Tiene cuatro libros publicados en la plataforma digital de Amazon («Imagen Eterna: Cuando Martín Conoció a Perla», 2019; «Tan Frío Como el Viento: Cuentos» (2019); «HAP: Uno Punto Cero» (2019); «De Atrás Tiempo: Relatos de Antaño» (2019).
Además, un libro autopromovido en la editorial Vortoj. Participante en una antología de cuentos de Pedro Rodríguez titulada: «El Gritón de Cuentos».
Colaboró en la revista Delatripa y colabora esporádicamente con su narrativa despatarrada en la revista electrónica 15diario.com y de pura chiripa colaboró en la revista La Quincena.
0.- ¿Qué piensas de que te entrevisten?
R= Difícil es hablar de uno cuando la mayoría del tiempo estás escapando de una realidad comprobada. Aunque admito que esta práctica desenfadada del “Yoyismo” es algo interesante. Hago esto… Hago aquello… Yo esto… Yo lo otro… Así que… Entrelazo los dedos y muevo mis palmas hacia abajo hasta que crujen mis articulaciones ¿Qué tan difícil puede ser responder unas cuantas preguntas? Espero darme a entender y ofenda lo menos posible. Las respuestas (y algunas preguntas agregadas como esta número 0) son responsabilidad mía y solo mía… Tengo una caja de Altoids a un lado y me aviento la primer pastilla de menta para comenzar.
1- ¿Cómo escribes?
R= Escribir es algo más complicado que poner una letra detrás de otra y una palabra seguida de otra hasta formar una oración y luego un párrafo. Tal vez trauma, experiencia o yo qué sé, tiendo a ser duro conmigo y siempre trato de alejarme del cliché romántico del escritor, siendo lo primero no considerarme un escritor en el sentido literario de la palabra, sino tan solo un cuentacuentos. Y como a todos, o como a nadie para no aludir, cuando escribo sale mucha basura que se tiene que arreglar poco a poco hasta dejarla presentable y decente para ser leída. Comienza con la idea, decides su extensión (empezar es la parte más difícil), luego se escribe, la mayoría de las veces, ya con un final establecido… Lo demás es ya borrar, y reescribir, y corregir, borrar, escribir y borrar y volver a borrar… Hasta que adquiere la forma que uno quiere, porque en el cuento o la novela, no se trata tan solo de contar una historia y ya, sino de “cómo” contar esa historia.
Pregunta agregada 1.2.- ¿Tienes algún método o algún ritual de escritura? ¿Te sientas en la ventana los días lluviosos para escribir tomando una taza de café o una copa de vino? ¿Alguna cábala? ¿Escribes bajo los influjos de alguna sustancia o motivado por el alcohol? ¿Buscas a la musa con un habano en la boca y escuchando música clásica para encontrar la inspiración?
R= Jajajajaja… ¡Claro que no!
2- ¿Por qué escribes?
R= Creo que quienes intentamos el juego del “hacedor”, buscamos una manera de justificar esa necesidad, sin dar casi nunca en el clavo. Es un hambre de expresión más allá de querer reconocimiento, para eso puedes hacer gestos tontos o algo peligroso por Tik Tok y, sin esfuerzo, cientos de mentes pausadas te darán esa celebridad que tanto añoras. Si por otro lado quieres que tus amistades o familiares murmuren: “Mira, es escritor y artista”. Pues igual, busquen un quehacer extraño, finjan una personalidad excéntrica, y ya… La verdadera necesidad de sacar algo, de querer decir algo, a ti mismo, a todos, y a la vez a nadie en particular, no se puede describir… Escribo para sacar mis demonios… Escribo para expresarme… Escribo lo que quiero leer… Escribo como (esa palabra me encanta por la forma en que se volvió bandera chafa del artista) catarsis… Todas esas respuestas, en mayor o menos medida, son parte de una misma maraña dentro de nuestras cabezas y están ahí, flotando sin llegar a ser una afirmación concreta. Aquí estoy sonriendo y me aviento otros dos Altoids, fue una forma un poco exagerada de decir que no sé por qué escribo… Pero pues, ¡sucede y es lo que hay!
3- ¿Desde cuándo escribes?
R= Siempre tuve esa necesidad (necedad, dirán algunos) absurda de plasmar lo que pensaba, creía y sentía. A veces de forma tan equivocada que, si fuera en estos tiempos, ya tendría en mi haber unas cuantas terapias “sicoloquíticas”. Entonces primero fue el dibujo, paisajitos, hacer comics en libretas de hojas blancas inventando personajes. Luego la guitarra, la música como puente de comunicación. Tiraba para todos lados, en ese entonces, a los 16 años, quise crear una obra escrita, pero me fue tan de la patada que lo abandoné. De ahí brinqué al video y a la foto en la facultad… Yo ya leía algo, pero las clases de Literatura en la preparatoria y en la facultad, que no era mucho, abrieron un panorama nuevo que comencé a entender. Ahí mismo en la facultad (años después de intentarlo por primera vez) volví a escribir, entré a un concurso y salí nominado. Y eso de la escribida me gustó… Y soy sincero, nadie me ha enseñado nada, así como en el dibujo y la música. Nadie me enseñó a escribir y es por eso que voy lento… Aprendí a identificar el espacio, la trama, acciones, personajes, giros, con las clases de literatura… Entonces lo que hice fue leer, leer y desmenuzar lo que leía, por ejemplo, si un autor me hacía sentir triste o angustiado, me regresaba en la lectura y lo volvía a leer, una, dos o las veces que fueran, para encontrar lo que me hacía sentir así. Ya luego lo trataba de replicar en algún escrito, copiando o intentando otros elementos y a veces funcionaba. Desde ese entonces casi no leo por placer, siempre mutilo el ritmo de la lectura regresando y regresando cuando algo me llama la atención. Y entre tanto, iba conociendo lo que estaba haciendo, todo tiene nombre. El recurso literario, el tono, el ritmo, diálogos directos, indirectos, gramática, sintaxis, etc., etc., etc. Por eso insisto, escribir no es solo plasmar las palabras y ya.
4- ¿Para quién escribes?
R= Para nadie… Si la pregunta es si escribo para alguien en particular. O para personas arriba de 30 o 35 años como un ´target´ específico. No escribo para niños, mis personajes ya no idealizan la vida, sino que la cargan a cuestas. Y sigo aprendiendo cómo hacerlo, uno crece y cambian los objetivos, cambia la forma de hacerlo, cambian hasta los finales… Antes lo hacía para mí, porque quería leer una historia a como yo quería que me la contasen. Así no funciona, todas las historias ya están hechas y al final uno escribe para responder sus propios cuestionamientos… o para tratar de responderlos. Sin irme por la fácil de ser grotesco, exótico, de abusar del lenguaje vulgar o morboso, elementos que uso cuando la historia lo requiere y que no me asustan, más no las utilizo porque piense que es un estilo, o para enmarcar mi rebeldía o porque así atraeré lectores, lo cual debe ser lo de menos, pues el cuento (o lo que sea que se escriba, venga otro Altoids) debe importar más que quién lo escribe. Si se trata de leerme, la verdad es que muy pocos han tenido la infortuna, la mayoría de las cosas están en la computadora, las regalo, las deshecho. Otras las mando a páginas de otros países con otro nombre que no es el mío, escribo en grupos de redes sociales, para el 15diario. Llevo años haciéndolo y me considero todavía un aprendiz que va asomando la cabeza poco a poco. Es más, muchos de los que me conocen, al ver esta entrevista en mi muro del Feis, van a decir que de cuando acá le hago a esto y no sabrán qué demonios está pasando…
5- ¿Sobre qué escribes?
R= Escribo sobre lo que sea, encima de encontrar una analogía. Escribo sobre la condición humana en sus formas más básicas como una equivalencia del entorno cultural, social y político y lo mezclo con temas absurdos como un reflejo de los problemas que cada día nos acechan. Me burlo de todo como una queja y le tiro a quien se asome. El tema absurdo del que hablo es el sobrenatural, admito esa influencia, ochentera y directa, contando historias tipo Twiligth Zone. Aunque soy estándar, también le entro a las cosas románticas, a la ciencia ficción, al thriller policiaco, al drama, la comedia, a lo que sea, pero creo que lo sobrenatural engloba más lo que quiero decir o lo que quiero contar desde mi perspectiva más seria. Por ejemplo, el monstruo debajo de la cama como el detonante catastrófico en una familia caótica y disfuncional que se automutila a sí misma. O un injerto de comunicación cerebral que vuelve a todos zombies, como una crítica a la tecnología de hoy y la conectividad banal. Mis personajes tienden a ser un tanto miserables, sin que por ello no sean felices, pero siempre víctimas de la azarosa vida y con muy poca suerte, sean arrabaleros o clasemedieros o personajes rimbombantes. Nunca son los elegidos, o los sabelotodo, o los implacables, y continuamente se equivocan en lo personal, mental, sentimental o profesional, pues son normales. Y ese aspecto es el que influye para tratar de resolver los problemas que les presento. Cierro diciendo que la mayoría de mis historias son aquí en Monterrey… Aquí comienza la invasión alienígena, aquí salen las verduras asesinas, aquí hay organizaciones secretas… Aquí cae el meteoro… Por aquí camina el Diablo…
Pregunta agregada 5.1.- ¿Dónde escribes?
R= Donde me pesque la lúgubre tempestad de mis ideas, donde me atrape el intrínseco color de una historia, donde mi musa le caiga con unas cuantas imágenes… Jejejeje… Sólo escribo en la computadora, hace mucho que deje de apuntar cosas en papeles y libretas para pasarlas a la máquina, eso ya me da mucha flojera. He aprendido a quedarme con las ideas y solas saltan en los momentos más convenientes. He aprendido a absorber todo lo que veo, siendo un simple mortal con sus muchos problemas y sus pocas virtudes, y a convertirme en cuentacuentos cuando abro un nuevo archivo de Word. Si alguna idea que me parecía buena se me olvida o se me va, no pasa nada, no me rompo la cabeza por eso y mi Laptop lo sabe. No busco un rincón cómodo, ni un mueble en especial, no busco silencio, tan solo estar sin interrupciones y la concentración hace el resto.
6- ¿Qué es para ti la literatura?
R= La literatura es la aspiración, la literatura es el tope. Es la máxima que debemos anhelar quienes estamos enredados en esto de las letras y nos suponemos escritores. (Aquí divago, como siempre, pero hay que aprovechar esas confusiones mentales para zamparse otros Altoids) La literatura es el inalcanzable último peldaño de esta gramatical escalera. Es como una carrera 45K, salimos todos de la meta, unos más rápidos que otros, tropezando, tanteando el camino, deseosos de llegar al final, con la diferencia de que en esta competencia sólo algunos rompen ese listón. El resto se queda en el camino, abandona, se cae y ya no se levanta. En la literatura hay un verdadero arte y no creo que yo, que escribe varios cuentos, lo manda con el amigo de la editorial, le doy dos mil pesos, imprimo mi libro y lo expongo de forma independiente en alguna feria o lo vendo por internet, me convierta en alguien que se encuentra dentro de la literatura, ni siquiera como definición. Es lo que pienso. Creo que el arte es tan subjetivo que, de todo ese caos, tomamos lo que nos conviene para decirnos artistas: “Es que el artista es quien crea”. “El artista es quien se expresa”. Pero bueno, tal parece que en el universo donde un Carlos Trejo o un Jordi Rosado son escritores, cualquiera puede serlo. La literatura es el estado puro y bello de un escrito, es la genialidad de la palabra y decir: “Pues depende de lo que es bello y genial para ti, o para mí”, es volver al principio, donde nos acomodamos para que suceda lo que nos conviene ignorando hasta los cánones. Podemos escoger la definición más simple de Literatura para encajar sin problemas, pero en realidad, ¿a dónde nos lleva eso? Ahora que, si como escritores, no vemos esa diferencia que hay entre el cuento cachondo, romántico y de fantasía que redactamos con lo que escribió Rulfo o Hemingway, tenemos un real y verdadero problema…
7- ¿Qué opinas de tu propia obra?
R= Es simple… Siempre me he decantado por contar cosas y usar un lenguaje para cada tanto. Puedo ser retórico, metafórico, “artístico”, de imágenes complejas, aventando recursos a diestra y siniestra, porque me sé el camino, he aprendido cómo hacerlo, pero como salida fácil me inclino por lo simple. Sin caer en lo ingenuo o patético, como cuando principiante. Hace muchos años mandé mi primer cuento a concurso y fue algo vergonzoso, ese escrito tenía diálogos acartonados, mal estructurados y con fallas horrorosas en los signos de puntuación, tenía faltas de ortografía y contada solo describiendo acciones, estuvo tan gacho que hasta los Altoids que ahorita traigo en la boca me saben amargos. Aquello estaba lleno de clichés argumentativos, de chistes sin sentido… “Porque lo que cuenta es el mensaje, la historia, no te fijes en las fallas gramaticales, en los errores, fíjate en la grandiosa historia de amor y de aventura”. Un discurso que leo y oigo una y otra vez en tantas personas, tan convencidas de ello, que a veces pienso que el equivocado siempre soy yo. Desde entonces siempre he opinado lo mismo en lo que hago, mientras más aprendo, menos sé. Es un proceso algo largo.
8- ¿Cuándo está listo un texto?
R= El texto está listo cuando uno quiera… Si el escrito ya dice lo que quieres decir y como lo quieres decir, después de arreglar todo lo que haya que arreglar, ahí es. Es obvio que al releer te des cuenta que algo pudiste simplificar, o que otra palabra queda mejor, y pensar que nunca podría estar listo, que siempre requerirá correcciones. Hay cineastas que dicen: “Cuando hice esa película era muy joven, si la hubiera filmado ahorita hubiera considerado otro final, otras motivaciones al personaje principal”. Pero aquí nunca son correcciones en esencia o de fondo, porque la verdad, el resto del escrito sigue siendo el mismo. Entonces continuamente habrá algo que queramos modificar o componer porque con el tiempo se refresca la mente y encontramos detalles. Obviamente corregir con toda la experiencia y el conocimiento detrás, no estoy hablando de volver a escribir a lo loco guiado por supuestas emociones, sino saber lo que estamos haciendo. Creo que uno debe aprender a lidiar con esos fantasmas, aclararse la garganta y decir: “Ya quedó”. Si no, corremos el riesgo de caer en un interminable espiral de incertidumbre, ¿qué tal si al final lo mejor para el cuento era lo que borré desde el inicio?
9- ¿Qué opinas del nivel de nuestra literatura nuevoleonesa?
R= Muy buena. He tenido oportunidad de leer a muchos y no hay que envidarle nada a nadie. Aunque creo que las condiciones de nuestra ciudad, nuestro entorno y nuestra cultura no da para mucho en cuanto al arte. Por ejemplo, en la ciudad de México ves a muchachos con cámaras fotográficas, organizándose para pintar murales, obras de teatro, haciendo exposiciones, creando dentro de sus posibilidades cuentos y poemas. Ellos van a crecer y van a consumir cultura. Allá ves cultura en cada esquina y aquí no hay nada de eso, en parte porque nuestro discurso regional gira en torno a la industria y echarle ganas al trabajo. No digo que esté mal eso, pero el arte nos pasa de noche, no somos contemplativos, muchos no sabemos entenderlo y disfrutarlo, sólo algunos. Y aunque instituciones como CONARTE a veces apoyen, no se consigue esa expansión literaria y artística que se supone debería ocurrir porque no estamos preparados para ello. Creo que hay nivel de arte y escritura en Nuevo León, no todos, no romanticemos, pues por simple lógica, para que haya un buen escritor debemos haber mil malos. Difícil es hacer que la gente en general tenga esa hambre de cultura que hay en otros estados y lo repito, es esa bandera de capital industrial que venden empresarios y políticos, la que frena mucho esa avanzada que puede tener el arte en el estado.
10- ¿Vives de la literatura?
R= Muy pocos viven de lo que producen de forma artística, eso sería ya una profesión. No vivo de escribir, ni vivo para escribir, ni la escritura vive en mí, ni la escritura me da vida, ni siquiera es un complemento o (de nuevo esa palabrita) catarsis. Otro Altoids se pasea por mi lengua mientras medito mis palabras… Lo hago porque sé hacerlo y me desconecta, porque aprendo y respondo mis propias cuestiones. Cuando alguien vive de lo que produce en un ámbito artístico, o lo hace demasiado bien, o su estrategia de mercado funciona. A los demás nos toca seguir aventando manotazos a ver a quien le pegamos. Y ahí anda uno juntando lana, para poder pagar una tirada de 20 libros y repartirlos con conocidos y familiares. Hoy en día muchos pueden hacer eso, escriben en la computadora, juntan para la impresión y, sin ningún tipo de filtro, ya tienes un libro propio en tus manos (aquí se contrapone con la pregunta anterior) ¿En qué nivel de escritura nos pone eso? Creo que muchos, la mayoría, andamos en esto muy a tientas y a solas, de por sí escribir es una tarea solitaria. De día andamos trabajando, haciendo y deshaciendo, conviviendo… y a ratos escribes. Entonces a medias pareces escritor. Eres el maestro, el contador, el vendedor que escribe por las noches y que tan solo es escritor en algún evento literario. Sales de tal evento y vuelves a ser el doctor, el maestro que tiene que planear, el vigilante que tiene turno doble. Para la mayoría no eres alguien que escribe, sino una persona que piensa que es artista, alguien a quien los amigos le dan una palmada en la espalda y le dicen: “Oye, escribes bien, ¡pero échale ganas!”, mientras te aconsejan que necesitas buscarte un trabajo mejor o hacer algo de “provecho”. Escribir es una fantasía para algunos y un capricho para otros tantos, escribir hoy en día depende de cuánto puedas costear tu tiempo y que tanto pesen tus bolsillos al final del día.
11- ¿Para qué le sirven los escritores a la sociedad?
R= Para nada… No es que sea negativo, o pesimista, o de visión cóncava, más bien dejo de lado todo ese aspecto romántico del artista y lo reflexiono como debe de ser. García Márquez, en un libro donde escribe sus peripecias como tallerista para la creación de guiones en la ciudad de México, menciona en una de sus clases que no se sabe porque esa necesidad de contar algo te lleva al desvelo, a la ansiedad absurda, y remata: “¿cuál es la motivación que hay detrás de crear un cuento o una historia que al final de cuentas a nadie le sirve para nada?”. Hablando de ficción, como en mi caso. Hablar de otros libros como los motivacionales (aprende a ganar un millón de dólares en cinco días) es otra cosa. El escritor histórico se cuece aparte, ese más que inventar, investiga e informa. Además, existen los cronistas de la ciudad, los periódicos y noticieros día a día registran las historias y los sucesos (¿cuántas notas periodísticas no han resaltado aquella frase que dice: “La realidad supera la ficción?”). Los medios audiovisuales aportan su grano de arena. Las redes sociales son un escaparate cultural y social donde también queda un registro ¿Qué hace uno ahí, en medio de la realidad cotidiana, contando que una bicicleta poseída se maneja sola y anda atropellando a los niños de la cuadra?, ejemplo burdo, pero puntual. Otro ejemplo más literario, para redondear el comentario de Márquez: ¿Qué hace uno ahí, contando que se encontraron un ángel en la playa y lo tienen encerrado en una jaula? El arte es así, solo existe para ser contemplado y es que en el mundo lo que no produce sirve de muy poco… Siempre me he preguntado, ¿qué tan productivo resulta un cuento?, ¿un poema?, una canción? El mundo rueda a través de nuestras necesidades y servicios y el arte no parece entrar en esos rubros… Y, sin embargo, aquí andamos…
12- ¿Quiénes escriben mejor: los hombres o las mujeres?
R= Jejeje… He visto cómo esta pregunta hace saltar a varios. Hay quien dice que la pregunta es sexista y hasta quien sugiere que ya no debería formar parte de este cuestionario. Tú pregunta lo que quieras, Eligio, es tu entrevista. Además, quien menos debe temer responder lo que cree, siente y piensa, es quien se dice escritor. En esto de las letras cada quien tiene su razón y cada cual es válida, o sea, hablo por mí y este Altoids que estoy a punto de echarme a la boca me respalda. Esta es una pregunta rara, con trampa, pues para mí, lo que más me ha gustado leer viene de un hombre… y lo peor también… Si bien es cierto que sobresaldrá la persona más dedicada, estudiosa y que entienda el significado de las letras, además del talento y la disciplina para hacerlo, sea quien sea. No es para clavarnos en el hecho o en una guerra de sexos. Y no es que lo diga por estar en el consenso general, sino porque ni siquiera sabemos con certeza lo que es ESCRIBIR MEJOR, que es lo que en realidad debería importarnos, no quién. Me daría pena contestar, no en el aspecto del género, ése me tiene sin cuidado, sino responder pensando que sé con toda certeza lo que es “Escribir mejor”. En lo personal, me gusta más leer escritores masculinos, son más inventivos, absurdos y menos realistas, las mujeres plasman mucho sus realidades personales y sentimentales. No generalizo, por lógica hay mujeres que no escriban nunca así y hombres que tampoco, pero en mi haber he leído muchos escritores y escritoras y sí hay tendencias. Es natural, uno consume y le agrada más aquello con lo que se identifica, ¿cuál es el problema? El problema sería querer pegarle al intelectual hablando de letras universales y de escritura sin género por miedo a que me odie quien no me conoce…
13- ¿El gobierno o Conarte te han apoyado alguna vez?
R= En cuestión de letras, varias veces lo he intentado, alentado por amigos, y nunca quedo. El último que inscribí para CONARTE fue hace años, un proyecto de rescate de memoria histórica en las comunidades alejadas del municipio de Pesquería, donde aún queda gente mayor que platica como era Pesquería antes que las empresas y la urbanización invadiera el entorno. Por ahí vi que eligieron un estudio sobre plantas endémicas de no sé dónde, supongo que esa propuesta era mejor que el resto. Algunos amigos, que ya tienen camino en esto y son años luz mejores que yo, argumentaron diferentes situaciones, pero utilizando una misma palabra, que no utilizaré para no verme tan… MAFIOSO. Aunque admito que me pude haber visto improvisado, sin un nombre dentro del medio, sin el talento que requerían en ese momento y me dieron para atrás. Donde sí recibí su apoyo fue en un programa donde nos daban soporte económico para crear grupos culturales dentro del municipio de Pesquería, siendo yo coordinador cultural, pero ese es otro mole.
14- ¿Autores favoritos?
R= Mi autor favorito de todos los tiempos, por como juega con nosotros con sus letras a tal punto de crear debates, es Juan José Arreola. Voy a decirlos, no por demostrar un intelectualismo (que de eso no tengo nada y va otro Altoids, la verdad ya ni sé cuántos llevo), sino para exponerme. En ese aspecto esto sería como un rompecabezas sin sentido. De Arreola, ya se desprenden una larga lista, y son mis favoritos porque me enseñé mucho leyéndolos. Sin un orden en especial, los clásicos latinoamericanos como Rulfo, García Márquez, algunos cuentos de Cortázar, Borges, B. Traven, porque son los obligados y aportan mucho, luego Julio Verne, Agatha Christie, Isaac Asimov, Ernest Hemingway, Edgar Allan Poe, Almudena Grandes, Arthur Conan Doyle, H.G. Wells, Richard Matheson, Stephen King, Patrick Graham… Como ves, es una melcocha de autores cuya revoltura puede dejar cosas más malas que buenas. Aunque eso no quiere decir que no haya disfrutado a Pérez Galdós a Alejandro Dumas o a “Chequespeare”, como decía Cantinflas.
Pregunta agregada 14.1.- ¿Autores infavoritos?
R= Tengo esa manía de agarrar parejo y leo lo que se me atraviese, por lo tanto, he leído absurdidades narrativas como Dan Brown, absurdidades aún más grotescas y mal descritas como E. L. James (????) y esas cosas de «Caballo de Troya». Me aventé hasta «Cañitas» de Trejo. Y leí por mera curiosidad a la reina de los vampirillos, Stephanie Meyer (?????????). Pero quien se lleva el premio de las 64mil mentadas es Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Y aunque se vea tan poco prometedor este panorama, también se aprende mucho de éstos.
15- ¿Libros que te hayan impactado?
R= Una vez me aventaron uno en la escuela que me impactó en la mera tatema… Ok, mal chiste, intentar verme gracioso a estas alturas ya no queda… El primer libro que leí fue el de «Moby Dick», cuando tenía 12. El que lo haya terminado debió haber plantado algo. «El viejo y el mar»… ése fue el primero que me dejó exhausto. Todas las novelas y cuentos de Sherlock Holmes, perfecta combinación de inteligencia, misterio y humor. La «Antología sobre el Cuento Hispanoamericano» de Seymour Menton (que ya leí como cuatro o cinco veces), ése te enseña algunos aspectos de la escritura, aunque no sea tu intención aprender. «El Perfume» de Patrick Süskind, como una muestra perfecta de que se puede escribir sobre lo que sea. «Pedro Páramo», de Rulfo. «Eso», de King. «El Evangelio del Mal», donde Graham nos explica, como si fuéramos niños, la forma en que se escribe la intriga religiosa.
16- ¿Cómo generarías lectores?
R= Difícil hacerlo. Ya hasta me arde la boca de tantas mentas de Altoids. No existe ninguna otra forma de generar lectores más que exponiéndote, mandando tus letras a diestra y siniestra por todos los sitios para ver a quién le pegas y así poder ganchar a alguien. Difícil hacerlo cuando uno no se guía por modas, cuando uno hace lo que le viene en gana y el resto mira hacia otro lado. Ahora las redes son una buena herramienta para darte a conocer, pero es muy limitada, tienes que adaptarte tú y no al revés, no puedes escribir un cuento de mil o dos mil palabras porque nadie lo lee. Las respuestas a esta entrevista no están escritas para quienes están acostumbrados a lo efímero del artículo electrónico, y no es porque me considere rebelde, simplemente el protocolo que se han inventado alrededor de las redes me vale. Ojalá y los que lean estas palabras digan: “Yo sí llegué hasta la pregunta 18”.
17- ¿Qué recomendarías a las personas que desean ser escritoras?
R= Hay que aprender… Lo primero es ser conscientes que escribir no es redactar algo que se te ocurrió a como Dios te da a entender. Es como decir que soy músico porque en la guitarra sólo sé poner el Sol y el Do y ya puedo dar un concierto. Digo, nadie te detiene para dar un concierto tan sólo sabiendo dos acordes, pero escribir es tan serio como ser un buen músico. Y así como trabajarías para aprender, conocer y ejecutar un instrumento musical, así es escribir… aunque no lo parezca. Algunas de las cosas que dije en esta entrevista bien pueden funcionar como consejos, otras no tanto… Pero mi recomendación en general es que escriban con un auténtico afán de aprender y no tan sólo para que los demás los vean. Busquen talleres, maestros con sinceras opiniones, dejen de lado esa falacia del artista y entiendan antes de qué se trata. Es muy fácil ahorita aventarse al ruedo y ser escuchado, más fácil aún porque las personas en las redes tienden a ser condescendiente y “¡ah, qué bonito se siente que me alaben!”. Hace unas cuantas preguntas mencioné que nadie me había enseñado a hacer esto, y es verdad, tuve que valerme de libros, de ejemplos, de algunos consejos. Hoy en día es asunto distinto, el internet es una poderosa herramienta que hace todo esto más fácil y lo que yo conseguí hacer en diez años, cualquiera podría conseguirlo en menos de uno. Pero hay que dedicarle tiempo. Así que aprendan, no tan sólo para saber, sino para darse en la torre con la autocrítica. Mientras más tengan de eso, mejores serán cada día. Y no dejen de practicar, el cerebro también se atrofia si dejan de ejercitarlo, así que lean y escriban, escriban y lean…
18- ¿Proyectos futuros?
R= Seguir viviendo, seguir escribiendo a como pueda, aunque tal vez no en ese orden de palabras… esto es algo que ya no se puede detener, aunque desees hacerlo. Seguir llenando mi computadora con documentos de Word. Mi meta real es seguir aprendiendo, ver hasta dónde puedo llegar… ¿A quién no le gusta que reproduzcan algo de lo que haces? ¡A todos! Aunque es algo que me tiene sin mucho cuidado… Aunque si tienen curiosidad, pongan “Aureo Salas 15diario” en Google y ahí salgo. Muchas gracias a quienes llegaron hasta acá para leer mis desvaríos. Esta desenfadada práctica del “Yoyismo” tal vez pase desapercibida, pero entendí unas cuantas cosas que ni yo sabía, como la cantidad de Altoids que puedes degustar, antes de comenzarlos a odiar.