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Cinco lecciones del gobernador de Nueva York a México para responder a la pandemia
Eloy Garza González

Monterrey.- Yo leo cada mañana lo mismo periódicos gringos que mexicanos. Y sé, de primera mano, que el coronavirus representa el fin de Joe Biden y Bernie Sanders. Esos tipejos están literalmente desaparecidos, a pensar de que Donald Trump se vislumbra cada vez más errático. Si esto sigue así, Trump sufrirá para reelegirse, pero se quedará en la Casa Blanca como el menos peor.

     Sin embargo, aparece en el firmamento demócrata una nueva estrella (bueno, no nueva porque ya está medio chaqueteado) que maneja el mejor discurso, y sobre todo se ha revelado como un magnífico operador: Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York. Tiene la mano pesada. Es tosco. Pero su tono directo y claro ha llevado al propio Trump a tratar de imitarlo en sus conferencias de prensa.

     ¿Qué podemos aprenderle los mexicanos de Cuomo para sortear nuestra propia contingencia con el coronavirus? Tres cosas.

1.- Cuomo no titubeó en emplear el gasto público y reorientar recursos, sacrificando sus mega proyectos. No nos queda de otra. A principios de marzo, Cuomo decretó ampliar sus poderes, sin tener que buscar la aprobación del Congreso, para destinar con rapidez los recursos que hagan falta.

2.- Cuomo abrió una línea de comunicación, diaria, ininterrumpida, con su archienemigo Donald Trump. Es imposible salir bien de esta pandemia si no se coordinan los tres niveles de gobierno. O se entienden, o nos hundimos todos.

3.- Cuomo se saltó la regulación de pruebas médicas y se puso de acuerdo en menos de una semana con el laboratorio privado Northwell Health, el más grande de Nueva York, para hacer 1,700 pruebas de coronavirus al día. Toda una proeza.

4.- Cuomo se ha convertido en un modelo de inspiración para la gente de Nueva York. Los motiva, los liderea, los tranquiliza y los regaña. Es un orador fuera de serie y lo hace en sus propias mañaneras, apoyado en gráficas.

5.- Cuomo informa a los ciudadanos constantemente cómo está de salud su mamá ya mayor de edad, Matilda Cuomo. ¿Para qué? Porque dice que cuida a su mamá y al mismo tiempo, cuida de las madres de todos. Este dato, créanme, no es asunto menor.

     Hace unos días, leí a Trump en Twitter exigiéndole a Cuomo que, en relación al coronavirus, “tenía que hacer más”. Rápidamente le reviró Cuomo: “No. Tú eres el que necesita hacer de perdido algo. Se supone que eres el presidente”. Trump borró de inmediato su tuit.

     La emergencia del coronavirus ha elevado a Cuomo a la estratosfera de la política norteamericana. Hay que aprender del gobernador de Nueva York lo que significa ser un verdadero estadista.