GOMEZ12102020

El versificador revolucionario
Ismael Vidales

Monterrey.- Hoy me place hablar de uno de mis autores preferidos, el patriota escritor cubano José Martí (1853-1895). Martí fue refugiado en diversos países de Europa, en Estados Unidos y en México donde se casó con Carmen Zayas Bazán. Como escritor fue un precursor del modernismo iberoamericano. Es autor de numerosos poemas. Su primer libro lleva el nombre de su hijo "Ismaelillo" (1882). Sus obras completas, se publicaron en 73 volúmenes, desde 1936 hasta 1953.

En el prólogo de “Ismaelillo” se lee: Hijo: Espantado de todo, me refugio en ti. Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti. Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo demasiado para profanarte así. Tal como aquí te pinto, tal te han visto mis ojos. Con esos arreos de gala te me has aparecido. Cuando he cesado de verte en una forma, he cesado de pintarte. Esos riachuelos han pasado por mi corazón. ¡Lleguen al tuyo!

Acercarnos a los vigorosos versos de Martí es una experiencia muy especial, por ello, hoy me permito compartirle algunos de sus versos, muchos muy conocidos porque son letra de canciones como Guantanamera o La Niña de Guatemala (poema que le costó el divorcio).

Cultivo una rosa blanca,
en julio como en enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo
cardo ni ortiga cultivo:
cultivo una rosa blanca.

Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido:
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo.

Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Con los pobres de la tierra
Quiero yo mi suerte echar:
El arroyo de la sierra
Me complace más que el mar.