HORIZONTE CIUDADANO
Gracias, Jenaro
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Instruyámonos, porque necesitamos toda
nuestra inteligencia; conmovámonos porque
necesitamos todo nuestro entusiasmo;
organicémonos, porque necesitamos
toda nuestra fuerza.
Antonio Gramsci
Saltillo.- La presencia de Jenaro Villamil en la Feria del Libro de Saltillo fue una decisión muy acertada, un obsequio digno de agradecerse. Jenaro es un yucateco de 43 años que desde 1989 se dedicó a la investigación en comunicación política, a estudiar la influencia de los medios de comunicación sobre la conciencia colectiva.
Villamil también es un activista social, ha participado en varias organizaciones civiles, pero lo que más me llama la atención es que fue integrante del Grupo Oaxaca, el que impulsó la Ley de Acceso a la Información Pública; además es un defensor franco, directo, del derecho a la información y de la libertad de expresión, de ahí que resulte un periodista incómodo para el poder.
Leí el año pasado el último libro de Jenaro, El sexenio de Televisa, cuando salió al mercado. En ese texto Villamil desnuda al poder mediático del consorcio de los Azcárraga, que trasplanta los valores, las normas y la dinámica de la sociedad del espectáculo, hacia la sociedad de la información y la sociedad política.
Jenaro analiza en su texto a la sociedad del espectáculo, la del show político, en donde se expropia el interés público para convertirlo en interés mediático. Los imagólogos de Televisa son asesores políticos, ellos poseen la llave para acceder a la pantalla comercial, son los generadores de percepción social.
Televisa es un monopolio y en términos mediáticos posee la hegemonía que le garantica a la oligarquía económica, financiera y política del país un estatus quo altamente rentable.
Frente a Televisa, la clase política vive arrodillada, públicamente temen desafiar sus reglas, sobre todo ahora en que vivimos la era de la adoración del raiting.
Sin embargo, el autor analiza también, cómo en la sociedad se ha generado y crece el malestar televisivo ante la falta de opciones de entretenimiento, de información y debate público.
En el presente sexenio, por su débil legitimidad, Calderón se convirtió en rehén de Televisa, de manera que, expone el investigador, entre diciembre de 2006 y mayo de 2010 el gobierno federal destinó cerca de 17 mil millones de pesos para su promoción en los medios de comunicación, gasto que significa un 500 por ciento más de lo que gastó Vicente Fox en propaganda política, lo que nos ha convertido en la república del espot, sin que haya instancia capaz de regular este fenómeno. Un alto porcentaje de esos recursos fueron a las arcas de Televisa.
La tele realidad, dice el comunicólogo, vive de generar escándalo y frivolidad, porque éstos y el morbo venden, esa es la divisa principal de las televisoras.
El poder desmedido de Televisa resulta ya incontrolable, vendiendo espacios publicitarios a los partidos y a los gobiernos se hace de ingresos multimillonarios, sin control legal alguno; el investigador ofrece múltiples ejemplos de cómo el consorcio de Azcárraga ha fabricado a un candidato para el próximo sexenio, él es Enrique Peña Nieto, quien también a volcado ríos de dinero público para sus mentores de la televisión.
En su estancia en la ciudad, Villamil también se ocupó de la situación de Coahuila y la de los Moreira. Comentó que los ciudadanos, “no podemos soportar gobiernos que estén despilfarrando el dinero del erario para promover su imagen. La gente no elige a sus gobernantes para que sean reyes de la primavera o actores de televisión”.
Al referirse al triunfo de Rubén Moreira, expresó que influyó el hecho de una reconfiguración del viejo PRI que controla todo. Afirmó que si el triunfo de Rubén hubiera sido en condiciones de equidad, de competitividad, de plena libertad de expresión, sería una victoria creíble, pero son victorias de aparato, aseguró, y eso implica un retroceso.
En conclusión, voces como la de Jenaro Villamil, tan críticas y documentadas, significan un valor agregado para la Feria del Libro; a ella habría que agregar la de Sabina Berman, la de Margo Glantz, entre otras.
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