin desligarlo al pasado amplio y ancho que alberga la memoria y para muchos de nuestra generación el arribo a un futuro más corto, pero si futuro, al fin y al cabo. Seguir en las tres dimensiones y no únicamente en el presente, es una ganancia.
Muchos de los acontecimientos del encierro y de las condiciones sociales de estos pasados tres años, nos conducen a sucesos del pasado, de hace 50 años y eso ya es un privilegio para nuestra generación adulta. No imaginamos poder llegar a contar como lo hace Juan su trayectoria con tanta claridad y entusiasmo.
Hoy parece que el umbral del pasado son los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y el asentamiento de su Orden Social, Económico y Político. Para esos tiempos estamos llevando las miradas buscando las luces ante la obscuridad que nos ha dado la era globalizadora de los últimos cuarenta años.
Un dato, al margen del asunto que nos convoca y que refuerza esta idea de regreso a los años sesenta y setenta del siglo XX. Mi generación de la facultad de economía de la UANL festejo su graduación de licenciatura el pasado julio de 2021 porque los acontecimientos de 1971 en la UANL no se prestaban a festejos. De entonces y hasta ahora aniversarios de 50 años se presentan con más frecuencia y los tomo como prerrogativa positiva para medir las transformaciones que nos encierran en los actuales tiempos.
Digo lo anterior, porque dentro del ambiente pedagógico e intelectual de estos momentos se habla con más frecuencia de la crisis de los paradigmas en las ciencias. Los mapas mentales y conceptuales como caminos fijos con pretensiones de verdad ya no dan sentido a muchas reflexiones. Esto nos ha llevado a sostener que los ordenamientos de dichos campos de conocimiento son provisionales y nosotros las más de las veces los veíamos como inamovibles, como teorías y no como perspectivas.
En estas nuevas miradas en las ciencias, sobre todo sociales, la autobiografía resulta una técnica que articula una estructuración a la manera de decir de Jean Piaget. Desde el yo, se describe el panorama macrosocial y con una autogestión responsable e interdisciplinaria del conocimiento bajo una horizontalidad se narra un panorama amplio de la vida.
Así puede aparecer, en la era de la incertidumbre, lo que creíamos derrotado, se puede ver adormecido y se retoma; lo que conquistamos, retrocede, o no es entendido, aunque no tenemos plena conciencia de ello, estamos aceptando nuevas formas de conocer e investigar, de mirar lo vivido. Por esto, considero que el trabajo de este libro, la forma de decir, de narrar y ser capaz de contar una historia por escrito, tiene un valor muy significativo, no sólo por el contenido sino por el estilo de comunicar. A la hora que ustedes le lean va a crear puentes de comunicación donde existe la conversación afectiva, el ordenamiento de un ensayo académico y el placer de entender al escritor y de entenderse una misma.
Sobre el libro
1.-Sobre la edición que tengo en las manos. editado por el INEHRM Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana o diríamos de las revoluciones mexicanas, impreso por Oficio Ediciones en marzo de 2023.
2.- Introducciones de Francisco Ávila Coronel y de Arturo Juan Aguado Quintanilla. El primero invitando a la recuperación de la memoria en colectivo para armonizar recuerdos y tener una estructura fuerte en la memoria. El segundo derrumbando mitos y buscando los ríos que nunca estancan sus aguas, sino que las dormitan para cuando las condiciones materiales de existencia “les permitan regar los campos”
3.- Dos partes. En la primera su vida de familia y su formación política de joven inquieto y migrante entre oficios, estados, bibliografía, maestros y conversaciones que dan apoyo al activista. Este narrador cuenta que antes de hacerse joven preparatoriano en Tamaulipas posee un capital cultural familiar muy especial. Nacido en Guanajuato se fue con su familia a tierras de Mexicali, con el río Colorado. De allí aprende que las capacidades personales e individuales están al servicio de la fuerza de trabajo del hogar. El trabajo se organiza en función de la vida familiar comunitaria y las salidas de su padre como obrero y de el mismo se envuelven en la competitividad capitalista de la fuerza de trabajo de nuevo tipo o sea asalariada. Nunca olvida lo comunitario, lo aprecia y disfruta cuando explica sus andanzas.
En una segunda parte están guardadas sus experiencias por las montañas del cuadrilátero de Oro formado por los estados de Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora. El olor a campo, la humedad del suelo, los ríos, los caminos y el tren. Los disfraces y las comidas, el cansancio, las tristezas y el enlace de sueños y acciones mil que ha tenido su vida. Sobre todo, señala cada vez que se pueda, la convicción de ayer de que el país estaba preparado para el cambio social hacia los más necesitados por el camino de la lucha armada.
Comentarios finales
Sin el menor espíritu de criticona, sólo observaciones desde mi horizonte de sentido a su narración destaco lo siguiente.
1.- La importancia de las figuras del abuelo y del padre como proveedores, protectores y fecundadores. Con un espíritu cardenista de defensa de las tierras muy interiorizado. “Les repartimos la tierra, les toca a ustedes hacerla productiva y defenderla”. Y como “buen mexicano” no habla de la madre que lo trajo al mundo. Nació con el rayo de luz de la noche. Menciona a un hermano y no a hermanas.
2.- Proponiendose, va hilando una descripción que nos atrapa en la comprensión de lo microsocial para llevarnos a las implicaciones macropolíticas de la época y asegura que por los miedos o precauciones que conserva, se guarda acciones que no escribió.
3.- Desde las relaciones de género, la articulación ideológico cultural de la guerrilla pareciera que no tocara a las mujeres que nombra en su vida. Al final Raquel, Graciela Mijares, Elenita, Celia Torres mantienen una específica diferencia que sólo se enuncia, quizá por falta ya de espacio o de coherencia de la narrativa centrada en su yo masculino.
4.- Viajaba casi siempre sólo y me pregunto así era la dinámica del movimiento? O la suya propia porque era el enlace A -A. El hermetismo de comunicación se percibe a la hora de leer su narrativa. ¿Por eso es muy bueno para tocar el acordeón? Se llenaba de la música, de los ruidos de los caminos y de su convicción de la guerrilla como salida civilizatoria.
5.- Me admira que se recuerde de tantas cosas, de espacios de las sierras, del cielo y las comidas. Siempre con hambre, la sobrevivencia por delante. El cielo y las estrellas, el sentirse siempre caminante en búsqueda del sueño colectivo, pero no de las asambleas o de las juntas políticas o de ejercicio militar.
6.- Me trajo al presente estos esfuerzos por la tierra y la autonomía con el asunto de la Bahía de Topolobampo actual y sus luchas contra el extractivismo de hoy día.
7.- Es admirable la presencia de los Rarámuri y su sentido del deber. Cuando yo conviví en una de sus zonas hace 30 años no tuve la suerte de detectar esa cualidad en los varones de ese grupo. Para Juan son los compañeros de la zona, inteligentes, astutos, veloces y mensajeros de nuevos aires para el país. Un ensamblaje entre varones muy fuerte y de lazos profundos. Les admira y respeta.
8. Agradezco que este esfuerzo tuyo Juan nos invite a la introspección, a la retrospección de un estudio de caso, una historia de vida, como se explica entre los materiales sociológicos.
9.- Espero con paciencia la segunda parte del libro con esa memoria privilegiada con la que sabes contar.
* Palabras para la presentaión del libro de Juan Aguado, Los ríos subterráneos. La guerrilla sin nombre. Sábado 22 de abril de 2023.