Monterrey.- “Grave, triste, lento; pero resignado bajo de su cruz, y hacia el vil tormemento para Él preparado, va el santo Jesús. Con la carga de su leno y en la turba impertinente, cual visión dantesca y triste de neuróticos poetas, el Maestro se destaca cual un sol languideciente que obedece a los augurios de los lúcidos profetas. Le golpean y le injurian; de Hechicero dánle el nombre ¡mientras Él va a dar su sangre y a morir por el hombre! Tiembla todo el mundo como estando herdio por grande dolor. Y óyese un profundo tétrico gémido que causa pavor; que oscurece el cielo, todo en la natura se abre, tierra y mar. Cual mostrando duelo viendo la amargura del Hombre sin par; más aqulla gente de hórridos malvados, al Cristo escupió y Él… sublimemente todos los pecados se los perdonó.”
Este poema de Argüello, de estructura poco común titulado “En el perdón de la cruz”; más el cuadro del artista Sergio Villarreal Uribe, inserto más adelante con el mensaje que lo acompaña, nos dan la pauta para hablar de poesía, arte y elecciones hoy. Solón Argüello vivió exiliado en México de 1902 a 1913 y fue conocido como poeta, como periodista y como político; reunía las tres P (poeta, periodista y político) que entonces se daban en algunas personas, como era el caso del nicaragüense. En el Distrito Federal se unió a D. Francisco I. Madero y participó en su movimiento político-electoral, llegando a ser su asistente, además buscó ser diputado. El asesinato del presidente Madero (que Solón juró vengar) y la lucha fraticida que siguió después, fueron las causas de que el nombre y las producciones del poeta Argüello, quedaran en el olvido. Su voz se apagó, ha dicho la distinguida poeta y jurista regiomontana Margarita Ríos-Farjat. Bien sabemos que la apagaron los esbirros de Victoriano Huerta en ese año fatídico de 1913. Hoy conocemos de la figura y la obra literaria de Argüello, gracias a las investigaciones de la Dra. Beatríz Gutiérrez Müeller, quien es una dama de primera, por su preparación y sencillez, que en el 2016 publicó una Antología de la poesía de Solón, bajo el sello tipográfico de la Benemérita Universidad de Puebla. Hace poco tiempo el poeta Miguel Covarrubias, en un Café de la colonia Country, me manifestó que antes de aparecer esa Antología, le era desconocida la obra del nicaragüense.
En cuanto al poema aquí incluido, lo hemos encontrado en un periódico de San Luis Potosí, El Contemporáneo, diario de la tarde de fecha 11 de abril de 1906; y lo asociamos con el momento presente, señalando que lo político es consubstancial a la especie humana, como lo dejó asentado Aristóteles hace siglos; y hoy la cualidad para ser político y representar a sus conciudadanos, no es necesariamente ser poeta y/o periodista, pero sí la de hacer equipo por Nuevo León y buscar el bienestar general del Estado, como lo ha expresado públicamente la Sra. Clara Luz Flores Carrales y lo ha reiterado recientemente ante grupos de artistas, poetas e intelectuales. Sergio Villarreal, sintetizando todo lo anterior ha escrito: votemos porque el talento y la sensibilidad de los niños se estimulen para bien del arte que tanta falta hace para ser más humanos.
Este pensamiento de Sergio Villarreal quedó plasmado en el bello cuadro de su autoría que insertamos enseguida; el cual refleja también uno de los propósito de la Sra. Clara Luz Flores Carrales y en el que coinciden varios personajes de la vida social y política de nuestro entorno, como la comunicóloga Irgla Guzmán Treviño, de Sabinas Hidalgo; la diputada y abogada Paola González, el Dr. Efrén Vázquez y otros más, quienes consideran que no es necesario ser poeta o periodista, como lo era Solón Argüello, para representar a sus conciudadanos, pero sí comprometidos con impulsar el desarrollo cultural de la comunidad y el crecimiento económico de todos.
“quien estuviera en tu horqueta, con una pata pa´ Monterrey y otra pa´ Cadereyta”.
(Alfonso Reyes).