Ciudad de México.- Cómo se pasa el tiempo, hace casi 50 años que mataron a Raúl. Lo conocí en abril de 1967; en ese momento desconocía los alcances de su militancia política, solo sabía que era miembro del Partido Comunista.
Economista regiomontano, egresado de una universidad con buen prestigio profesional; entró a dar clases de una materia aplicada; recuerdo que verlo y saludarlo daba la impresión de ser un joven tímido, difícil de socializar; quién lo dijera.
En la Facultad de Economía le tocaron tiempos de ajustes y acomodo después del 68, época en que aún todo era clandestino en materia de militancia comunista; solo nos tratábamos con confianza los miembros de cada célula; esa fue la época en que llegó Raúl a la Facultad de Economía. Con los años me comentaba Arturo Huerta que cuando llegó a la Facultad, Raúl le dijo, al pasar yo por los pasillos: “mira, ella es la esposa de Manuel Terrazas”, afirmación que da idea de los tiempos de clandestinidad.
No obstante que regresábamos después de un período difícil, de un movimiento derrotado y muchos jóvenes en la cárcel, se estaban abriendo puertas para la participación abierta; no le tocó a Raúl, pues su paso por la entonces Escuela de Economía fue muy breve, quien consecuente con sus concepciones tomó el camino de la lucha armada, seguramente convencido de que la vía pacífica no era una opción.
Muchos creyeron, como él, que ese era el camino para cambiar este mundo; renunció a una vida segura, para tomar el camino de las armas. Pensando en su figura y su trato aparentemente tímido, vemos que no hay un estereotipo de guerrillero; Raúl, con su aparente timidez, llegó a donde le indicaron sus convicciones, lástima que se truncó su camino y hoy a casi 50 años sigue en entredicho una sociedad justa.
Un abrazo Raúl.
* Texto preparado para su lectura en el Homenaje a Raúl Ramos Zavala, Ciudad de México, 6 de febrero de 2022.