Ciudad de México.- La beatería, la santurronería, la mojigatería, para no enumerar fariseísmo, falsedad, fingimiento, doblez, simulación, y toda la lista de hipocresías, de los Calderón Zavala, no tienen medida.
Y la hipocresía de los partidos de derecha, mochos, anticomunistas, antisocialistas, antipapistas, antidemocráticos, antimexicanos, racistas, excluyentes, tampoco tiene fondo.
Más, en los momentos actuales, cuando intentan carcomer los cimientos de la nueva nación que las mayorías están tratando de construir sobre la podredumbre dejada por los gobiernos que desecharon la revolución mexicana y sus objetivos de “justicia social”.
Más, cuando aún calan en la conciencia los despropósitos canallescos de Vicente Fox, llevados al extremo de la sevicia y la codicia de Felipe Calderón, Margarita y sus sicarios, que emprendieron una guerra sanguinaria presuntamente en contra de las bandas de criminales, a las que en realidad fortalecían.
Es idiota creer que el michoacano no conocía la alianza de corrupción de su “súper policía” con el narcotráfico, apoyado por falsos y corruptos “comunicadores” de la televisión comercial y de la llamada prensa tradicional impresa, radial y televisada.
La hipocresía de los gobiernos y cuadros dirigentes del PAN, que destruyeron, en tan sólo 12 años, lo que quedaba de la nación, es inacabable. Están bañados del lodo de la corrupción, corrupción en serio y se sienten con autoridad moral, cuando no conocen la moral, ni siquiera la moral católica que dicen practicar, de reclamar las conductas de los demás, como es el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Les vendría mejor esperar a las investigaciones del fiscal general de la nación y, si Pío López Obrador cometió un delito, al recibir una bolsa de papel, presuntamente embarazada de pesos, de manos de David León Romero, que lo pague con la pena que llegase a dictarle el juez. Es digno de pena para los partidos recibir financiamientos no enterados al INE.
Pero que ni los panistas, ni los perredistas, ni los priistas, ni los de movimiento ciudadano se den golpes de pecho y se presenten como puros y llenos de gracia, que no reciben dinero fuera del contexto que les permite el Código.
Y digo que les vendría mejor porque ellos están llenos, hasta el cuello, de la materia fecal de la corrupción. Son los reyes de los moches. Hay como mil millones de personas en el mundo que se acuestan y no pueden dormir porque el hambre les corroe el estómago y estos extremistas, no sólo del PAN, quieren seguir prendidos a las ubres de la madre patria que aguantó el saqueo de sus recursos por la banda de ladrones encabezada por Peña. Pero son de los que comen dios y cagan diablo.