Por lo mismo, ya se ha vuelto algo usual que, ante problemas que se originan en el estado, el gobernador de Nuevo León anuncia giras a otras partes del mundo. Apuesta a que los asuntos se olviden durante el fin de semana, para después continuar como si no hubiera pasado nada.
De ahí también se haya vuelto usual que Samuel García haga viajes a Estados Unidos (principalmente a Texas) y, en estos últimos días, a Europa, con el pretexto de atraer inversión y de hacer acto de presencia del estado de Nuevo León.
Pero, así como la “nueva política” ofrece una vía de escape a la responsabilidad política, también destaca por los disensos que logra. Esto último se ha vuelto notorio con la disputa abierta que se tiene con el Congreso del Estado de Nuevo León, el cual ya no solo trata sobre la designación del fiscal general, sino que ahora también es respecto al presupuesto para el próximo año.
A eso, hay que sumar los problemas de cambio de bando de políticos ya electos (como presidentes municipales y diputados); las denuncias de varios alcaldes referentes a la retención de presupuesto; rencillas con el fiscal general; problemas de corrupción; la disputa por el SAT local; problemas de movilidad, etcétera.
A fin de cuentas, en más de un año de gobierno, Samuel García no ha resuelto ningún problema de lo que aqueja al estado. Todo lo contrario, los problemas han empeorado.
Si el aumento al trasporte de metro era ya un golpe al bolsillo de millones de neoleoneses, ahora es peor con el cierre de varias estaciones de la línea dos, ante la denuncia de problemas estructurales (de corrupción) ¿Significa esto que las líneas 4, 5 y 6 tendrán un rediseño ante esta evidencia, por lo cual ya no serán aéreas sino subterráneas? Por supuesto que no; eso en ningún momento se ha debatido.
Por último, la “nueva política” también se destaca por la contradicción. Según Samuel García, el combate a la corrupción era un estandarte para su administración. Sin embargo, se han destapado diversos actos de corrupción en su gestión.
Además, resulta que ya se destapó para ser candidato presidencial en 2024, aunque pronto dijo que se le malinterpretó.
Se dijo también que él sería el único en defender el agua, y resulta que se acaba de realizar un trasvase a Tamaulipas, lo cual también tiene que ver con el disenso, pues este gobierno no logra realizar acuerdos clave.
Se puede decir lo mismo respecto a la seguridad, pues el aumento de los feminicidios en el estado son una realidad ¿Y qué decir de las medidas recaudatorias como el cambio de placas o el impuesto verde?
Sobre este último, ya se dijo que premiarán a las pedreras por comprometerse al cuidado del aire, por lo que se les reducirá a un 50% el impuesto aplicable. Vaya, lo que es beneficiar a las empresas, pero perjudicar a los ciudadanos, pues se espera que verificación vehicular sea otro golpe al bolsillo, aunque habrá que esperar.
Por todo, la “nueva política” en realidad no tiene nada de nuevo. Al final, se sigue una fórmula distinta, pero con los mismos resultados.