* Negros nubarrones en el horizonte mexicano en todos los frentes económicos
* La creación de empleos se fue al bote de la basura; no hay demanda para la industria
 
La economía mexicana está padeciendo de falta de liquidez, a causa de la crisis financiera estadounidense y europea, pero aun así no tiene planes para emplear, por ahora, la línea de intercambio de divisas, esas llamadas swaps, por 30 mil millones de dólares, que ha ofrecido la Reserva Federal estadounidense.
 
Estados Unidos había ofrecido cuatro líneas de crédito temporales al Banco de México y a otros tres bancos centrales de países periféricos, pero el gobernador del instituto bancario central, Guillermo Ortiz Martínez, declinó la oferta. La Fed (Federal Reserve), que viene siendo el banco central de Estados Unidos, estableció nuevas líneas de swaps para México, Brasil, Corea del Sur y Singapur, ampliando su esfuerzo por inyectar dólares estadounidenses para llevar liquidez a los distintos mercados del mundo.

 
México tiene reservas suficientes, en las arcas del banco central, no obstante que las está vaciando para fortalecer el tipo de cambio, exponiéndose ciertamente a que los especuladores compren los dólares que saca al mercado bancario y se los lleven a los paraísos fiscales, pero, dice Guillermo Ortiz, que por el momento no será necesaria la utilización del dinero ofrecido por Estados Unidos, aunque ese esquema le otorga al Banco de México mayor flexibilidad para atender, cuando se juzgue conveniente, necesidades potenciales en los mercados financieros.
 
El Fondo Monetario Internacional, por su parte, también intenta reforzar las economías periféricas –la de los principales países pobres, pues– y ha aprobado lo que se denomina una facilidad de emergencia para liquidez de corto plazo para estas economías de los mercados emergentes, una lista que probablemente incluiría a México, para ayudar a enfrentar la crisis financiera. Pero el Banco de México aclaró que estará atento a la evolución de los mercados financieros y mantendrá su compromiso de proveer, como lo ha hecho hasta ahora, la liquidez necesaria para coadyuvar al buen funcionamiento del sistema. Nada más del sistema financiero, ¿eh? No vayan a creer que se trata de crear empresas productivas que le den empleo a la legión de desempleados que cada día crece más en el mercado laboral local.
 
La crisis global ha golpeado a México en las últimas semanas, forzando al banco central a anunciar medidas para inyectar liquidez en el sistema, después de que los inversores se alejaron del mercado de deuda de corto plazo y tras malas apuestas financieras que hicieron desplomar al peso. Entre las medidas se incluyen la reducción de las emisiones de deuda del gobierno a largo plazo y un aumento de las de corto plazo en el cuarto trimestre.
 
Pero con todo, el horizonte mexicano está tachonado de nubarrones muy oscuros. El coletazo de la crisis y la desaceleración en Estados Unidos, el principal socio comercial de México, tampoco pintan un horizonte promisorio para la economía local. En su informe trimestral de inflación, el banco central dijo el miércoles que la economía crecería apenas entre 0.5 y 1.5% el próximo año. Y además redujo su pronóstico de crecimiento económico a alrededor de un 2.0 por ciento para este año, desde el rango previo de 2.25 a 2.75 por ciento.

Pero al menos, la tendencia de los precios se mantiene de acuerdo a lo planeado. “Estamos pensando que la trayectoria de la inflación en este último trimestre y 2009 está en línea con las proyecciones que teníamos en el último informe”, dijo el gobernador del banco central, Guillermo Ortiz, en rueda de prensa. Claro, aunque los industriales y comerciantes se ufanen en subir precios, no hay quien compre, por lo que ad ovum los tienen que bajar. Y entonces estamos en peligro de una estanflación (estancamiento de la producción con inflación, aunque ésta reprimida).
 
En su informe del segundo trimestre, el banco central había establecido para el cuarto trimestre una inflación de entre el 5.50 y 6.0 por ciento, que iría descendiendo hacia fines del 2009 hacia su rango objetivo del 3.0 por ciento más-menos un punto porcentual. Y en cuanto a la marcha de la economía, el banco centra prevé un menor crecimiento para éste y el próximo año ante la crisis financiera internacional. Calcula que la economía mexicana crecerá a duras penas entre 0.5 y 1.5 por ciento durante 2009, cifra menor incluso a la esperada por analistas y Gobierno que proyectó una expansión de 1.8 por ciento.  Al mismo tiempo, el Banco Central espera que la economía crezca sólo 2 por ciento en este año, la anterior estimación era de entre 2.25 y 2.75 por ciento.

La desaceleración de la economía estadounidense, principal mercado de las exportaciones mexicanas se ha acentuado en los últimos meses, al tiempo que el ánimo de sus consumidores se encuentra por los suelos. Para este año se anticipa que la generación de empleo en el sector formal (número de trabajadores asegurados en el IMSS) sea cercana a 230,000 plazas, 140,000 menos a su anterior previsión y que se ubique entre 150 y 250 mil plazas al cierre de 2009.
 
Las importaciones de maíz y leche, provenientes de Estados Unidos, crecieron hasta 38 por ciento en los primeros 8 meses de la apertura comercial para los cuatro productos sensibles (frijol, maíz, azúcar y leche). Cifras de la Secretaría de Agricultura y Aduanas, muestran que de enero a agosto de este año se ha importado 37.7 por ciento más leche que en el mismo periodo del año pasado, lo que significa que en lo que va de la apertura comercial han ingresado 34.9 millones de litros de leche procedente de Estados Unidos.
 
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