Los 7 magníficos, mejor dicho, 4 y 3 magníficas, aducen ser los mejores en una contienda común y corriente, es decir, muy simulada y manipulada. Entre ellos hay “profes políticos” jóvenes y de “la vieja guardia”, con “muchas ganas de chambear”, según ellos; sin embargo, todos han “mamado de la ubre sindical”, sin distinción.
Ofrecen, en sus ruidosas y ruinosas campañas, “las perlas de la virgen”, “el cielo y las estrellas”, “la ambrosía de los dioses”; sin embargo, realmente no tienen nada que ofrecer; eso de renovar, reconstruir, decantar, “limpiar”, ser incorruptibles, ya nadie se los cree, porque son parte de uno de los sindicatos más grandes y corruptos de Latinoamérica.
Todos los conocen y saben “de qué pata cojean”, así que resulta inútil el oneroso gasto de sus campañas, porque en la contienda electoral solo uno obtendrá el triunfo, “el elegido del señor” (en otra época no sé si mejor o peor, “el elegido de la señora”).
Yo no votaré, un inutilizado voto miserable no marcará ninguna diferencia en el hacer del multicefálico monstruo que, por décadas, se ha tragado vorazmente nuestras aportaciones económicas...
Por cierto, a manera de Post Data, me adeudan un medicamento oftálmico desde hace meses; era una infección de la que ya me atendí y curé con un especialista particular, obviamente, con “dinero de mi bolsillo”, que ningún secretario general de la sección 50, ni nadie de la sección, me pagará...