Monterrey.- Es un jardín botánico de Marrakech (Marruecos) que fue diseñado por el artista expatriado francés Jacques Majorelle en 1924 y lleva su apellido. Este paradisiaco jardín fue utilizado por los esposos Pierre Bergé e Yves Saint Laurent para vivir. La historia viene a cuento porque está en las librerías una pequeña obra de apenas 86 páginas editado en el 2011 por "Editorial Elba" en Barcelona, bajo el Título de "Cartas a Yves” cuyo autor es el industrial Pierre Bergé quien las escribió a su amado, el diseñador Yves Saint Laurent el año siguiente a su muerte ocurrida en 2008.
Yves Saint Laurent fue el diseñador y modista que puso pantalón, camisa y corbata a las mujeres y Pierre Bergé es un industrial, mecenas, editor y activista francés. Ambos fueron pareja sentimental durante más de cincuenta años y socios desde 1958 hasta el 2008 en que murió Yves. (Aprovecho para recordar a mis lectores que las profesiones terminadas en "ista" como electricista, tenista, telefonista, modista designan tanto al género masculino como al femenino, por lo tanto es incorrecto el título de aquella lejana película de Mauricio Garcés "Modisto de Señoras").
Pierre Bergé e Yves Saint Laurent, se enamoraron y vivieron juntos, fundaron su conocida firma de modas, en 1980 Yves Saint-Laurent y Pierre Bergé compraron el chalet-taller y el jardín, lo restauraron y enriquecieron con nuevas especies vegetales. Conservaron la parte de vivienda para su uso privado y transforman el taller en Museo de arte islámico para exponer su colección personal de arte. En este jardín reposan las cenizas de Yves.
El libro recoge las cartas que Pierre escribió a Yves considerándolas “un canto de amor”, sin embargo es una especie de dramático adiós y un testimonio de su historia afectiva. En estas cartas Bergé muestra a un Yves Saint Laurent genial pero con muchas aristas: perfeccionista, histriónico, drogadicto, histérico, incansable; no es una hagiografía (Historia de la vida de los santos) ni mucho menos, ni tampoco una biografía a modo, es una recopilación de recuerdos de momentos felices y amargos a lo largo de toda una vida.
Es muy interesante la forma como plantea la muerte, el autor lo escribe en una edad avanzada (más de 80 años) cuando los amigos y las personas queridas han ido muriendo, por eso en su libro hay versos tristes y melancólicos. Lo cierto es que a pesar de los engaños y desengaños, los egoísmos y los altibajos, Pierre e Yves vivieron su amor más de medio siglo.
La primera de las cartas que Bergé muestra en el libro comienza de la siguiente manera: “¡Qué mañana tan joven y hermosa hacía el día que nos conocimos! Librabas tu primera batalla. Aquel día conociste la gloria y, a partir de entonces, ya no te volviste a separar.
¿Cómo iba yo a imaginar que cincuenta años más tarde estaríamos aquí, cara a cara, y que yo me dirigiría a ti para un último adiós? Es la última vez que te hablo, la última vez que puedo hacerlo. Muy pronto, tus cenizas llegarán a la sepultura que te espera en los jardines de Marrakech.”
Yves y Pierre firmaron el llamado "Pacte Civil de Solidarité" en su propio domicilio y se casaron días antes de que Yves muriera; Bergé afirma: "Pensamos que era lo correcto". El entonces presidente de Francia, Nicolas Sarkozy y su esposa Carla Bruni asistieron junto a grandes nombres de la moda, el funeral fue celebrado en la Iglesia de Saint-Roch, en Paris. Yves fue incinerado y sus cenizas depositadas en una sepultura en Marrakesch, cercana a la residencia que poseía con Pierre Bergé en el jardín Majorelle.