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Fernando Gómez Mont habló por primera vez como Secretario de Gobernación en un evento político y, la verdad, que le fue mal, muy mal, al mofletudo panista. (Me dicen quienes lo conocen, que Gómez Mont no sólo se parece al cómico Luis de Alba, sino que es la encarnación de los "pirrurris", de los "chicos veees", a los que hizo famosos el cómico como caracterización de los riquillos frívolos.)
Habitualmente buen orador, hábil esgrimista con la palabra y con los argumentos, a Gómez Mont lo mandaron al matadero al escogerlo como orador oficial en el acto conmemorativo de la Revolución Mexicana. Y digo que lo mandaron al matadero porque difícilmente puede encontrarse en el PAN a un personaje de estirpe más antirrevolucionaria, que a Fernando Gómez Mont. Lo mandaron literalmente AL MATADERO porque si hay algo difícil para los políticos mexicanos es el "pase de revista" que les acostumbran aplicar los mandos del ejército en cualquier evento en sus instalaciones. Y el "Pirrurris" Gómez Mont, arrastrado por su soberbia, pretendió enseñar a hacer nieve a los neveros. ¡Vaya que se requiere tupé para que un conservador a ultranza, un enemigo jurado de la R.M. se haya lanzado a DAR CÁTEDRA REVOLUCIONARIA a los mandos del Ejército (LA INSTITUCIÓN HIJA, por excelencia de la R.M.)!
Entre las muchas burradas que expresó el Secretario de Gobernación una de ellas, de antología, fue comparar a los grupos de sicarios del narco con las bandas que dieron inicio a la Revolución Mexicana. Y ante tal monumento de insensibilidad política y de cinismo intelectual bien vale recordar QUE NO TIENE LA CULPA EL "PIRRURRIS" SINO EL QUE LO NOMBRÓ SECRETARIO.
El desfile que no fue
Como si faltaran motivos para encabritar a los ciudadanos por las torpezas y los excesos de sus gobernantes, la decisión de la Gober de la Naricita Respingada de realizar el desfile de la Revolución Mexicana, en Mérida, a pesar de que el 20 de noviembre ya no es "día inhábil", causó descomunal descontento a resultas del terrible congestionamiento vehicular que generó, desde las primeras horas de la mañana hasta el medio día.
Hasta la casa de doña Chabe en Dzemul deben haber llegado las mentadas de madre de los conductores, desesperados por salir del atascón vehicular, urgidos de llegar al trabajo.
Una vez más, se comprueba que el grupo de colaboradores de la Ñora del Justam NO PIENSA EN LA CIUDADANÍA cuando toma decisiones. Se piensa, primero, en la popularidad de la Ñora de los Cochis (un desfile UNICO, MEMORABLE, IRREPETIBLE); se toman decisiones de cara a los compromisos de grupo (en este caso los maestros); se piensa en la fiesta y en el derroche (el "puente vacacional", la Feria de Xmatkuil). Lo que sucede en Yucatán con la educación de niños y jóvenes es lamentable, una tragedia que marcará a una generación por la baja, bajísima calidad de la enseñanza. Baldón, baldón eterno a los responsables de este crimen de lesa patria.
La consecuencia de tantos errores y de tantos excesos es el deterioro que ha sufrido la imagen personal de la Gobernadora y la percepción que la ciudadanía tiene de un Gobierno ineficaz, integrado por corruptos e incapaces.
(Me llegan correos señalando que no es la Ninia de Dzemul la que requiere de cirugías, que el que las necesita es SU GOBIERNO, cirugías urgentes, no estéticas, sino lobotomías y trepanaciones cerebrales, más cinco o seis amputaciones y trasplantes).
Pasado el escándalo de los descabezados, Yucatán regresó a la "normalidad" pero …
A punto de cumplirse tres meses de que aparecieron 12 cadáveres descabezados todo lleva a pensar que el caso quedará sin solución. No sólo no se ha logrado avance alguno en las investigaciones, sino que los detenidos por supuesta relación con el crimen o con sus autores, tuvieron que ser liberados ante la imposibilidad de comprobar los cargos en su contra.
A tres meses de la decapitación masiva nada más se supo de las NARCO-CASAS, ni de quienes las contrataron o las ocuparon. Ni la policía local, ni la AFI, la PGR, la SSP, tampoco el Ejército, fueron capaces de localizar siquiera el predio en que debió consumarse la matanza. Nada se sabe de los motivos de la matazón. ¡¡Vaya, ni siquiera se tiene plena certeza del Cártel o banda que haya operado la matanza ni del grupo u organización al que pertenecían los supuestos narcomenudistas que fueron primero levantados y, posteriormente, degollados!! ¡¡Cómo se parece este desenlace al del narco avión que aterrizó en unos henequenales en Tixkokob!!
La no solución del caso de los descabezados, la vuelta a la "normalidad" sin que se sepa lo que en realidad ocurrió, genera en la sociedad yucateca un sentimiento de vulnerabilidad: la percepción de que, en cualquier momento puede ocurrir, de nueva cuenta, una matanza o una agresión por parte de las poderosas bandas de narcotraficantes o las de traficantes de personas. Queda sembrada en el ánimo de la ciudadanía, también, la duda razonada de la posible infiltración del narco en los aparatos policiales y de Justicia o, lo que sería peor, que el grupo de Ivonne Ortega estuviera involucrado con el narco, fuera de manera directa o por los compromisos que le imponen sus "padrinos políticos".
Como en numerosos casos anteriores de asesinato de personas relacionadas con las mafias de narcotraficantes o de traficantes de inmigrantes, que han ocurrido en Yucatán, todo parece indicar que la intrincada red de complicidades entre delincuentes y organismos policiales impidió, también en el caso de los 12 descabezados, avanzar a las investigaciones, propiciando que los crímenes queden en la "congeladora". Un caso más que no se resuelve, como sucedió con el asesinato del diputado Pánfilo Narváez, de su hijo y de Pedro Yam; como ocurrió con los policías baleados en Chenkú (asesinado Martín Mex); como ocurrió con los casos de los cubanos, Alfredo Barceló y Manuel Duarte Díaz; como en los casos del joven Edwin Park y de su acompañante, Jesús Aguilar, o de la joven María Elena Carrillo y de su pareja, el también cubano, Luis Lara; como ocurrió con los casos de asesinato de "La Urraca", de "El Calochas"... ¿cuántas muertes violentas más se necesitan, cuántos asesinatos impunes para concluir que las autoridades no pueden brindar seguridad?
La Seño del Justam está reñida con la rendición de cuentas pero los malos resultados que reporta a la sociedad en materia de Seguridad Pública dejan ver que, también en ese campo, reina la incapacidad y la corrupción.
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