Coro2310

¡Unidos venceremos!
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- ¡Jiayo! (¡Ánimo!) fue el grito de esperanza que miles de habitantes de Wuhan, China, exclamaron desde ventanas, balcones y terrazas de edificios multifamiliares a través de las calles desiertas, durante las noches de cuarentena por la profunda crisis que provocó el brote de coronavirus.

     Grito lanzado no solamente para darse ánimos entre la población, sino también para apoyar y agradecer a médicos, doctoras, estudiantes de medicina, enfermeras, enfermeros, personal hospitalario y sanitario que hasta el cansancio agotador lucharon contra el micro enemigo prácticamente invisible, contagioso y letal en muchos de los casos.

     Grito que ahora nos da mucho más ánimo y esperanza para salir adelante en los países donde el covid-19 nos mantiene en vilo, al informar la semana pasada la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Nacional de Sanidad de China que el último paciente infectado por la pandemia fue dado de alta y que no se ha registrado ningún caso nuevo de contagio local.

     Es una bondad del ser humano rendir homenaje personal y colectivo al aplaudir, lanzar silbidos o gritos espontáneos de ¡gracias! o de ¡bravo! para quienes han estado, están y estarán en la primera línea de batalla contra las contingencias sanitarias o desastres naturales.

     Son acciones de agradecimiento y de reconocimiento a la vez, surgidas de nuestra naturaleza humana, las cuales sin embargo deben recordarnos la obligación de los gobiernos para no soslayar ni desdeñar las condiciones laborales y salariales en que viven trabajadoras y trabajadores de los sistemas de salud pública y de protección civil.

     Los vítores a los héroes de la salud transformados en ‘ángeles blancos’, cuyo sacrificio profesional quedó ampliamente demostrado, implican para los gobiernos el fortalecer su infraestructura humana y material por ser los servicios médico la primera y última línea de atención a la población.

     En nuestro país implica cumplir y hacer cumplir el derecho de toda persona a la protección de la salud, pero a partir de atender y resolver las históricas reivindicaciones de los movimientos de médicos y de enfermeras.

     La aspiración de tener mejores niveles de salud y de bienestar pasa necesariamente por garantizar el presupuesto suficiente –aunque sea con austeridad– para llevar a cabo las políticas de prevención y protección a la salud con calidad, así como para fortalecer la estructura del sistema público hospitalario y de atención médica especializada.

     Presupone todo ello combatir y erradicar la corrupción, pero también la indiferencia y la desatención hacia los proyectos de salud provenientes de las organizaciones de masas del movimiento urbano-popular.

     Hoy toma mucho sentido y justifica el incomprendido y largo trayecto de lucha, por más de 25 años, que ha dado nuestra organización, el Frente Popular ‘Tierra y Libertad’, para hacer posible el derecho a la salud a través del Hospital ‘Tierra y Libertad’, el cual será acondicionado y equipado enfrentar a la emergencia de salud por el covid-19 en Nuevo León.

     Recibimos con beneplácito y responsabilidad la instrucción girada por el Gobernador, Jaime Rodríguez Calderón y Manuel Enrique de la O Cavazos, secretario de Salud del Estado, para readecuar y reequipar instalaciones del Hospital en un plazo urgente de dos semanas, con el fin de destinarlas exclusivamente a la atención de personas contagiadas por coronavirus, sin afectar las demás áreas de servicio médico-clínico a la comunidad.

     Actualmente el Hospital ‘Tierra y Libertad’ cuenta con 7 quirófanos para cirugía general y 151 camas, así como áreas de cuidados intensivos, maternidad, pediatría, medicina interna y consulta externa en un edificio de 5 pisos de diez mil 500 metros cuadrados de construcción, cuya obra desde hace 25 años registra un 85 por ciento de avance, debido a la perseverante gestión del FPTyL para atender a la población del norponiente de Monterrey.

     Reconocemos a nuestras compañeras y a nuestros compañeros que siempre apoyaron esta justa y noble causa, muy especialmente por su incansable ánimo para que un día la colonia Tierra y Libertad contara con un Hospital-Escuela que abriera sus puertas y operara al cien por ciento… después de 47 años de lucha ese día ya llegó por el bien de todas y de todos.

     ¡Unidos venceremos!