No. 149 Lunes 10 de Noviembre de 2008

El gobierno salió firme y decidido a dar la cara para atajar el rumor de que alguien había tirado el avión donde viajaba el secretario de gobernación. Llamó mucho la atención este hecho porque es justamente lo contrario de lo que siempre sucede en México donde el gobierno opta por ocultar las cosas.
Es posible que en este caso el gobierno se haya visto presionado porque estaban en juego muchas cosas, algunas de las cuales salen de su control. Los intereses de la empresa constructora del avión que van mucho más allá del gobierno mexicano. Calderón estará en el olvido y Bombardier seguirá ahí, aunque esta es una declaración muy temeraria justamente en medio de una crisis económica profunda como la que se nos ha venido encima. Esta la credibilidad del gobierno que se rumora no puede protegerse ni a si mismo y con esto se reforzaría la idea que ha perdido el control del país y la gobernabilidad simplemente no existe, especialmente porque estamos inundados en un río de sangre. Ojala que como es costumbre no vayan a encontrar un chivo expiatorio, como parece estar sucediendo contra el controlador aéreo.
El peso del rumor de que el avión fue derribado es elevado, un porcentaje elevado esta convencido que no fue un accidente y de esta percepción se desprende el convencimiento que alguien pudiera penetrar y comprometer la seguridad del gobierno mexicano. Finalmente no es poca cosa que se caiga el avión del segundo de a bordo en el gobierno. En el sexenio pasado cayó el helicóptero del secretario de seguridad pública y hasta la fecha no se ha informado con claridad que fue lo que sucedió. Si alguien tiene los recursos para vulnerar la seguridad hasta esos niveles, los tiene para cosas peores.
El gobierno decidió, dicen ellos, el camino de la transparencia, cosa que no los ha caracterizado hasta ahora. El secretario de Comunicaciones da información tan detallada que llega a aburrir. Supongamos que con eso lograran credibilidad, luego entonces vemos que si es posible ser transparentes, aunque como lo ha recalcado el secretario de Comunicaciones, están dando información detallada porque lo ordeno el presidente reconociendo tácitamente que no es una práctica de gobierno.
A partir del hecho que se cumple la transparencia nos podemos preguntar es si esta práctica la  continuara el gobierno, ¿se volverán transparentes y rendirán cuentas? Nos gustaría ver por ejemplo que la procuraduría entregue la información sobre el tráfico de influencia de la familia Mouriño, que nos reporten sobre los muebles que se dice se llevó Fox a su casa, sobre el manejo de los contratos en PEMEX o que nos digan como se compone el precio de la gasolina. Llevo más de un mes solicitando esa información y el gobierno la niega con todo tipo de triquiñuelas.
En otro terreno destaca el exceso de realizar un funeral de estado para un funcionario de segundo nivel mientras que los soldados (ya casi seiscientos) que mueren en la lucha contra el narco a veces ni reciben reconocimiento, por lo menos no se sabe de la asistencia presidencial a uno solo de esos funerales. Pero todavía más grave es que el presidente utilice la ocasión para acusar de calumnias las acusaciones que se presentaron contra el tráfico de influencia de su colaborador cercano, mientras no ofrezca siquiera que se abrirán los expedientes para que su memoria quede perfectamente limpia. No es aceptable que jueguen al perdón a los muertos como el fin de una exigencia de información.
Es de llamar la atención que no alabara de la misma manera al funcionario de seguridad que también falleció en el accidente, aquel que bajo su mando se descubrió que los funcionarios cobraban elevadísimos sobornos del narcotráfico. ¿Esas no serán consideradas calumnias porque no era su amigo?
¿Acaso para el presidente hay diferencias entre la integridad de sus funcionarios? ¿O será que sus lealtades saben de diferencias?
No es para festinar o alegrarse con la tragedia. Pero tampoco es para aceptar que el gobierno la utilice para seguir ocultando lo que por principio legal y moral debió haber sido transparente.
Ya dieron la muestra que habiendo voluntad política se le puede informar a la sociedad. Pues que utilicen esa misma voluntad para cumplir con la ley.

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