Ciudad de México.- Un crítico pagado –chayoteado, dirían los chairos–, e incluso un enemigo gratuito de la 4T –uno de la banda de los fifíes o derechairos– acusaría a las autoridades del Banco de México, directamente a su gobernador, Alejandro Díaz de León, de ser paleras del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando esta institución es autónoma y viene del viejo régimen.
Tales “analistas” dirían que es una mentira total que la política monetaria marche y marche bien. Ni amenazas devaluatorias, ni jornadas negras.
Lo cierto es que el Estado de Cuenta del Banco de México ha sido positivo durante todo 2020. Son números. No especulaciones.
Y eso anima a los inversionistas de verdad, que lo que buscan es privilegiar sus activos, sus inversiones, sus ahorros, con atractivas ganancias. Motiva confianza en los mercados y es un muy buen augurio para la economía general, aunque no hay magia si no manejo realista de la política monetaria.
La oficina de información del instituto bancario central lo informa semana tras semana durante todo el año. El más reciente reporte –del jueves anterior al 31 de diciembre–, indica que la reserva internacional experimentó un incremento de 188 millones de dólares. Con esto, su saldo ascendió a 195 mil 667 millones de dólares, lo que significó un incremento, con relación al jueves anterior, de 188 millones de dólares estadounidenses, y un crecimiento acumulado, respecto al cierre de 2019, de 14 mil 790 millones de dólares.
Estos resultados ofrecen muy buenas vibras, e insuflan aires frescos para toda la economía: Las reservas internacionales, por este motivo, también funcionan como indicador económico.
Al estar compuestas por una serie de recursos, las reservas sirven para medir la capacidad del país para servir su deuda externa, una abultado pasivo, contratado por los gobiernos anteriores y que nunca se va a pagar. Esto lo saben los acreedores, los primeros que prefieren que nunca se pague porque entonces dejarían de enriquecerse con lo que se llama servicio de la deuda: intereses y vencimientos (abonos) de capital.
Las reservas internacionales funcionan también como indicador de la capacidad de la economía para importar bienes, principalmente materias primas, y servicios con los que se mueve la planta productiva nacional. También sirven para otras muchas tareas económicas, pero su objetivo último, sin embargo, es contribuir a que el país mantenga estabilidad en su poder adquisitivo.
Así, las reservas internacionales se encargan de compensar la balanza de pagos con la diferencia entre ingresos y salidas de capital del exterior y al exterior.
Además, son fuente de recursos… Cuantos más recursos posea el país, mayor será su capacidad para adoptar determinadas políticas, a fin de lograr estabilidad económica y financiera, pues respaldan la confianza en la moneda nacional, el peso mexicano, que es lo que ha estado ocurriendo, desde hace dos años, en el mercado cambiario.
También, las reservas internacionales se encargan de garantizar las importaciones, lo que dota al país de una mayor capacidad para comprar en los mercados internacionales. Por otro lado, se encargan de prevenir los desequilibrios externos, haciendo como contrapeso de las salidas de capital en el país. A la vez que, por otro lado, respaldan la confianza de la deuda exterior frente a los inversores.
La llamada base monetaria, que está integrada por billetes y monedas en circulación y depósitos bancarios en cuenta corriente en el Banco de México, de acuerdo con el informe del Banxico, del que estamos hablando, aumentó 4 mil 272 millones de pesos, alcanzando un saldo de 2 mil 118 millones 243 mil pesos, cifra que implicó una variación anual de 21.6%. Buen crecimiento de otro de los indicadores de buen augurio para la recuperación de la economía.
El crecimiento de la base monetaria se ha incrementado debido a factores asociados a las medidas sanitarias implementadas en el país, que habrían aumentado la demanda de efectivo por parte del público como medio de pago, explica el reporte de prensa del Banxico. Adicionalmente, la mayor demanda de efectivo refleja el efecto estacional asociado al día feriado del 1 de enero.
La cifra alcanzada por la base monetaria al 31 de diciembre de 2020 significó un incremento de 375 mil 768 millones de pesos, respecto de la misma fecha del 2019. En noviembre de 2020, la base monetaria había crecido casi un 19% en términos reales anuales.
Por lo menos, buenas realidades, buenos augurios.