GOMEZ12102020

Vasili Grossman y sus obras
Nazario Sepúlveda

Para A.

“¡La amistad! Existen tantos tipos… la amistad en el trabajo… la amistad en la alegría… la amistad en el dolor… la amistad en la igualdad y la desigualdad. ¿En qué consiste la amistad? Lo cierto es que los amigos se encuentran la mayoría de las veces entre gente que comparte el mismo destino… ¿Pueden establecer lazos de amistad dos caracteres completamente diferentes? ¡Por supuesto!”.

Monterrey.- Estos, son dos extractos de dos páginas situadas casi a la mitad del texto de una novela que fue conocida con tardanza debido a que sufrió la condena de la dictadura comunista de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) en la primera mitad de la década de los años sesenta. El veredicto dictado fue que se destruyeran todas las copias que de ella existieran. Sin embargo, como medida de prevención, dos ejemplares fueron salvados y escondidos. El autor, no recordando o sabiendo este hecho, murió creyendo que esta obra se había perdido para siempre, y murió en 1964 sin saber que a su monumental trabajo le esperaba la fama más difícil de adquirir y la más duradera: la póstuma.

     De esta suerte, el texto de Vida y destino, hoy es considerado como La Guerra y la Paz del siglo XX, y su autor, el ruso-judío Vasili Grossman, es el miembro más reciente del grupo de escritores rusos que hicieron las obras maestras de la literatura de su país. Las obras de Grossman, por fortuna, pueden ser obtenidas en esta ciudad y el asombro ante el genio ruso ha hecho que su novela póstuma, sea muy buscada en esta ciudad a pesar de la extensión del libro, pues tiene 1,104 páginas; no obstante, Vida y destino, se ha agotado en las contadas librerías de la ciudad. El talento de Grossman, es ya conocido entre los exigentes lectores locales y otras obras de él han permitido descubrirlo más.

     Cuando decidí comprarla, la vasta novela se había agotado y entonces ví otra obra suya de la que nada sabía. Así, descubrí un extenso volumen que se titulaba Por una causa justa y, al hojearla, supe que las más de 1,000 páginas, constituían el primer volumen de esta bilogía; que, si bien, podía prescindir de su lectura, era el indispensable largo prólogo a Vida y destino. En ambos libros, se recreaba uno de los grandes hechos de la Segunda Guerra Mundial: la gran batalla por la ciudad de Stalingrado de los ejércitos de la Unión Soviética, los cuales, protagonizan las dos novelas, contra los invasores de la Alemania nazi durante el otoño e invierno de 1942; cuyo resultado o consecuencia fue el gran desastre para Alemania.

     El triunfo del ejército y el pueblo de Rusia ante un adversario que también fue aniquilado por un aliado que los nazis desconocían, pues el antecedente más cercano, había ocurrido un siglo antes con la gran derrota de Napoleón en Rusia: el temible y glacial invierno ruso con temperaturas de 50 grados bajo cero que no impidió que los rusos, acostumbrados a los rigores del largo invierno, combatieran junto con este elemento. La novela, narra magistralmente el hecho .

     En el siglo XIX, el célebre escritor León Tolstoi escribió la obra maestra de la novela histórica en la que los ejércitos de Napoleón fueron aniquilados por el invierno ruso y la novela sobre la crónica del inicio del fin de la carrera por el gran poder militar de Napoleón, donde le colocaba como un personaje ocasional en el texto, retratándolo como un líder que esperaba un gran triunfo, pero luego vivía su fracaso. El libro narraba las vidas de los personajes rusos y Tolstoi, que era de la clase aristocrática, retrataba a nobles, burgueses y al pueblo campesino; porque él conocía y amaba a la gente de su país.

     Vasili Grossman estudió ciencias exactas, abandonándolo desde los años treinta para dedicarse a la literatura, para luego ser corresponsal, o sea, prefirió el oficio de escritor, ocupándose de la Rusia de la dictadura de Stalin, lo que reflejaba su gran amor al pueblo ruso. En las páginas de su bilogía Por una causa justa y Vida y destino, no sólo denunció los enormes y horrendos crímenes de la Alemania fascista e invasora, sino también condenó los crímenes de Stalin contra el pueblo ruso, por ello, vigilado y censurado por la dictadura de Stalin y Jruschov. Su obra, a pesar de todo, ha perdurado luego de desafiar a la censura comunista, durante once años en que se ocupó de este libro. Por fortuna, escribió más libros pero breves.

     Otra de sus novelas históricas, donde trabajó en ella hasta terminarla, tras varias versiones muy revisadas, es el caso de Por una causa justa, la cual nos habla de los acontecimientos del ejército y el pueblo rusos, antes de la gran ofensiva de Stalingrado. Cuando acabé de leer la prosa de Grossman, estupendamente traducida, supe que debía continuar con el “libro maldito” (Vida y destino) y perseguido. Hoy día que he leído cinco libros de este novelista, testigo de los horrores de la guerra, sé que conozco más a la cultura y literatura rusas, resultando de ello, conocer más de mí mismo. ¡Gracias, Grossman!

     Leer a Grossman durante los terribles y prolongados meses de la pandemia, me ayudó a soportar el confinamiento. Si Grossman hubiese vivido en esta época tan difícil y trágica, hubiera escrito narraciones no sólo sobre los rusos y su solidaridad con la gente, el pueblo del mundo; también se manifestaría como lo hizo entonces, como un testigo de la realidad y la verdad. Por fortuna, otro libro de él y sobre él, es una combinación de memoria y biografía, escrito por su hijo adoptivo Fedor Gruber, titulado Cartas y recuerdos de Vasili Grossman, el cual recomiendo sin reservas.

     El inicio de Vida y destino, casi parece el guion de un documental, pues hay que considerar que Grossman hizo reportajes durante casi cuatro años que pasó en el frente de batalla. Estando presente en mayo de 1945, cuando la Alemania nazi reconoció que estaba derrotada, se aventuró a escribir Años de guerra*, iniciando la novela con una descripción de un sitio, impreciso al inicio, que resulta ser un campo de concentración de los nazis, situado en territorio ruso, del que se apoderaron luego de la invasión a Rusia en el verano de 1944. El novelista corresponsal de la guerra, emplea el realismo y hasta analiza lo que era y es la amistad entre los muchos militares con los que convivió, quienes luego fueron algunos de los personajes de su novela.

     En 1955, en un frío día de mayo, el escritor decidió asistir a una exposición muy valiosa de pinturas europeas salvadas de la gran destrucción de Dresde, Alemania, la cual se presentó en Moscú, antes de ser devuelta a los alemanes, diez años después de la guerra. Así, en el Museo Pushkin, Grossman fue fotografiado al admirar las pinturas. Fue una de ellas La Madonna Sixtina del artista renacentista Rafael, la que impresionó mucho al escritor y sobre ella escribió un relato o más bien una crónica sobre el descubrimiento de esta obra maestra, la que tituló simplemente La Madonna Sixtina, donde vertió opiniones como estas:

             “Comprendí de inmediato, que al poder contemplar la obra por primera vez había abusado con frivolidad del término ‘inmortalidad’… es decir: había
             confundido lo inmortal con lo portentoso de ciertas creaciones del genio humano… (el cuadro) lo han contemplado ancianas miserables, emperadores
             europeos, estudiantes, multimillonarios americanos, pontífices y príncipes rusos, vírgenes y prostitutas, personas buenas y malvadas”.

     Para Vasili Grossman, la obra de Rafael causaba conmoción –consciente e inconscientemente– en todos los que estuvieren frente a ella. La Madonna y el niño, eran los reflejos del alma de Rafael, por lo tanto, era una obra bella. En ese tiempo, le quedaban a Grossman nueve años de vida y se hallaba creando la obra maestra Vida y destino, aunque todavía escribió otros libros notables como Eterno reposo y Otras narraciones, en donde se halla el escrito sobre la Madonna, el cuadro que según Grossman, “suscita algo nuevo, como si a los siete colores del espectro, se añadiera uno más, desconocido por el ojo hasta entonces”.

     Este escrito sobre el efecto que tuvo en el ánimo del novelista el conocimiento de una obra maestra de la pintura, sin duda se manifestó en lo que le faltaba por escribir y corregir de Vida y destino, quedando los lectores más influidos, sobre el efecto que tuvo una pintura renacentista sobre una obra de creación literaria del siglo XX que logró ser conservada para el placer de los lectores de la literatura rusa del siglo pasado. Una coincidencia o un acto inconsciente resulta la portada de la novela de Grossman donde aparece la fotografía, tomada en los años de la guerra, de una campesina rusa que es una auténtica Madonna, la que se observa sufriente y angustiada ante un joven; sin duda su hijo, que acaso parte a los combates o ha tenido una licencia para visitar a la madre, que junto con la Madonna, sigue personificando a la madre que no comprende, pero resiste a la tragedia de la guerra.

Las obras de Rafael y Vasili Grossman, se enlazan. No son del pasado sino de la actualidad, de esta suerte, la obra literaria de Grossman, aunque ocurre en el siglo pasado, sigue –para bien o para mal,– más actual que muchas obras escritas en este difícil y trágico siglo XXI. Por consiguiente, me ha impresionado tanto la obra literaria de Vasili Grossman, al que no pocos lo consideran el León Tolstoi del siglo pasado, por lo cual considero recomendable su lectura, en esta terrible e inacabable pandemia. Leer sus obras para así combatir el desasosiego tan grande que reina en la actualidad. Los libros de Grossman son una verdadera ayuda en el año del Covid-19.

* Sin excepción, todos los libros de Grossman han sido traducidos y publicados por la editorial española Galaxia Gütemberg.