Los Pinos desató una competencia entre los medios, los políticos, la ciudadanía en general sobre el tema de cual fue la causa del desplome del Lear Jet 45 en el que viajaban varias personas, ocasionándoles la muerte. De esta manera, se habla de un accidente provocado por un desperfecto de la nave; de un sabotaje, derivado de una bomba, o de un misil de corto alcance; que si el narco, etcétera.
 
Todo lo anterior originado por, como siempre, la falta de oficio de Calderón. Mueve a pensar en situaciones extrañas, el que Calderón pidió auxilio de técnicos ingleses, estadounidenses y canadienses, además de los mexicanos, para investigar, interpretar lo que contienen las cajas negras. Además, a los cuatro vientos dicen que fue un lamentable accidente, con lo que abonan la versión contraria.

Como vocero oficial, Calderón inventó a Luis Téllez Kuenzler-SCT, para informar, supuestamente, a cabalidad y puntualidad, lo que se vaya clarificando. Es notorio que no habilitó para tal efecto a Medina Mora-PGR, quien sería el indicado, obviamente porque no confía en él para esas tareas.
Por abajo del agua, previos mensajes de unidad del panismo, del gobierno calderonista, en los que  escurre la melcocha, Mouriño era, para no entrar en más detalles, la sucursal del Niño Dios en la tierra, el héroe de la patria en el siglo XXI, olvidando a los demás fallecidos, como si no les hubiera sucedido nada. “Pobre miseria humana”, impulsada por el propio Calderón, al no dedicarle aunque sólo sea por elemental cortesía y de dientes para afuera, un par de renglones de sus discursos. 

Decía por abajo del agua, los que se sienten con derecho a acceder a la titularidad de la SeGob, lloran lágrimas de cocodrilo, tratando de impresionar a Calderón para ser ungidos por el poderoso dedo presidencial. Insisto en que al margen de la telenovela urdida para distraer a los mexicanos, está en quién  será el designado sucesor, para ver si cubre o no un perfil mínimo para encabezar esa dependencia.

También al margen de la tragedia, el equipo calderonista, que no ata ni desata, trata de desfacer el entuerto en que metieron a México cuando vino a México McCain, y a Obama no le tiraron ni un lazo. Se repitió la historia de Salinas de Gortari. Los mandatarios mexicanos, por lo que se aprecia, no saben leer los entretelones de la política internacional.

Será cuestión de esperar si Obama empieza por tender puentes a América Latina y al mundo en general para desactivar las bombas sembradas por Bush. Una primera buena medida sería eliminar el bloqueo a Cuba y terminar con Guantánamo, con lo que enviaría un mensaje claro de querer enmendar las acciones a contracorriente del Bush.
 
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