No. 151 Miércoles 12 de Noviembre de 2008

El PRIAN anda tras el poder y el dinero de los Mouriño. El pasado fin de semana estuve en visita relámpago en Campeche. Me llamó la atención ver cerrado un local que había sido de la cadena de tiendas OXXO. En el transcurso del día pude confirmar que dicha cadena no opera en Campeche.
“Estuvieron aquí, abrieron varios locales, pero hace cosa de dos años que cerraron”. La ausencia de los OXXO's hace relucir la presencia de las tiendas GES; sí, la cadena de tiendas de los Mouriño, una de las 26 empresas que hasta el día de hoy se le han contabilizado a esta angelical familia.
Preguntando aquí, indagando allá, pude determinar que OXXO dejó de operar en Campeche justo al arrancar el gobierno de Calderón, para no decir “el reinado de Mouriño”. La cadena sufrió presiones del gobierno del estado, como parte de los acuerdos que unen a Carlos Hurtado, el gobernador, con los intereses empresariales y familiares de los Mouriño. Podríamos concluir con la afirmación de que Campeche es uno de los capítulos más avanzados del proyecto para el co-gobierno PRI-PAN, el control negociado del PRIAN.
Miseria empresarial y ética de la prensa yucateca. Los viajes permiten hacerse de información que los medios encargados de difundirla no transmiten. En Guadalajara, por ejemplo, pude saber que el diario de mayor circulación, El Informador, decidió bajar el precio de sus ejemplares de 7 a 5 pesos, de lunes a sábado, como parte de su estrategia para afrontar la crisis económica que ya empezó a resentirse en el país. Así, con la posibilidad de mantener su circulación, tratan de conservar también sus ingresos por publicidad, el rubro de ingresos más importante para cualquier empresa de comunicación.
Compárese la visión empresarial y el buen tino de los editores tapatíos con el primitivismo de los aprendices de empresarios que regentean los medios de comunicación en Yucatán. Periodistas con mentalidad de abarroteros que no sacian su sed de dinero con la venta del periódico (o de tiempos en la radio y en la TV), sino que “completan” con las cifras millonarias que reciben de manera desleal, ilegítima, de los gobernantes a los que venden “protección mediática”, dejando de informar cabalmente a su auditorio o a sus lectores.

Felipe Calderón, jefe de pandilla y no presidente de la república. Tres discursos, tres intervenciones kilométricas, plagadas de elogios “al amigo”, dedicó el presidente Felipe Calderón a Juan Camilo Mouriño (a) “Iván”. El Jefe de Estado y de Gobierno simple y sencillamente se olvidó de los otros 8 empleados públicos fallecidos en el ejercicio de sus tareas gubernamentales. Ahora nos enteramos los mexicanos que el español era toda una joyita: un monumento a la honestidad personal; un hombre que había decidido morir por su patria muchos años antes que los malandrines lo mataran. Hasta hoy se supo que fue el mexicano campechaneado quien ideó, diseñó y operó la estrategia electoral que permitió a Calderón y al PAN imponerse a las fuerzas del mal.
Desde mi particular punto de vista, al presidente Calderón le faltaron tamaños –otra vez- para jugar el papel que le correspondía, para asumir la austeridad republicana que impone el ejercicio de su cargo. El presidente Calderón, por vendernos la santidad de su compinche, dejó pasar una oportunidad dorada para unir a los mexicanos, a todas las fuerzas políticas en torno a la ley y al respeto a la vida constitucional. Se desbordó, se fue de boca en sus elogios al colaborador porque, en realidad, realizó un elogio a su propia gestión. Defendía y elogiaba a Mouriño, para enaltecer el desempeño del jefe de Mouriño. Y eso, amigos y amigas cibernautas no se vale, simple y sencillamente, es un exceso que habrá de pagar Calderón: “elogio de boca propia, resulta vituperio”.
¿Otro contrato millonario para los chicos de “El Padrino”? En los próximos días habrá de licitarse (en convocatoria nacional) el contrato para la iluminación del Periférico de Mérida (53 kms.), obra que alcanzará un monto superior a los 100 millones de pesos. Ante la escasez de obras públicas de envergadura y por los inminentes recortes presupuestales, el contrato a concurso constituye un gran atractivo para las numerosas empresas de la construcción yucatecas que vieron con gran preocupación la reciente visita que hizo a Yucatán, el gobernador González Canto, de Quintana Roo. Visita que incluyó una “parada técnica” para saludar al secretario de Obras Públicas. ¿Será que también este contrato se lo lleve una de las empresas recomendadas por “El Padrino”?
Lo que natura non da, la cirugía plástica non presta. Mire usté, cuando por gajes de la vida se carece de oficio y cuando la naturaleza no dotó a alguien de visión, pus todo lo que haga resultará deficiente, tardío, incompleto o fallido. En análisis anterior señalaba cómo los planificadores de la Seño de los Afeites se aventaron la puntada de dividir la programación de Yucatán ¡en regiones!, determinación que llegó ocho meses después de haber concluido y de haberse dado a conocer el Plan Estatal para el Desarrollo 2007-2012. Y en materia de planificación, el orden de los factores si altera el producto.
Ahora, con tristeza que raya en la indignación, se comienzan a ver las nefastas consecuencias que tiene tomar decisiones aisladas, parciales, sin una concepción integral de lo que debe hacerse. Hace dos meses se reinauguró el Aeropuerto Internacional de Chichén Itzá (conocido por todos nosotros como el de KAUA). Se dijo entonces que era el eslabón que faltaba para allegar grupos de turistas extranjeros a Chichén pero, de manera totalmente inesperada e ilógica, se entregó el manejo de dicho aeropuerto al mismo grupo que tiene la concesión de los aeropuertos de Cancún y de Mérida. Los resultados de tomar decisiones parciales y erradas están a la vista: no llegan aviones; no se hace promoción, sea nacional o internacional; se gasta una millonada mensual en administrar un cementerio sin tumbas. En otras palabras, el aeropuerto de Chichén está en vías de volver a ser el elefante blanco que era antes de habérsele invertido más de 80 millones de pesos (70 millones para los “vaqueros”  del Country Club, y 15 milloncejos para “rehabilitación” de instalaciones y equipos, más la tajada que mensualmente se lleva ASUR).
Recién nos enteramos que el gobierno del estado implementará una ruta de transporte urbano alrededor del Periférico, utilizando camiones de dos unidades con fuelle. ¡Oootra vez se hacen las cosas en partes y mal! Este sistema resultará lento, muy lento, caro, carísimo y poco efectivo. La idea de construir un tren ligero a lo largo del Periférico (sistema más rápido que un autobús en medio del tráfico) no estaba desligada de los boletos de transbordo y del Sistema Integral de Rutas Radiales, que además de beneficiar a los usuarios por el ahorro del tiempo, les transferirían un beneficio económico, directo, consistente en 30 a 50% de reducción en el gasto familiar por transporte. Pero, ni maneras, así se hacen las cosas en Yucatán: tarde, en partes y mal.

¿Desea dar su opinión?