Monterrey.- José Antonio Olvera (Monterrey, N.L., 1962) es historiador egresado de la UANL.
Ha sido catedrático, investigador y difusor en diversas instituciones públicas y privadas a nivel local y nacional.
Autor de varios libros y artículos referidos a la historia regional y al patrimonio cultural de la entidad.
Actualmente integra el grupo NACION2021 en Facebook, orientado a difundir la relevancia sociocultural del bicentenario de la consumación de la Independencia (1821-2021).
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1- ¿Cómo escribes?
R= En primer lugar, no me considero un típico escritor, estoy muy alejado de los reflectores propios de los literatos, poetas y dramaturgos. Mi oficio de historiador requiere que también me comunique a través de la palabra escrita y tal vez en eso nos acercamos a la frontera de los propiamente escritores.
Por lo general, siempre escribo pensando en difundir (y publicar) los resultados de una investigación documental, hemerográfica o bibliográfica, por lo que en los últimos años siempre parto de un proyecto, el cual discuto con colegas afines a mis temas, analizo la factibilidad del mismo y ya resuelto, me pongo a redactar diversos borradores que van dando forma al manuscrito final.
En este proceso, no sólo hay que invertir tiempo a la redacción, sino que, también hay que checar y volver a revisar documentos y materiales iconográficos.
No tenemos tanta libertad para inventar personajes, lugares y eventos, por lo que manejamos con mucho celo el uso atiborrado de datos y se pondera (todavía) el uso exhaustivo de fuentes primarias (archivos históricos, principalmente).
Es una labor pesada y para muchos aburrida, por lo que no es raro que varios colegas claudiquen en los primeros intentos y todo quede en “buenas intenciones”.
2- ¿Por qué escribes?
R= Por la necesidad y la obligación (moral y ontológica) de comunicar los grandes relatos, y porque es una parte del oficio (de los más antiguos, por cierto) de historiar.
No todo es oralidad ni enseñanza, también hay que llevar a la pluma esas crónicas y narrativas que explican los procesos sociales de una comunidad determinada.
3- ¿Desde cuándo escribes?
R= De manera sistemática desde 1982, en el Boletín del Archivo General del Estado de Nuevo León, fue mi primera incursión a la escritura de la Historia.
4- ¿Para quién escribes?
R= Creo que para diversos públicos. Aunque en el terreno de la Historia pesa la autocrítica de que solamente escribimos para un mundito formado solamente por los profesionales y los estudiantes de esta disciplina.
Hemos descuidado los grandes públicos lectores y escuchas, y luego, cuando se intenta la comunicación, resulta poco eficaz porque no sabemos escribir con la claridad y sobriedad que requiere la comunidad lectora. Éste es uno de los grandes retos de los historiadores profesionales.
Afortunadamente desde hace 20 años las universidades han incluido en sus planes de estudio cursos de metodología para la difusión del conocimiento histórico y talleres de producción editorial.
Desde el momento que se imprime un libro no sabemos cuál pueda ser su futuro, si se va a agotar o dormir el sueño de los justos en alguna bodega. Ése es el otro problema “estructural” de la difusión: producimos pocos libros (menos de mil el tiraje), en catálogos reducidos y no se canalizan debidamente en librerías, ferias de libro, bibliotecas o clubes de lectura.
5- ¿Sobre qué escribes?
R= Sobre temas de historia regional. Últimamente sobre historia de la medicina y la salud pública en el noreste de México, así como breves textos sobre el proceso de la Independencia, ahora que se están cumpliendo los 200 años de su consumación.
6- ¿Qué es para ti la literatura?
R= Suscribo lo que dicen que decía Goethe: “una declaración de amor” (con todo lo que esto implica).
7- ¿Qué opinas de tu propia obra?
R= Soy el menos indicado para comentar, solamente decir que varios de mis trabajos se han publicado en revistas académicas, que presumen algo de arbitraje.
Por otra parte, mi investigación sobre la lucha por el agua en la región citrícola (1850-1910) contribuyó para dar una nueva interpretación a los problemas del campo en una sociedad como la nuestra, y fui referido en más de tres tesis doctorales a nivel internacional y citado en una buena cantidad de trabajos que abordan temáticas de este tipo. Eso, creo, que habla un poco de la “relevancia” de mis contribuciones.
8- ¿Cuándo está listo un texto?
R= Creo que nunca, pero hay que tomar la decisión cuando el editor te ha buscado más de tres veces pidiéndote el manuscrito. Lo ideal es pulirlo, recibir críticas y retroalimentación, pero luego es difícil que se den estas condiciones.
9- ¿Qué opinas del nivel de nuestra literatura nuevoleonesa?
R= La verdad no me atrevería a cuestionar, dado que no me he adentrado lo suficiente, lo que sí resulta relevante es que desde tiempos de Gonzalitos (mediados del siglo XIX) hasta nuestros días hemos tenido importantes representantes en los diversos géneros literarios.
10- ¿Vives de la literatura?
R= No, más bien sobrevivo dignamente por la docencia, la investigación y la difusión históricas.
11- ¿Para qué le sirven los escritores a la sociedad?
R= Dicho por nosotros sonaría a vanagloria. Más bien, la sociedad es la que le sirve a los escritores. Para los historiadores es nuestra materia prima, base de datos, trabajo de campo, espacio y tiempo en el que merodean los hechos que codifican los grandes relatos.
12- ¿Quiénes escriben mejor: los hombres o las mujeres?
R= Ambos, todo depende de qué género, generación o qué temáticas de la historia estemos abordando.
En un principio, los hombres dominaron la escritura de la Historia, lo hicieran bien o mal, ya en la profesionalización de nuestro quehacer, a partir de los cincuenta, las mujeres fueron ganando terreno y hoy, en la lista de vacas sagradas de la historia mexicana, tenemos notables mujeres que cautivan con su forma de narrar los episodios históricos.
13- ¿El gobierno o Conarte te han apoyado alguna vez?
R= En 1988, para una investigación sobre el ferrocarril de Monterrey al Golfo, y me publicó una parte en un librito «Monterrey y sus caminos de hierro». Además, durante los noventa financió la elaboración de mis guiones históricos para varios museos (Linares, Montemorelos, Estación del Golfo, entre otros.)
14- ¿Autores favoritos?
R= Ernest Hemingway y Juan Rulfo. Consumo más libros de historia que de literatura, pero de vez en cuando me asomo al fascinante mundo literario.
15- ¿Libros que te hayan impactado?
R= De niño y joven, respectivamente, «El viejo y el mar» y «El llano en llamas», de los autores antes referidos.
16- ¿Cómo generarías lectores?
R= De manera individual es prácticamente imposible, a pesar de los medios electrónicos. Tiene que darse de manera colectiva, interdisciplinaria y derivada de políticas públicas que ponderen la participación ciudadana.
En el 2000 se dieron pasos interesantes en materia de formar espacios y círculos de lectores, pero se contuvo dicho impacto.
Somos una sociedad sin librerías, bibliotecas aisladas y sin actualización, escasas ferias de libro y poca difusión en los medios sobre las novedades editoriales. En muchos aspectos hay que partir de cero.
17- ¿Qué recomendarías a las personas que desean ser escritoras?
R= Primero, que lo piensen más de dos veces. Escribir es cosa seria y puede llevar muchas satisfacciones, pero también muchos sinsabores.
Hay que estar preparado para todo, es una labor muy celosa, que implica sacrificios y ponderar proyectos de vida.
No siempre nos da para vivir, sino que es una actividad que se paga en sí misma, por el gusto de leer, escribir y difundir.
Lo esencial es disfrutar todos sus instantes y todas sus etapas, ésa es la clave; lo demás es lo de menos, hay que aguantar vara.
Como dijo un recordado cronista chilango: “pues qué tanto es tantito”.
18- ¿Proyectos futuros?
R= Tres libros: sobre el bicentenario de la consumación de la Independencia (1808-1821) en colectivo con el escritor Ernesto Castillo y el historiador Benjamín Galindo.
De manera individual: “El hospital-escuela, origen y desarrollo de la enseñanza médica en Nuevo León” y “Gonzalitos, historiador de la Independencia”. Más lo que se acumule.
En materia de difusión, el covid nos canceló el proyecto de dar charlas y diplomados en diversas instituciones, para público numeroso, tuvimos que ventilarlo a través de las redes. Esperemos que en septiembre de este año ya no se guarde tanta distancia y podamos trabajar con público.