Según Samuel García, él sigue siendo el gobernador, tras decidir renunciar a su candidatura por la presidencia 2024-2030. Sin embargo, tal decisión no basta para volver, ya que aún está en pie la licencia que solicitó al Congreso, por seis meses.
Días antes, era Javier Navarro quien fungió como encargado de despacho, lo cual fue apoyado por una decisión de un tribunal federal, al otorgar una suspensión a la decisión de Congreso de Nuevo León para designar a un gobernador interino.
Esto fue porque un mes atrás el Congreso designó a Arturo Salinas como gobernador interino, pero que, días después, se determinó que el proceso de selección no había sido jurídicamente correcto.
Luego, el mismo Congreso de Nuevo León nombró a Luis E. Orozco, vicefiscal, quien tomó protesta el pasado miércoles 29 de noviembre.
Este nombramiento fue apoyado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la cual ordenó una suspensión y reconoció la facultad del Congreso para nombrar a un gobernador interino.
Ante esto, parece que a Samuel García ya no le agradó la determinación de la SCJN, por lo que anunció su regreso como gobernador de Nuevo León, ya que, según afirmó, «no dejaría el estado en manos del PRIAN».
Ahora, el Congreso de Nuevo León afirma que la licencia que pidió Samuel García está aún en pie, por lo que tiene seis meses para hacer cualquier cosa, excepto reasumir funciones como gobernador.
Así las cosas, y acorde a como está jurídicamente el asunto, el gobernador actual de Nuevo León debería ser Luis E. Orozco, pero que, al parecer, no tiene ningún poder, ya que solicitó una reunión con el gabinete, a la cual nadie acudió. Además, porque se le negó el acceso al palacio de gobierno.
Ahora bien, seguramente aún queda mucho recorrido jurídico en este asunto. Mientras tanto, siguen sumándose una serie de capítulos innecesarios y penosos de la política en la entidad. Una marca de «solo en Nuevo León», del querido «México lindo y querido».